Esta es una de las conclusiones del estudio ‘El empresariado inmigrante en España’, realizado por la Fundación La Caixa, que destaca que uno de cada seis extranjeros que trabajan en España lo hacen por cuenta propia, principalmente en las Comunidades de Madrid, Cataluña y Valencia. El estudio pone de manifiesto que los inmigrantes extracomunitarios no son un bloque homogéneo de personas con escasa educación y calificación y que hay un “impacto creciente, en términos de creación de riqueza y empleo, del empresariado inmigrante” que está contribuyendo a la revitalización del comercio y de los servicios de proximidad en los barrios.
El perfil del inmigrante empresario es el de una persona, de una edad media de 41 años, que trabajó como asalariado y que ve una oportunidad de negocio en un local cerrado situado en un barrio tradicional de las grandes ciudades. Esta iniciativa empresarial surge como respuesta al desempleo, a situaciones de discriminación laboral, a dificultades para el reconocimiento de los estudios y como posibilidad para las mujeres con un nivel educativo más elevado de abandonar el servicio doméstico, según explicó una de las autoras del estudio, la socióloga Sonia Parella.
De los 240.957 extranjeros que trabajan por cuenta propia, según datos de la Seguridad Social referidos a 2006, el 52,2 por ciento son mujeres y un 47,8 por ciento son hombres, aunque en Comunidades como Madrid y Valencia las mujeres superan el sesenta por ciento. El éxito de estas iniciativas radica en la instalación de pequeños comercios, con ocupación familiar, basado en una financiación a través de ‘redes de confianza’.