V Día da Galicia Exterior

Las emociones se desbordan en el encuentro mundial de la diáspora gallega por el Xacobeo

Jóvenes de Santos (Brasil) lloran emocionadas tras bailar.

Santiago de Compostela fue el pasado día 13 el final de un Camino muy especial. El de todos aquellos emigrantes que participaron en el Día da Galicia Exterior, que en su quinta edición reunió a más de 4.000 personas en torno al Apóstol y en un brillante Festival Folclórico con las actuaciones de los 30 grupos de otras tantas entidades gallegas de la diáspora. La jornada comenzó a primera hora con el pasacalles de los grupos folclóricos por el centro histórico ante la curiosa mirada de los miles de turistas que a diario recorren esta joya del patrimonio mundial. Tras la concentración en la plaza del Obradoiro, enfilaron por distintos caminos la ruta hacia la plaza de A Quintana, donde tenía lugar la misa en honor al Patrón Santiago.

Allí, tuvo que ser Santiago Camba, secretario xeral de Emigración, quien se dirigió a los presentes. Estaba previsto que fuera el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pero el fallecimiento de dos miembros de una brigada antiincendios en Fornelos de Montes (Pontevedra) le obligó a suspender su agenda. Sin embargo, sí ofreció una recepción a los presidentes de los centros gallegos en el Hostal de los Reyes Católicos.

En su discurso, no de bienvenida “porque los emigrantes no son de fuera ni son turistas”, Camba elogió a “los mejores embajadores de Galicia, porque lo son de sentimiento y de corazón”, con especial referencia a las mujeres y a los jóvenes, instando a sus mayores a promover su galeguidade para participar en una “Galicia de futuro, abierta, innovadora y con proyección universal”.

Entre las autoridades que acompañaron a Camba estuvieron el primer presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, los delegados de la Xunta en Argentina, Alejandro López Dobarro, en Uruguay, Manuel Barros, y en Ourense, Rogelio Martínez; el ex secretario xeral para as Comunidades Galegas no Exterior, Fernando Amarelo de Castro, o José Manuel Castelao Bragaña, director gerente de la Fundación Galicia Emigración. Presidió los oficios el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que hizo un elogio de la emigración, “siempre dentro del corazón de Galicia, pese a haber dejado la tierra”.

Durante la ceremonia, que estuvo amenizada por la coral de la Coordinadora Federal de Asociaciones Galegas en Alemania, representantes de las entidades realizaron la ofrenda al Apóstol con las vírgenes que honran en sus respectivos países de adopción. Rita Mariño, de Nueva York, y José M. Patiño, de la Federación de Entidades Gallegas en Andalucía, pidieron por los emigrantes y recordaron a los fallecidos.

Si las emociones dominaron a muchos de los asistentes a la misa, los sentimientos se desbordaron durante el Festival Folclórico. No fue raro ver a miembros de los grupos envueltos en lágrimas y abrazándose tras actuar en el escenario de la Alameda. La emoción de pisar, en muchos casos por primera vez, la tierra de sus ancestros, de ver allí a sus familiares y de mostrar su amor por el folclore gallego, aprendido durante muchos años de esfuerzo, fue incontrolable y se vivieron escenas muy tiernas y reconfortantes. La profesora de baile del Centro Gallego de Montevideo, Claudia Carcacía, era incapaz de contener a los jóvenes que querían lanzarse a bailar por las calles y plazas compostelanas tras actuar.

En casos así conviene recordar esos vacíos discursos sobre la identidad de los emigrantes (y el proclamado por muchos ‘sinsentido’ de su voto) y el de aquellos que se arrogan el galleguismo en una visión localista que nada tiene que ver con esta explosión de sentimientos. Todos ellos deberían participar de una experiencia como ésta, además de escuchar idiomas de todo el mundo que siempre conducían al mismo y se entendían en el mismo: el gallego.

Y por qué no decirlo, el altísimo nivel del Festival es difícil localizarlo en los municipios de Galicia. Mezclado además con una original fusión con los ritmos de sus países de residencia, en muchos casos.