Los internos se quejan de la atención recibida y la ayuda prometida por el Gobierno no llega

Lamentablemente la situación del Hogar Español es caótica en lo financiero, porque la ayuda prometida por la directora general de la Ciudadanía Española en el Exterior, Pilar Pin, aún no había llegado la pasada semana, lo que ha provocado la postergación del pago a acreedores y hasta el no pago de los dineros que no se le retienen a los residentes de sus pensiones y jubilaciones. España Exterior se reunió en las instalaciones del Hogar Español con hijos y familiares de cinco residentes que están procurando motivar a los demás familiares para que se reúnan todos los miércoles por la noche y así buscan ayudar a que los residentes puedan estar mejor.
El presidente del Hogar, Antonio Ríos estaba al tanto de nuestra reunión y no hizo ninguna objeción para que se pudiera realizar, anunciando por otra parte que los directivos se reunirán en pocos días con cada uno de los familiares de los residentes por separado, para decirles que ha llegado la hora de pagar para que el residente continúe allí, aunque dijo que las ampliaciones públicas de ésta y otras novedades las hará más adelante cuando vuelva a contar con toda la directiva en activo.
Si bien los familiares tenían miedo de represalias de funcionarios, por lo que no registramos la reunión con fotografías para no identificarles, solo llegaron a la cita familiares de cinco de los 180 residentes que hay.
La disminución de 40 funcionarios ha llevado a que la atención sanitaria se haya disminuido sensiblemente, a tal punto que se pueden cometer errores muy graves como por ejemplo dejar sin medicación a un anciano, o dejar que sea el anciano el que se administre la dosis o no porque tienen que andar corriendo o por mala praxis del funcionario, puntualizaron.
Luego se arrimaron a nuestra reunión algunos residentes que también hicieron sus denuncias, además de expresar que desde mayo no pueden retirar dinero suyo que les guarda la administración porque “el Hogar no tiene plata y usa las nuestras”, también recriminaron sumamente acongojados que “estamos solos, nos falta organización”, explicando que “nos sacaron el deporte: nos vamos a quedar duros”, aseguran con una tristeza que ya tomó su voz además de sus rostros.
La situación es totalmente crítica, y si bien las necesidades son de tiempo presente para la directiva del Hogar, para el Gobierno español aparentemente son de futuro porque aún no remitió los fondos prometidos, pero para los familiares y los propios residentes las necesidades son para ayer porque tal como dijo un residente esto se parece a “la tumba de la vida”; y la solidaridad de la colectividad española aún no se percibe ya que no se ha aumentado el número de socios colaboradores del Hogar y tampoco las instituciones han propuesto su trabajo para solucionar los problemas que la disminución del personal está provocando en la salud de los emigrantes residentes.