Estos pequeños actores, cuyos padres emigraron a Suiza, son, en la película, el eje sobre el que rotan las historias del grupo de adultos que les acompaña.
El casting se hizo en verano en las escuelas de español de la zona y, aunque todos aseguran que a sus hijos “la fama no se les ha subido a la cabeza”, reconocen que están muy contentos.
José Antonio López espera tranquilo a que su hija Laura, de 11 años, termine de rodar. Él emigró a Suiza desde A Coruña hace 21 años. “Vine en busca de fortuna”, comenta este hombre que confiesa en voz baja, no haber visto aún la primera película de Iglesias y cuya hija quiere ser policía científica. “No sé si ahora querrá ser actriz”, dice, “aunque de aquí viene muy contenta a casa. Porque les tratan muy bien y entre los niños se han hecho buenos amigos”.
Así, el grupo de padres que durante estas semanas se ha turnado para traer y llevar a los niños ha formado una parte importante del rodaje y, por ello, el sábado 13 de febrero organizaron una fiesta con el equipo de la película.