Con 57 años de edad, Dolores Bolay -conocida como Loly Bolay- cambió hace 10 años la trayectoria profesional que había desarrollado en la banca y en una multinacional francesa por la política, cuando salió elegida como diputada socialista en el cantón suizo donde reside. Tras tres legislaturas como diputada, ha sido elegida como presidenta de la Cámara de Ginebra.
Sobre el derecho de voto
Acerca del sufragio emigrante en España, Dolores Bolay cree que sería adecuado importar un sistema similar al suizo, donde los ciudadanos que residen en el exterior sólo puedan votar en los comicios autonómicos y en los generales. En su opinión, un ciudadano en la Diáspora “no está al corriente de lo que pasa en su municipio”, por lo que cree “normal” que no decida en las elecciones municipales.
El secretario xeral de Emigración de la Xunta, Manuel Luis Rodriguez, y el embajador y el cónsul de España arroparon a Dolores Bolay en la votación que la convirtió en la nueva presidenta de la cámara ginebrina.
En su discurso de acceso al cargo, habló de la “la integración” de los extranjeros en la sociedad suiza y destacó que “este no sería el país que es sin los emigrantes”, aseveró para reclamar que Suiza desarrolle una política de inmigración que no conciba este fenómeno “sólo desde una óptica utilitarista”.
Después de 39 años de residencia en Suiza, esta emigrante gallega asegura que sus compatriotas “están muy bien vistos” en Suiza porque “van a trabajar”, pero recuerda momentos “difíciles” al principio porque se encontró con “mucha xenofobia”.