“La emigración vive un momento de expansión y afirmación en sus valores, tanto individuales como colectivos”

“El presupuesto es el que hay y vamos a hacer lo que haga falta para que alcance a cubrir todo lo que es fundamental para mantener los servicios y prestaciones que resultan esenciales”

El director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal.

El mantenimiento de las prestaciones a los más necesitados, el apoyo a quienes quieran emigrar, o la especial atención a la juventud y la mujer son algunas de las más importantes líneas que seguirá este departamento.

-Tras un año al frente de la Dirección General de Migraciones del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, ¿podría explicar cuáles son en su opinión las características más destacadas en este momento de la colectividad española que vive en el extranjero?

-En los últimos años la colectividad española asentada en el exterior ha cambiado poco y sigue siendo muy valorada en las sociedades de acogida. Suma cerca de 1,8 millones de personas, y existe un número creciente de jóvenes que ya pertenecen a segundas o terceras generaciones. Los mayores todavía se sienten muy vinculados con su tierra de origen y algunos muestran interés por retornar a España. A todos ellos, y especialmente a los que tienen pocos recursos o padecen enfermedades, es a quienes dirigimos nuestro esfuerzo y apoyo. Creo, en definitiva, que la emigración vive un momento de expansión y afirmación en sus valores, tanto individuales como colectivos.

-La crisis económica abarca, en estos momentos, prácticamente todo el quehacer político, tanto a nivel estatal como autonómico o local. ¿En qué medida ha afectado a las políticas dirigidas hacia los emigrantes?

-Vivimos un momento en el que es necesario controlar el gasto y, sobre todo, optimizar los recursos disponibles para destinarlos allá donde más falta hacen. En este sentido en la Dirección General de Migraciones hemos tenido que priorizar las prestaciones de tipo asistencial, como son las de ancianidad e incapacidad, en la asistencia sanitaria y en el apoyo a los centros y asociaciones, especialmente las de carácter asistencial.

-Esta crisis también ha provocado un incremento del número de españoles que emigran que ha pasado de alrededor de 30.000 en 2010 a 60.000 en 2011 (según los datos del INE). ¿En su opinión esta emigración continuará aumentando?

-Los datos que se están dando sobre los nuevos emigrantes hay que manejarlos con cuidado. Creo que todavía no tenemos perspectiva suficiente para hacer afirmaciones rotundas, porque hay muchos factores que a veces no se tienen en cuenta. El INE facilita datos sobre flujos migratorios de manera global, indicando el aumento o disminución de la población, pero no hay un registro detallado de los que se marchan, ni siquiera sabemos cuántos de ellos puede que hayan regresado cuando se elabore la próxima estadística. Por el mismo motivo sería muy atrevido afirmar si esto irá a más, o no. Seguramente dependerá de cómo evolucione nuestra economía y la de los países de nueva emigración.

-Muchos dicen que se trata de personas jóvenes altamente cualificadas. Según sus datos, ¿puede confirmarnos que este es el perfil predominante de la nueva emigración?

-Es evidente que quienes desean trasladarse a otros países para vivir y trabajar en ellos son jóvenes, en su mayoría, y por los requerimientos de esos países podemos deducir que la demanda es de trabajadores cualificados, pero no hay datos oficiales que señalen cuántos de ellos son ingenieros, médicos, enfermeros, etc.

-El fenómeno social de la emigración ha estado marcado en España, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, por unas características muy concretas: personas con escasos recursos y un futuro poco esperanzador que buscaban en el extranjero mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias. ¿Considera que la globalización ha cambiado este paradigma?

-En gran medida sí. Los grandes movimientos migratorios de españoles que se dieron en el pasado, primero hacia América y luego hacia Europa, no se pueden comparar con la situación que vivimos hoy. Antes emigraban pueblos enteros, se fletaban barcos para los emigrantes que viajaban a América y trenes con destino a Suiza o Alemania. Ahora no se dan esos fenómenos y quienes se deciden a partir lo hacen individualmente, con más conocimiento y deseo de mejorar.

