Con la presencia del cónsul general de España, Eduardo de Quesada, y varios directivos de otras instituciones, la Asociación Valenciana organizó junto a la mencionada Congregación la celebración de la Virgen de los Desamparados en la Iglesia donde se encuentra.
Los directivos de la institución entraron a la Virgen que tiene al Niño Jesús en sus brazos y dos pequeños heridos bajo su manto, en procesión hasta el altar, acompañados del cónsul De Quesada, de origen valenciano, y la falleras pequeñas y la mayor, así como los pabellones de Uruguay, España y Valencia.
La misa se desarrolló con la interpretación de cantos por el Coro de la Asociación Valenciana, quienes interpretaron varias en lengua valenciana así como el canto a la Santa Patrona.
Allí el mensaje de la Asociación fue recalcando la alegría que sentían por “ser el tercer año consecutivo en que iniciamos la misa con una procesión de la Virgen hasta el altar”, confesando su devoción a la Virgen que les ha ayudado en situaciones de desamparo.
Invitando a los presentes “a rezar (a la Virgen de los Desamparados) para que podamos construir una sociedad más segura, menos violenta, y sobre todo con más tolerancia. Roguemos a la Virgen que bajo su manto de amor y de piedad nos proteja, nos ilumine y nos ampare”.
Al culminar la ceremonia, España Exterior dialogó con Mariela Rodríguez quién subrayó “que la Congregación existe hace 56 años en Uruguay, al principio era numerosa porque los valencianos teníamos muchas falleras, mucha gente de origen y se realizaba una procesión todo alrededor de la Iglesia.
Como todo, los emigrantes se han reducido en su número y algunos descendientes con los que van quedando, que no pueden organizar mucho por su edad, tratamos de ir haciendo estas tradiciones que nuestros padres nos han enseñado y lo tenemos arraigado”.
Confesó que “hay muchos que no van en todo el año a la misa, pero este día no faltan porque el día de la Virgen de los Desamparados es un día sagrado”.
La fiesta continuó posteriormente en la sede de la Asociación Valenciana, en el Cordón, donde junto al cónsul De Quesada, degustaron las tres grandes y exquisitas paellas de Mariano, al tiempo que también disfrutaron de magníficos cantos de integrantes del coro.