La Sociedad Islas Canarias de Montevideo trabaja para mejorar la salud de los emigrantes mayores

Promueve el envejecimiento saludable a través de múltiples actividades en su Centro de Día

El elenco de emigrantes canarios en la sede de la Sociedad Islas Canarias de Montevideo.
Los abuelos canarios interpretan una obra de teatro para los niños.

La institución que preside la emigrante canaria Inmaculada Cedres viene realizando grandes esfuerzos por mantener los predios al servicio de la comunidad canaria en el sur del país, y tal fue el resultado de alquilar parte de la propiedad a la mutualista Casa de Galicia, lo que ayudó sensiblemente a equilibrar los balances.
Pero además de su sala de informática, que aporta a la formación de los jóvenes, también se están realizando las actividades en el Centro Diurno comprometidas a mejorar la calidad de vida de los emigrantes insulares, que en su mayoría superan ampliamente los setenta años. Esto ha llevado a que dejaran de trabajar, y en muchos casos no cuenten con familia que les acoja, por lo tanto hasta alguna pieza de la sede de la avenida Millán fue acondicionada para que fuera su hogar.
Pero no hay mejor ejemplo de la actividad que esta institución está realizando que detallar lo realizado por los emigrantes que concurren al Centro Diurno en las proximidades del Día del Abuelo. Se escogió un día de la semana para comenzar con un almuerzo compartido en el salón principal, para que luego una delegación de estos emigrantes recogieran las prendas que habían tejido en un par de meses, y las entregaron a los recién nacidos prematuros del Hospital Pereira Rossell, donde en su mayoría los que allí se asisten son familias de escasos recursos económicos.
Y otras prendas, esta vez tejidas para adultos como ellos, fueron llevadas al Hospital Geriátrico Piñeyro del Campo, donde cientos de ancianos desprotegidos viven sus últimos años en alojamientos del siglo pasado que están acondicionados en un parque de frondosos árboles en el barrio de la Unión.
Apostando a los niños
La actividad del Centro de Día de la Sociedad Islas Canarias apuesta por mantener al medio centenar de emigrantes que allí concurren diariamente en actividad y así protegerles para tener un envejecimiento saludable. Personal especializado les anima a bailar, jugar y divertirse, como medio de expresión y relax.
Asimismo, reciben una merienda que es aprovechada con largas charlas de sobremesa como forma de unir al grupo y además recordar desde su infancia en las Islas hasta su desempeño en este país de acogida.
Esta es una forma de ejercitar la memoria, a la que diariamente también se le agregan ejercicios cognitivos destinados a mantenerlos activos y participativos en esta sociedad que, tal como expresa la presidenta Inmaculada Cedres, “entendemos necesita mucho del aporte de estos maestros en valores como: la solidaridad, honestidad, respeto, humildad”, refiriéndose a los emigrantes que allí concurren.
“Sus abrazos, consejos y compañía son un tesoro preciado para quienes sabemos reconocer el aporte que nuestros mayores puede hacer a las nuevas generaciones”, aseguró Cedres.
La proximidad de la institución a un centro educativo público llevó a que los abuelos pudieran tener público a diario para sus actividades teatrales, donde practican toda la semana obras que luego interactúan con los niños, quienes además también se integran en dichas obras.
Sin duda alguna, esta otra faceta de la Sociedad Islas Canarias la hace distinta a las demás instituciones de la colectividad española, ya que está practicando una tarea profesionalizada para la atención integral de los canarios más precisados ayudándoles a mejorar la calidad de vida de sus últimos años de vida.