Los terroristas de Barcelona y Cambrils no tenían vínculos directos con el ‘Estado Islámico’

Desarticulada la célula que causó 16 muertos y más de un centenar de heridos

El Rey, el presidente Mariano Rajoy y el president Carles Puigdemont y el resto de autoridades con representantes de la comunidad islámica en la manifestación por las calles de Barcelona en protesta por los atentados.

Según publicaron varios de comunicación, se apunta a la “inspiración” del Daesh, pero no a su “intervención”. Y ello pese a que, horas después del ataque en Barcelona, ISIS se apresuró a reivindicarlo como propio. 

Los análisis de los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil y del Centro Nacional de Inteligencia coinciden en que no hay constancia de “comunicaciones directas” entre los miembros de la célula y los dirigentes del Daesh. Y revelan además que los canales habituales del ISIS no han publicado -como sí hicieron en atentados en Francia, Bélgica o Alemania- informaciones o vídeos inéditos de los yihadistas, remitidos antes de los ataques a los jefes terroristas en Siria o Irak y en los que se juraba lealtad al Estado Islámico.

La célula de Ripoll, donde residían la mayoría de los terroristas, llevó a cabo dos acciones que causaron la muerte de 16 personas (6 españoles, 3 italianos, 2 portugueses, 1 belga, 1 alemana, 1 estadounidense, 1 canadiense, y 1 australiano-británico) y más de un centenar de heridos de al menos 35 nacionalidades. 14 de los fallecidos como consecuencia del atropello masivo con una furgoneta en una de las vías principales de Barcelona, atestada de turistas y paseantes a primera hora de la tarde del 17 de agosto; otro asesinado por el conductor del vehículo tras abandonarlo en su huida y para robarle su coche; y otra atropellada en Cambrils. 

Sin embargo, la idea inicial de los terroristas -todos ellos de origen magrebí, aunque alguno nacido en España- era provocar una masacre aun mayor, con uno o varios atentados en Barcelona con explosivos que llevaban mucho tiempo preparando en una vivienda de Alcanar de Tarragona, donde manipulaban explosivos y se encontraron 100 bombonas de butano, que explotó la noche anterior, modificando los planes. Los terroristas reaccionaron de forma desesperada para atentar en Barcelona y posteriormente en Cambrils, donde además de arrollar a varias personas con su coche pretendían apuñalar a los vecinos que paseaban por la zona de ocio nocturno, como en otras ciudades europeas.

La célula, ya desarticulada, estaba integrada por al menos una decena de terroristas: el responsable del atropello en Las Ramblas, Younes Abouyaaquoub, abatido en Subirats (Barcelona) cuatro días después; los cinco abatidos por los agentes en Cambrils; los dos fallecidos en la explosión de Alcanar, uno de los cuales es el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, considerado el cerebro de los ataques; y dos de los detenidos, que han sido imputados y enviados a prisión, mientras que otros dos están en libertad provisional.

Durante el luto inicial, las autoridades -que mantienen la alerta antiterrorista en el nivel 4- trasladaron un mensaje de unidad, que se rompió en la manifestación de repulsa en Barcelona, manipulada por los independentistas catalanes para protestar con el Rey Felipe VI y el Gobierno de España. También hubo polémica al conocerse que la CIA americana había alertado a la policía autonómica catalana en mayo de un posible atentado en Las Ramblas.