-En este sentido, ¿cuál debe ser el papel que ha de jugar el Estado ante la emigración?

-El artículo 42 de nuestra Constitución dice que “El Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno”. Esta es la obligación que tenemos y que llevamos a cabo cumpliendo con las atribuciones que nos marca la Ley. Las personas deciden donde quieren vivir y trabajar y ejercen su derecho. El Estado, en este caso, no está para controlar ni dirigir, pero sí tiene que estar atento a las necesidades y demandas de los españoles que residen en el exterior o quieren regresar a España.

Entre estas demandas hemos detectado una necesidad de información, especialmente de carácter laboral, entre quienes desean viajar a otros países y en esta vía estamos trabajando, desarrollando cauces nuevos e impulsando otros ya existentes, como la página Web de la Secretaría General de Inmigración y Emigración, en la que pronto se podrá encontrar una oferta informativa práctica y actualizada.

-Los presupuestos dirigidos a los emigrantes se han visto mermados considerablemente tanto en 2012 como en los previstos para 2013. ¿Se trata de una reducción coyuntural -motivada por la crisis económica- o de un ajuste permanente? Su departamento ha suprimido varios programas de ayudas a emigrantes. ¿Por una cuestión de prioridad?

-Todas las partidas presupuestarias han sufrido ajustes y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social no se encuentra entre los más perjudicados. Como ya he dicho antes, es necesario establecer prioridades y procurar que el dinero disponible llegue allá donde más falta hace.

En cuanto a si el ajuste será permanente, habrá que ver cómo evoluciona todo, porque no sólo hay que contar con lo que ocurre en nuestro país, ya que algunos países de Iberoamérica, donde se vuelcan la mayoría de nuestras ayudas, están mejorando mucho sus prestaciones y servicios, lo que en el futuro puede hacer que los nuestros no sean tan necesarios.

-Hay quien piensa, quizás no sin razón, que la privación en la práctica del derecho de voto a los españoles residentes en el extranjero supondrá la eliminación de las políticas dirigidas hacia ellos al perder todo su peso político. ¿Comparte esta opinión? Por otro lado, usted se ha manifestado en numerosas ocasiones en contra de la reforma de la Loreg del año 2011. ¿Considera que es posible una marcha atrás, una ‘contrarreforma’ que devuelva la regulación del voto exterior al estado anterior a la reforma?

-El asunto de la participación electoral de los emigrantes es un tema muy sensible y no creo que la emigración llegue a perder peso político. No olvidemos que hay más de un millón y medio de españoles que pueden votar, según el último Censo de Residentes en el Extranjero, y si bien las cifras de votantes nunca han sido muy altas, tras la reforma de la Loreg se han desplomado. Considero que la reforma de 2011 ha sido muy desafortunada y pienso que lo que se debe hacer es una única y buena reforma, que garantice los derechos civiles, como es el del voto, ya que una política de parches no satisface a nadie.

-Volviendo a los recursos destinados a las políticas dirigidas a los emigrantes. ¿Son suficientes los 76,7 millones de euros que destinará el Gobierno en 2013 a los emigrantes (programa 231B Acciones a favor de los emigrantes del Ministerio de Empleo y Seguridad Social) para atender correctamente las necesidades del colectivo? También se ha reducido la partida destinada a las prestaciones por razón de necesidad que ha pasado de 88 millones en 2011 a 60,7 millones en 2013. ¿Se debe este recorte solo a la crisis económica?

-Si hay menos dinero es necesario establecer prioridades y, sobre todo, gestionarlo mejor. El presupuesto es el que hay y vamos a hacer lo que haga falta para que alcance para cubrir todo lo que es fundamental para mantener los servicios y prestaciones que resultan esenciales.

