Los presidentes y los responsables de emigración de las principales comunidades autónomas españolas felicitan la Navidad a los residentes en el exterior

Cuenta el evangelio de San Lucas que Jesús nació en la ciudad de Belén porque María y José tuvieron que desplazarse allí para censarse y cumplir la ley dictada por la autoridad romana de entonces.
Un viaje y un censo. Son palabras muy cercanas para nuestros emigrantes que nos remiten al duro momento de la partida y al mantenimiento, a través de los formalismos administrativos, de la relación con su tierra de origen. Pero ese trámite, el de inscribirse en un censo, evoca muchas más cosas para quienes residen en el extranjero.El censo representa un primer paso en el compromiso de los emigrantes con su tierra de origen. Un compromiso arraigado, fuerte, radical y sobre el que tenemos pruebas más que de sobra para no poner en duda. Sin embargo, para muchos ese compromiso no es real sino ficticio, teórico o simplemente una especie de sentimentalismo estéril.
Este año 2010 puede finalizar tristemente como el año en el que España empezó a negarle a sus emigrantes el derecho de participación política. Y en esta Navidad que vamos a celebrar sería bueno que muchos se pregunten qué papel deben ocupar en el devenir futuro de este país los millones de españoles y descendientes que residen en el exterior.
Mantengamos la esperanza de que el próximo año 2011 traiga alegrías para nuestros emigrantes y que el hecho de reafirmar su compromiso con su tierra no sea la causa de que se queden sin posada ni alojamiento.
¡Feliz Navidad!

Consulte aquí el contenido íntegro del Especial Navidad de España Exterior