El fallo, dictado por la Jueza Patricia Barbieri y aprobado en primera instancia por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala F, estableció que el Centro Burgalés deberá indemnizar a Río del Val con la suma de 5.000 pesos (alrededor de 1.250 euros) al considerar que la entidad había incurrido en daños y perjuicios contra el demandante.
Río del Val, quien se desempeñaba como secretario del Centro Burgalés, recibió una sanción disciplinaria impuesta por la comisión directiva de la institución con motivo de un párrafo que el autor insertara en el prólogo de su libro “María Teresa León en la Argentina de 1928. Vida y obras”, que fue presentado en la sede social de la entidad a finales de 2003.
Según explicaron a España Exterior las autoridades del Centro Burgalés, la sanción, que consistió en un apercibimiento (la medida disciplinaria más leve que prevé el estatuto de la entidad), fue motivada por un párrafo del libro en el que Río del Val afirma: “… he constatado, como Secretario del Centro Burgalés de Buenos Aires, que gran parte de su tesoro histórico lo ha corroído y devastado la incuria, la dejadez y el menosprecio de irresponsables y pigmeos intelectuales, que no han sabido valorar el caudal de riqueza que pasaba por sus manos, relegando al cajón del olvido o a la carcoma del tiempo documentación irrecuperable…”. La comisión directiva del Centro Burgalés determinó que dicha frase consideraba una grave incorrección de un asociado y por lo tal violatoria del estatuto de la institución. Sin embargo, esta medida fue dejada sin efecto por decisión de la Inspección General de Justicia (resolución 366/04), que ordenó al Centro Burgalés que retirara la sanción impuesta, al declararla irregular e ineficaz por motivos netamente procedimentales.
“La falta de capacidad comprensiva, que llevó a las autoridades del Centro a hacer decir a un párrafo lo que de ningún modo, desde el punto de vista gramatical y filológico, se puede inferir del mismo, motivó que se sintieran molestos y decidieran aplicarme la sanción disciplinaria”, señaló Río del Val en un escrito enviado a este medio, en el que explicó que en varias ocasiones intentó apelar para que los directivos reconsideraran la medida, a la que consideraba “injusta, inconsistente y atentatoria contra mi libertad de expresión que, como periodista y escritor, vengo ejerciendo con total independencia desde hace muchos años”. Además, agregó que al vérsele cerradas “incomprensiblemente” las puertas para un entendimiento “amigable” acudió primeramente en queja a la Inspección General de Justicia, donde obtuvo resolución favorable.
Reparación al daño moral
Río del Val remarcó que su demanda, en la cual reclamó una indemnización de 16.000 pesos (4.000 euros), tuvo por objetivo lograr como hecho ejemplarizador una reparación al daño moral “que dicha injusticia y arbitrariedad me habían provocado”, pero que al no obtener respuesta satisfactoria en la mediación que intentó y, como ya había advertido a las autoridades con anterioridad, acudió a la vía legal para obtener el resarcimiento buscado. “Es por esta vía, tanto por el fallo de primera instancia, como por el reciente fallo unánime de la Cámara, que he podido conseguir lo que la torpeza y ceguera de los directivos del Centro me habían negado incomprensiblemente”, afirmó, añadiendo que la justicia ha hecho recaer también sobre la parte demandada las costas del juicio.
A su vez, las autoridades del Centro Burgalés informaron que en una Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria llevada a cabo en el año 2004, se dispuso por unanimidad de los miembros presentes lo siguiente: “Los socios del Centro Burgalés, reunidos en Asamblea General Ordinaria del 25 de setiembre de 2004, declaramos nuestro total y absoluto apoyo a la Comisión Directiva en todo lo actuado en respuesta a los planteos realizados por el socio Sr. José Antonio Río del Val. La Asamblea considera que el Centro Burgalés se ha visto ofendido y agraviado no solo en la memoria de nuestros antepasados, sino también todos los miembros de la colectividad burgalesa. Proponemos llamar a la reflexión al Sr. José Antonio Río del Val para que no vuelva a generar conflictos y retirando las acusaciones referidas a nuestras autoridades. Esta Asamblea faculta a la Comisión Directiva a tomar medidas más severas en caso de que el Sr. José Antonio Río del Val persista en su actitud conflictiva.”.
“Es evidente que el sentir de los miembros de la comunidad burgalesa fue notoriamente afectado por los dichos del Sr. Río del Val, sin perjuicio de señalar que el actor siempre fue recibido y continuó concurriendo como lo hacía habitualmente a la institución”, subrayaron las autoridades de la institución burgalesa, quienes manifestaron que a pesar de no estar de acuerdo con la sentencia dictada, acatarán lo allí dispuesto “conforme corresponde a una institución y personas de bien”.
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“Que comentarios fuera de lugar no vuelvan a repetirse”
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“Como dirigentes de instituciones de la colectividad española siempre nos hemos sentido orgullosos del legado que nos dejaron nuestros antecesores; aunque no todos los que llegaron a estas tierras argentinas tenían grandes estudios, sí podemos decir que pusieron el corazón en lo que hacían, y las generaciones actuales les debemos a todos ellos el haber creado estas casas y haber colaborado en su vitalidad a lo largo de, en nuestro caso, casi 90 años. De allí la ofensa que recibió la comunidad burgalesa al leer que se hablaba de sus dirigentes tildándolos de ignorantes y pigmeos intelectuales. Si desde la retórica siempre los elogiamos, ¿cómo íbamos a dejar que se los maltratara tanto?”, destacaron las autoridades del Centro Burgalés.
Además, señalaron que no obstante lo dispuesto en la causa judicial mencionada, “es el sentir de esta Comisión Directiva que situaciones de agresión o comentarios fuera de lugar dirigidos contra los que con su esfuerzo y dedicación hicieron del Centro Burgalés de Buenos Aires un lugar de encuentro y recordación, no vuelvan a repetirse”.