Tampoco hay que hablar de recortes generalizados, porque si gastamos menos en prestaciones por ancianidad se debe, por una parte, al natural descenso del número de beneficiarios, debido a su edad, y por otra a la mejora a la que me refería antes en las pensiones que muchos cobran en los países donde viven, que hacen menos necesario el complemento de las nuestras.

Este ahorro en pensiones podemos destinarlo a otros fines, como ha sido el mantenimiento del Programa de Mayores y Dependientes, que antes financiaba el Imserso, por tratarse de un colectivo de su ámbito de actuación, y que ahora gestionamos en solitario, tras haberse desvinculado en 2012 y de forma inesperada el Imserso, aportando la Dirección General de Migraciones  todo el presupuesto, que en 2012 ha sido de 1,8 millones de euros, y teniendo que buscarlo donde se ha podido, dado que no estaba prevista ninguna partida para hacer frente a un imprevisto de este tipo.

-En materia de asistencia sanitaria, ¿qué avances ha hecho el Gobierno para garantizar esta prestación a los emigrantes más necesitados?

-La asistencia sanitaria va aparejada a ser beneficiario de las prestaciones por razón de necesidad. Tenemos convenios firmados con 11 países, especialmente de Iberoamérica, y es una cobertura que funciona de forma satisfactoria. Cada año se revisan los convenios y al final de cada ejercicio se hace una evaluación sobre la calidad del servicio, lo que nos permite detectar los fallos que puedan darse y tomar las medidas para que no se repitan.

-En otro orden de cosas, ¿considera importante lograr una mayor coordinación entre el Gobierno central y las autonomías en las políticas de emigración? ¿Será beneficiosa la integración de estas políticas dentro de la Conferencia Sectorial de Inmigración y Emigración? En el último pleno del CGCEE varios representantes autonómicos se mostraron críticos con la decisión de incluirlas en dicha Conferencia Sectorial.

-La colaboración entre el Gobierno y las Autonomías es imprescindible. La Constitución atribuye expresamente al Estado la salvaguardia de los derechos de los emigrantes, pero esto no descarta que aquellas Comunidades autónomas que lo decidan, puedan adoptar medidas que favorezcan a los emigrantes y retornados, siempre dentro de su ámbito competencial. Por otra parte, el Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior indica que el Estado y las Comunidades Autónomas deberán cooperar para garantizar la efectividad de los derechos y deberes que dicha Ley reconoce a los españoles en el exterior y añade que se constituirá una Comisión, como órgano de cooperación multilateral, de ámbito sectorial.

Esta Comisión Sectorial de Emigración comenzó sus reuniones en 2007 y en junio de 2012 la Secretaría General de Inmigración y Emigración estudió la posibilidad de unificarla con la Conferencia Sectorial de Inmigración, presentándose un borrador para modificar los reglamentos de funcionamiento y crear la Comisión Sectorial de Inmigración y Emigración. La propuesta fue aceptada por los miembros de la Comisión.

Por otra parte, la coordinación de las actuaciones y la cooperación se lleva a cabo también mediante la participación de las Comunidades Autónomas en el Consejo de la Ciudadanía Española en el Exterior.

-Otro asunto importante es la situación de las entidades, centros, asociaciones, etc., repartidos por todo el mundo. Muchas de ellas sufren problemas tanto de financiación como de relevo generacional. ¿Cuál es, en su opinión, el camino que deben seguir para no desaparecer? ¿Y cuál es el papel que debe jugar el Gobierno, ya que se trata de entidades privadas?

-Gracias a los centros la idiosincrasia y la cultura española se han mantenido vivas en muchos lugares. Es cierto que tienen problemas y esto nos preocupa mucho, porque deseamos que sigan siendo entidades vivas. Por eso es fundamental involucrar en las asociaciones a los jóvenes, para que vean los centros como un lugar de encuentro, un punto en el que pueden aprender, intercambiar experiencias y obtener información. Por otra parte, hay que destacar que estas sociedades, que tradicionalmente han estado reservadas a los hombres, se han abierto a las mujeres, y ellas se han convertido en muchos países, en el motor social y filantrópico de estas sociedades.

