La Familia Real arropa a la Princesa Letizia ante el fallecimiento de su hermana menor

La joven de 31 años fue encontrada muerta en su domicilio de Madrid

La Familia Real dio su último adiós bajo la lluvia y entre las lágrimas de sus allegados a Érika Ortiz, hermana menor de la Princesa de Asturias, Doña Letizia Ortiz, fallecida en su domicilio de Madrid, sin que se informase de las causas de la muerte, aunque diversas fuentes apuntaron al suicidio. El Rey Juan Carlos, de regreso de un viaje oficial a Alemania, los Príncipes de Asturias y las Infantas Elena y Cristina, acompañadas de sus esposos Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, respectivamente, acudieron al tanatorio de la localidad de Tres Cantos, al norte de Madrid, para asistir al responso por el alma de la joven fallecida.
Doña Letizia Ortiz, completamente vestida de negro y con lágrimas en los ojos, entró al tanatorio acompañada del Príncipe Felipe, que sujetaba por el hombro a la madre de Doña Letizia, Paloma Rocasolano, y por su abuelo materno.
Poco después llegaron el Rey Juan Carlos junto con las Infantas para asistir a un breve responso, tras el cual se procedió a incinerar el cuerpo de la hermana pequeña de la Princesa de Asturias. “Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña”, dijo Doña Letizia a los periodistas, antes de romper a llorar al salir del acto fúnebre de su hermana. A esta ceremonia sólo faltaron la Reina Sofía, que se encontraba volando de regreso a Madrid desde Indonesia, tras suspender el viaje de cooperación que efectuaba al país asiático después conocer la noticia del fallecimiento de Érika Ortiz, y la tercera hermana Ortiz Rocasolano, Telma, que también estaba de regreso a España tras verse sorprendida por la noticia en Filipinas, donde colabora con una ONG. Las dos sí acudieron a un funeral que se celebró posteriormente.
Érika Ortiz, de 31 años, fue encontrada muerta por pareja en su piso de Valdebernardo, en la periferia de Madrid, el mismo que ocupó la Princesa de Asturias hasta su boda con el Príncipe Felipe. Al parecer, la joven sufría una depresión.