La magia de la noche de San Juan inundó el Patronato da Cultura Galega de la capital uruguaya

Los jóvenes de la asociación ‘Me Mola’ tuvieron que suspender su celebración

Un momento de la noche de San Juan en el Patronato.

Lamentablemente la asociación de jóvenes gallegos ‘Me Mola’ suspendió la actividad que realizarían en el Centro Gallego encontrándose varios asistentes con la institución cerrada cuando llegaron a las once de la noche a la fiesta.

Esta última situación provocó el enojo de algunos que habiendo hecho las reservas correspondientes, no fueron notificados de la cancelación de la actividad que prometía por parte de los jóvenes de ‘Me Mola’ música, baile y comidas típicas para una noche de San Juan que en esta oportunidad no se haría a cielo abierto como el año pasado, sino que sería en el teatro del Centro Gallego de Montevideo en la calle Andes.

La historia de esta truncada celebración de San Juan de los jóvenes gallegos, tuvo también otra repercusión con una carta pública de la directiva del Centro Valle Miñor, quienes afirman que “Con sorpresa y malestar llegó a nosotros la versión de que (los jóvenes directivos de ‘Me Mola’) habían sido maltratados (?) y que Valle Miñor quería lucrar con ellos. Realmente inadmisible lo sucedido que intenta manchar el buen nombre de nuestra institución que ha dado muestras en reiteradas oportunidades de colaborar con generosidad y gratuitamente con emprendimientos y eventos con nuestros salones, no solamente en nuestra colectividad sino también de muchas otras entidades a nivel nacional”, aseguran los presididos por Carlos Barcia.

Pero dejando de lado esta truncada fiesta de San Juan, la que si se llevó a cabo con total éxito fue la organizada por el Patronato da Cultura Galega, donde su presidenta Ana Lorenzo, explicó el significado que tiene en Galicia la ‘festa de San Xoán’, que allí cae en pleno solsticio de verano con un clima que hace propicio el disfrutar al aire libre de las hogueras.

Sin embargo en la sede del Patronato fue imposible hacer la hoguera por las condiciones del patio trasero y el clima frío y ventoso que había, por lo que agrupados en un damero de cuatro sectores en el salón principal de la entidad de la calle Rondeau, socios y allegados disfrutaron de comidas típicas mientras aguardaban la queimada que se estaba preparando en una olla que calentaba 30 litros de aguardiente.

Simbólicamente se trajo a la reunión una olla de barro con cinco litros del ardiente brebaje y un ‘bruxo’ hizo el deleite de fotógrafos y presentes cuando en la oscuridad levantó el ardiente líquido convertido en llamas de varios colores.

Luego las brujas ingresaron asustando a los niños que este año han conquistado un nuevo espacio en el Patronato con las clases de lengua gallega que imparte Adriana Fernández para ellos, y se produjo un diálogo y hasta ríspido lenguaje gallego-castellano entre las meigas antiguas y las brujas modernas que fue el delirio de carcajadas de los presentes.

La fiesta culminó con el agotamiento de la típica bebida gallega que permitió tomar energía para enfrentar la noche con temperaturas cercanas al cero grado que los asistentes debieron soportar a la salida para llegar a sus casas.