Los canarios afectados, más de cuatro mil, son personas de la tercera edad, sin posibilidades económicas, que contaban con ese dinero las pasadas Navidades. Pero aquellos cheques nunca pudieron ser cobrados. Fueron muchas las gestiones que se hicieron ante la Junta liquidadora del Banco Canarias del Fondo gubernamental de Garantías y Protección Bancaria (FOGADE) para poder recuperar los depósitos que el Gobierno de Canarias había realizado en la entidad intervenida en el mes de noviembre del año pasado.
A partir del pasado sábado 20 de marzo se citó a los afectados en la delegación del Gobierno de Canarias, donde los funcionarios recibían los cheques anulados del Banco Canarias para cambiárselos por los nuevos, que podrán hacerse efectivos a partir del lunes 22 de marzo en el Canco de Venezuela. Hasta el miércoles día 25 continuará el proceso de canje de cheques, que también se ha iniciado en otros estados del país. El sábado día 20, Jacinto Pérez viajó al estado Carabobo para estar presente en la entrega en esa entidad.
El Gobierno venezolano realizó el viernes 19 de marzo un acto oficial de entrega del pago de garantías a los emigrantes canarios, el cual presidió Elías Jaua, vicepresidente Ejecutivo de la República. En el acto que tuvo lugar en la sede principal del Banco de Venezuela, en Caracas, se dijo que el número de afectados alcanzaba los 4.448, ascendiendo la suma de ayudas a 14.445.000 bolívares, algo menos de 2,5 millones de euros.
Detrás de cada cheque hay un drama
El salón de usos múltiples de la Delegación del Gobierno de canarias estuvo repleto de emigrantes, la mayoría con más de 40 años en el país. Muchas personas mayores, algunas con bastón, algunos jóvenes con la autorización de sus padres o abuelos y también personas muy solas. Son los casos de Mercedes Santana y Mary Herrera y aquí el testimonio de la primera.
“Yo nunca me casé, fui hija única, tenía 51 años y todavía mi padre me controlaba las salidas. Vinimos de la Palma de la Gran Canaria cuando yo era una niña. Trabajé toda la vida, pero cuando me jubilé y me quedé sola, primero fue deshacerme del vehículo, luego de la acción en el Hogar Canario, poco a poco fui reduciendo todos mis gastos. Quise conservar mi seguro de salud, pero llegué a una edad que ya ninguna aseguradora me aceptó. Me inscribí en la Sociedad de Benéfica de España que quebró y me pasé a La Fundación España Salud. Ahora me han borrado y no me aceptan ni siquiera pagando. He ido a todas partes, porque cómo es posible que voy a cumplir 78 y ahora me encuentro en esta situación. Yo le agradezco esta ayuda al Gobierno de Canarias, pero no me resuelve mi problema, lo que más me preocupa es no tener un seguro médico”.
Mary está casada, pero su esposo está incapacitado y ella se encuentra bajo una severa depresión y ninguno tiene seguro.
“Yo nací en La Gomera, cuando nos vinimos yo tenía 27 años, para mí fui muy duro dejar a mi familia. Siempre nos decían que volviéramos, no lo hicimos antes y ahora mi hijo se casó, tengo mis nietos, ahora es mucha más difícil volver. Pero no me siento bien, tengo osteoporosis, me caí varias veces, lo hago todo, son muchas cosas. Cuando nos dieron los cheques yo no pude ir a cobrarlo porque estaba enferma y una amiga me llamó para contarme qué había pasado con el banco. Sí, me angustie, por qué no lo voy a reconocer, pero en la Fundación Garajonay nos pidieron que tuviéramos confianza, así que esperamos, hasta hoy. La ayuda es pequeña, pero es algo.”