-Dentro del tejido asociativo hay algunas entidades señeras como el Hogar Español de Montevideo, el Centro Español de Saint Denis, el Centro Gallego de Buenos Aires y otras que están pasando por serias dificultades. ¿Qué hace el Gobierno al respecto?

-Desde la Dirección General de Migraciones y desde hace muchos años, venimos prestándoles apoyo económico a través de las subvenciones de nuestros programas de Centros y Asociaciones y todos estos casos los estamos siguiendo con mucha atención porque se trata de instituciones emblemáticas en el ámbito del asociacionismo español y nos preocupa el momento tan difícil que están pasando, pero cada una tiene su problemática. Hemos mantenido reuniones con las autoridades de estos países y les hemos pedido apoyo para estas instituciones que también son suyas y que merecen la máxima atención y la colaboración de toda la sociedad civil.

-En su último viaje a Argentina se reunió con el interventor del Centro Gallego nombrado por el Inaes, Carlos La Blunda. ¿Cuál es el futuro de esta entidad tan importante? ¿Se solucionarán sus problemas de gestión? ¿Volverá a manos de los socios?

-En el mes de noviembre mantuve una reunión en Buenos Aires con el Sr. La Blunda y creo que los problemas de gestión se van a solucionar, sobre todo porque los representantes de los socios se han mostrado muy dispuestos a colaborar, entre ellos y con la intervención, por lo que veo muy probable que el Centro Gallego siga en manos de sus socios en el futuro.

Por otra parte, tengo que decir que el Centro Gallego de Buenos Aires recibió en 2011 una subvención de 30.000 euros, con cargo al Programa de Centros que gestiona la Dirección General de Migraciones. Esta ayuda económica estaba destinada a la realización de obras necesarias en el hospital de día.

En todo caso, y en lo que respecta a las medidas previstas para salvar el Hospital, conviene aclarar que el Centro Gallego de Buenos Aires se encuentra actualmente intervenido por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social de la República Argentina (Inaes), con el objetivo de sanear las finanzas de dicha institución. En este contexto, y al tratarse de una intervención de carácter jurídico, la Dirección General de Migraciones sigue con interés el desarrollo de los acontecimientos, pero no puede actuar, más allá del seguimiento y observación de la situación para defender los intereses generales de sus socios y la colectividad española afectada.

-En cuanto a los órganos de representación de los emigrantes, los CRE y el CGCEE, ¿le parece que realmente son operativos y que responde a las necesidades de la colectividad española en el exterior? ¿Considera que habría que hacer algún cambio para mejorar su funcionamiento? La representatividad de estos órganos siempre ha estado en entredicho a causa de la poca participación que hay en las elecciones a los CRE. ¿Cómo se podría mejorar este índice de participación?

-Tanto los CRE como el Consejo General acumulan ya una larga trayectoria como cauces de participación y, pese a las críticas que se puedan hacer, no se puede negar su utilidad y el servicio que vienen prestando. Sí considero muy necesario que los CRE hagan lo que sea para animar a los españoles y lograr más representatividad, porque esto implica más autoridad. Esto ya lo transmití en el último Pleno de Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, porque creo que hay que incidir en el tema de la participación.

-¿Qué viajes para visitar a la colectividad española tiene previsto hacer próximamente?

-En principio alguno por países de Europa y América central y andina, con independencia de otros que puedan surgir.

-¿Qué mensaje desea enviar a todos los españoles que viven fuera de nuestro país?

-Sigue siendo cierta la frase de que “lo mejor de España se encuentra fuera”, pero no únicamente referida a los individuos, sino también a nuestra cultura y nuestras tradiciones. Los emigrantes son nuestros mejores embajadores y se han hecho acreedores del respeto de todos por su solidaridad y filantropía. Yo les diría: Seguid siendo vosotros mismos.