Durante la rueda de prensa para dar cuenta de los acuerdos del Consejo de Gobierno, Lamata explicó que “hoy, ayer y mañana irá agua al Levante” desde la cabecera del Tajo tras el último trasvase aprobado y opinó, sobre las críticas vertidas desde Murcia y Valencia, que “se me caería la cara de vergüenza por decir que se me trata de forma desigual que a Barcelona”.
Sobre esta derivación de agua, señaló que el Gobierno regional está conforme porque es lo que lleva haciendo Castilla-La Mancha con Valencia y Murcia desde hace 30 años. “¿Por qué no se reconoce que Murcia y Valencia están recibiendo desde Castilla-La Mancha agua para beber y también para su desarrollo?”, se preguntó el vicepresidente primero.
El también portavoz del Gobierno autonómico recordó que Castilla-La Mancha nunca niega a agua para beber, pero plantea que hay recursos que se van para el desarrollo económico de unas zonas en detrimento de otras, en relación al agua que se deriva al Levante y que no se queda en nuestra Comunidad Autónoma. Lamata aseguró, en referencia a las críticas de Ramón Luis Valcárcel y Francisco Camps, que “se me caería la cara de vergüenza por decir que se me trata de forma desigual que a Barcelona”.
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El vicepresidente insta al PP a defender juntos la reforma del Estatuto en el Congreso
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Por otro lado, el vicepresidente primero calificó la reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha como “una reforma de máximos, de Primera División, de gran proyecto y a la que la región tiene derecho” para ganar el siglo XXI y recordó que la misma, liderada por el presidente Barreda, contaba con dos requisitos: obtener el respaldo del PSOE y del PP, un objetivo que se logró al aprobarse en las Cortes regionales con el acuerdo parlamentario unánime; y que fuera un texto plenamente constitucional, de forma que cuando se convierta en Ley Orgánica, forme parte del bloque constitucional conjuntamente con la Constitución y los Estatutos de Autonomía derivados de la propia Carta Magna. El portavoz del Gobierno reiteró estos requisitos e instó al PP a “ir juntos al Congreso de los Diputados” en defensa de un Estatuto que sea para Castilla-La Mancha “el mismo motor de desarrollo que ha supuesto el actual”.