Miles de personas se concentraron en Campo de Criptana, en la provincia de Ciudad Real, para poder ver a los Príncipes que aprovecharon su visita para mantener un encuentro con los integrantes del Consejo Asesor Agrario, y saludar a los representantes del sector turístico de la zona. Los Príncipes de Asturias se despidieron de Campo de Criptana, en pleno corazón de La Mancha, muy satisfechos al comprobar la hospitalidad de los vecinos de la localidad e impresionados ante el maravilloso paisaje que ofrece la Sierra de los Molinos.
Así lo aseguró el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que afirmó que los Príncipes han quedado “encantados” con una visita que comenzó en el Ayuntamiento de la localidad donde recibieron numerosos regalos como una escultura de Don Quijote elaborada por el artesano criptanense Eloy Teno, una toca manchega para Doña Letizia y una botella de vino de cada bodega y cooperativa del municipio.
“Pueden imaginar lo satisfechos que nos encontramos de la jornada que hoy han pasado sus altezas en Castilla-La Mancha”, aseguró el presidente, que destacó importancia de esta visita para la promoción de una comarca que, recordó, en el ámbito turístico “tiene mucho que decir y mucho recorrido por delante”. Barreda explicó que los Príncipes le trasladaron durante su recorrido lo impresionados que se quedaron al comprobar la hospitalidad de los castellano-manchegos.
“La gente de La Mancha es honrada, trabajadora y muy hospitalaria, y se ha volcado con los Príncipes”, afirmó el presidente que explicó que se mostraron, en todo momento, muy interesados por la realidad de la comarca y por sectores estratégicos para Castilla-La Mancha, como el vitivinícola o el turismo.
Don Felipe y Doña Letizia también recibieron una calurosa bienvenida de los vecinos de Villarrobledo (Albacete) a los que saludaron detenidamente. Mantuvieron reuniones con diversas asociaciones y movimiento vecinal, así como con bodegueros y cooperativistas que les explicaron la situación y calidad del vino de la comarca. José María Barreda, que acompañó a los Príncipes de Asturias en su visita a Villarrobledo (Albacete) y Campo de Criptana (Ciudad Real) aseguró que Sus Altezas Reales “son grandes embajadores de las tierras de España y hoy hacen de Villarrobledo y de Criptana”.