El tronco común de ambas ponencias girará sobre el objetivo de que se realice una apertura hacia una Galicia universal que abarque a todos los gallegos por igual.
Durante la exposición, los presidentes del Centro Galicia de Buenos Aires, Héctor Fernández, y de la Asociación Hijos de Arantey-Centro Villamarín Perojano, Santos Gastón Juan, quienes ejercieron de voceros durante la reunión, remarcaron que la extensa red de entidades gallegas presentes en muchas partes del mundo constituyen un eje de referencia de la acción exterior de la Comunidad, por lo que es de suma urgencia que la legislación vigente se adapte a los nuevos tiempos y las nuevas circunstancias.
En ese sentido, subrayaron la necesidad de realizar una profunda revisión a la Lei de Galeguidade, que actualmente tiene más de dos décadas de vigencia, teniendo en cuenta las nuevas demandas de los gallegos y gallegas residentes en el exterior, para que derive en un texto normativo acorde con la realidad actual.
Los directivos explicaron que para que este objetivo pueda ser cumplido, también es de suma importancia que se revise el Estatuto de Autonomía, en el que se establece que “las comunidades gallegas fuera de Galicia podrán solicitar, como tales, el reconocimiento de su galleguidad entendida como el derecho a colaborar y compartir la vida social y cultural del pueblo gallego”.
Sobre este punto, resaltaron la vital necesidad de que se amplíe su contenido reconociendo también a los individuos como posibles sujetos de la galleguidad, “pues no podemos obviar que las comunidades e individuos, gallegos y gallegas en el exterior, son los que mantienen viva la galleguidad, los que transmiten y difunden nuestra lengua, cultura, y tradición. Por otra parte, el texto estatutario es la norma de mayor rango normativo para contemplar este reconocimiento, pudiendo tener el posterior desarrollo en la Lei de Galeguidade”.
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Escaso reconocimiento al exterior
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En la presentación de la ponencia referente a la Lei de Galeguidade, los representantes de los centros de Argentina dejarán en claro que pese a que la magnitud del fenómeno emigratorio constituye una marca indeleble de la identidad gallega, esta figura se viene desvalorizando a un ritmo acelerado, sobre todo entre las nuevas generaciones de gallegos y gallegas que residen dentro de la Comunidad Autónoma. “Esta falta de conocimiento e interés se origina, entre otros, en una política formativa que no sólo no logra transmitir en su real dimensión los aportes de todo tipo que realizó y realiza la Galicia exterior a la próspera realidad de hoy de nuestra tierra, sino que no explica claramente que la historia fue tan dura con los que se quedaron como con los que se marcharon, y que para adoptar cualquiera de esas opciones fue necesaria una gran valentía, típica del pueblo gallego. Sus omisiones generan falsas antinomias sobre aspectos que no deberían merecer la más mínima discusión entre un pueblo orgulloso de su estirpe diferenciada”, destacaron.
Por otra parte, señalaron que dicha política tampoco explica la importancia estratégica de tener, en un mundo globalizado, una extraordinaria red de gallegos y gallegas diseminados por el mundo que podrían constituir un tejido “prácticamente indestructible” que le daría a Galicia una ventaja comparativa de real significación en una gran cantidad de campos de acción, con la consiguiente mejora para su conjunto. “En definitiva, no se transmite que en un mundo en que los intangibles adquieren singular valor, sólo la continua relación igualitaria entre la Galicia Territorial y la Exterior hará que el fenómeno se potencie y realimente, dando lugar a la Galicia Universal, en la que no existan los términos residentes o emigrantes, sino simplemente Gallegos, más allá del lugar del mundo en que se habite”, afirmaron.