Los andaluces en Curitiba celebraron el Rocío en un recinto decorado con más de 2.000 farolillos y paneles con imágenes de la Comunidad

Disfrutaron de una fiesta donde no faltaron las sevillanas y mucha alegría

Baile por soleá.
Tampoco faltaron los tangos.
Una vista de la celebración.
Actuación de los niños.
Los cocineros con la paella.
Una imagen de la procesión.

Los andaluces en Curitiba celebraron el Rocío y disfrutaron de una fiesta donde no faltaron las sevillanas rocieras y mucha alegría.
El cónsul Saturnino Hernando Gordo se mostró orgulloso del trabajo realizado por la Casa de Andalucía, pudo agradecer a esta entidad que sus hijos, nietos y bisnietos no hayan olvidado sus raíces, además de acercarlos a la tierra que un día lo vio partir.
Con un grupo folclórico compuesto por más de 60 personas entre niños y adultos, cuyos integrantes paseaban entre los comensales con sus típicos trajes de faralaes y sus batas rocieras, y un recinto decorado con más de 2.000 farolillos y paneles con imágenes de la Comunidad, la sensación era  que la fiesta se celebraba en Andalucía .
El grupo de organizadores que ofrecen su dedicación cada año para perpetuar las tradiciones de la tierra trabajaron duramente durante tres días para cocinar una enorme paella para 500 personas. La presidenta de la Casa de Andalucia rindió un homenajes a esas personas que no miden esfuerzo para trabajar por la asociación.
La emoción se sobrepuso a la alegría cuando cuatro chicos vestidos con el típico traje de rociero entraron con la Virgen a hombros con la Salve Rociera cantada por los todos los presentes.
Allí, un año más andaluces y andaluzas y los brasileños simpatizantes de nuestras tradiciones, rindieron homenaje a la Blanca Paloma y le cantaron la Salve Rociera que le hizo saltar las lágrimas al público presente.
Pero sin duda alguna el broche de oro lo puso el Grupo de Baile de la Casa de Andalucía, “Cia. Luna de Sevilla”, que dirigido por el maestro, director y coreógrafo, Aurelio Baggio, arrancó aplausos del público durante toda la actuación y brindó al público bailes tan típicos como la soleá, los tarantos, la rumba y las sevillanas que pusieron el punto final a una fiesta que no quería terminar.