LA ENTREVISTA

“Los centros gallegos ya no pueden tener el perfil mutualista de su origen y deben evolucionar hacia su conversión en auténticos centros de servicios”

Ramón Villares, presidente del Consello da Cultura Galega

El presidentes del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares.

-El Consello da Cultura Galega acaba de cumplir 30 años y en Galicia es uno de los pilares de la acción cultural a nivel institucional. ¿Qué papel ocupa la emigración dentro de las actuaciones del Consello?

-Desde hace veinte y cinco años, el Consello da Cultura Galega ha desarrollado una línea de trabajo que tiene a la emigración y, de forma más amplia, la presencia de la cultura gallega en el exterior, como una de sus actividades estratégicas. El punto de arranque fue la preparación de actividades relacionadas con el llamado quinto centenario del descubrimiento de América, a finales de los años ochenta. Esto dio lugar a un trabajo de documentación en algunos lugares de fuerte presencia migratoria, como Buenos Aires, que está en el origen de dos de los archivos del Consello, el de la Emigración y el Sonoro.

Desde entonces, la actividad del Consello sobre este tema ha sido constante, con la organización de exposiciones y congresos en torno a la emigración o con el lanzamiento de una revista especializada -Estudios Migratorios-, así como en la devolución al mundo de la emigración de una parte de la riqueza que ella fue atesorando a lo largo del tiempo.

-¿Podría explicarnos qué es el Arquivo da Emigración Galega y qué labor realiza?

-El Arquivo da Emigración (AEG) reúne la más importante documentación que existe en el mundo sobre el tema de la emigración gallega. Esta documentación es de naturaleza institucional, hemerográfica, fotográfica, epistolar o bibliográfica. El AEG es, por tanto, un centro de documentación migratoria, que atiende a investigadores propios y foráneos, así como las más diversas consultas de particulares, gracias a disponer de más de un millón de registros nominales de emigrantes gallegos. Pero también es un centro que impulsa investigaciones sobre el tema migratorio, que organiza exposiciones sobre diversos aspectos del fenómeno migratorios (asociacionismo, escuelas de americanos…), que realiza ciclos de actividades y que edita publicaciones sobre la materia, entre ellas la colección “Galicia Exterior”, publicada bajo el patrocinio de la Fundación Barrié de la Maza.

-Se podría decir que nada de la Galicia contemporánea es ajeno a la emigración. ¿Se percibe así por la sociedad gallega en general o considera que se debería hacer un mayor trabajo de divulgación sobre lo que ha supuesto el fenómeno migratorio para Galicia?

-Sin duda, esto es así. “Galicia no se comprende sin América”, dijo en cierta ocasión el senador americanista Rafael María de Labra. Pero la percepción que la sociedad gallega tiene de la emigración es negativa. Siguen influyendo los tópicos acuñados por la Xeración Nós -en especial, Castelao- y por autores más modernos -como Beiras-, que han calificado la emigración como una “renuncia a la revolución”, esto es, como una ausencia de conciencia política que, sin embargo, no es exigible a millones de emigrantes que han salido de su terruño con destino a lugares lejanos. En esta salida está su auténtica valentía, que no es siempre aplicable a los que se quedaron.

-En este sentido, ¿qué actuaciones concretas propondría el Consello?

-Creo que es preciso variar de modo radical nuestra concepción de la emigración. No se puede juzgar en términos morales. Es preciso considerar la emigración como un hecho esencial, con sus luces y sombras, de la historia gallega contemporánea, porque apenas nada de ella es ajena a la emigración. Para lograr este objetivo es preciso investigar más y variar el punto de vista o el enfoque que las élites han forjado sobre la emigración: abandonar el “autoodio” que se ha construido sobre el emigrante.

-¿Le parece que la creación de un Museo de la Emigración gallega es un proyecto viable a corto o medio plazo? ¿Existe alguna propuesta concreta sobre su creación, ubicación, contenido, etc.?

-El AEG y, de forma general, el Consello han realizado una serie de acciones que deberían desembocar en la creación de un Museo das Migracións, sito en Galicia, que se convirtiese en el escaparate de Galicia para el mundo. En el Consello se hicieron algunas jornadas de debate sobre los museos migratorios, con presencia de representantes de algunos de los más prestigiosos (São Paulo, Buenos Aires, Fafe, Bremen, Roma…), y, desde hace algún tiempo, el AEG es miembro de la asociación europea de museos (AEMI).

Sobre la viabilidad del proyecto en el contexto actual, aun reconociendo las dificultades existentes, creo que sería una apuesta de largo alcance para reforzar la imagen de Galicia hacia dentro y hacia el exterior y que, por tanto, habría que comenzar cuanto antes, aunque fuera de forma modesta. Lo relevante sería seguir dando pasos, continuando los ya dados por el Consello da Cultura.

-Se habla de que las entidades gallegas en el exterior actúen como agentes de dinamización económica y empresarial de la Comunidad. ¿Considera que también deben ser agentes de difusión cultural? ¿De qué manera? ¿Qué ventajas tendría?

-Sin duda deben orientarse en esta dirección. En el propio texto da Lei da Galeguidade aprobada recientemente y en los debates producidos en el seno de los últimos congresos de las Comunidades Galegas no Exterior, este asunto está muy presente. Los centros gallegos ya no pueden tener el perfil mutualista de su origen y deben evolucionar hacia su conversión en una antena de doble dirección, tanto en el plano cultural como en el económico, turístico o educativo. No sería apartarse del todo de su misión inicial el convertirse en auténticos centros de servicios.

-¿Qué mensaje transmitiría a todas las personas que trabajan a favor de la cultura gallega en el exterior con gran esfuerzo y muchas veces con pocos medios?

-Mi experiencia me indica que en la emigración también se cumple la “ley de la tercera generación”, es decir, que los nietos recuperan lo que han olvidado sus padres pero que tenían sus abuelos. La transmisión de la cultura gallega se hace de varias maneras, pero es quizás en la música, el baile y la gastronomía donde mejor se expresa. Creo que deben seguir en esta línea, pero para ello es preciso ayudarlos desde Galicia.

-¿Nos podría adelantar qué proyectos va a desarrollar el Consello a corto plazo relacionados con la emigración?

-Tenemos algunos proyectos interesantes, a corto y medio plazo. Por una parte, reforzar la recuperación patrimonial de la Galicia exterior, ampliando nuestra actividad al campo del exilio republicano posterior a 1936, como ya hicimos con figuras como Luis Seoane, Lois Tobio, Silvio Santiago, Manuel Puente o X.B. Abraira.

Por otra parte, y con la mirada puesta en ese futuro Museo das Migracións, estamos organizando un plan de recogida de materiales (cartas, fotos, objetos…) que existen en numerosas casas gallegas. Su recuperación ayudaría a engrandecer el patrimonio de la emigración, pero también a valorizarlo y a socializar su importancia como un bien colectivo que forma parte esencial de nuestra identidad.