La directora de la AME dicta en París una conferencia sobre la situación de la mujer en la Comunidad

Hizo especial foco en el papel integrador que juega en los procesos migratorios

Victoria Cristóbal en su despacho de la Agencia Madrileña para la Emigración.

Antes de comenzar su exposición, Cristóbal agradeció a la Confederación de Padres de Familia Españoles en Francia y a José María Oliver por la invitación al encuentro. A continuación, la directora desglosó las principales políticas desarrolladas por el Gobierno de la Comunidad de Madrid en beneficio de los derechos de la mujer, así como el papel que la mujer ha desarrollado tanto en la historia la Región como en la del mundo migratorio.

La directora habló de los aspectos generales de la situación de las mujeres en la Región, y en especial a aquellas mujeres que se encuentran en una posición “más desventajosa”, para luego centrarse en aspectos más concretos como el mercado de trabajo, la conciliación, la violencia de género y, por último, la situación de las mujeres emigrantes.

No quedaron fuera de la conferencia aquellos recursos dirigidos a las mujeres y que han sido puestos en marcha por el Gobierno de la Comunidad de Madrid y “que han contribuido a una mejora sustancial de la situación”.

Cuestiones demográficas
Según explicó Victoria Cristóbal, en la Comunidad de Madrid viven 795,37 personas por kilómetro cuadrado y hay 3.292.058 de mujeres empadronadas que suponen el 52% del total de la población, “por lo que la ‘sex ratio’ se encuentra semi equilibrada, con un 1,5% favorable a las mujeres”. La directora resaltó que más de la mitad de las mujeres en la región viven en la ciudad de Madrid: exactamente el 52% del total de empadronadas, es decir 1.723.865 mujeres, mientras que las restantes se reparten entre los 188 municipios restantes que componen la Comunidad.

Más allá de las generalidades, Cristóbal señaló que “la situación de las mujeres no se puede tomar como un todo genérico, ya que concurren muchas circunstancias que dependen de su diversidad, y por tanto de la diversidad de sus situaciones”. Y agregó que “no es lo mismo hablar del desempleo femenino en la ciudad de Madrid que hablar del desempleo femenino en una zona rural o de las oportunidades para emprender un negocio que tienen las mujeres jóvenes en Majadahonda o en Valdemoro o las inmigrantes y las mayores.

Así, el territorio, la nacionalidad, la edad, las condiciones de vida influyen en sus trayectorias, aumentando o limitando oportunidades y el género determina, al mismo tiempo, la experiencia y de nuevo, las oportunidades, de cada una de ellas.

La directora de la AME habló de la situación de las mujeres emigrantes, no sin antes hacer un recorrido histórico por las características y orígenes generales de la emigración española. Así, llegó a la situación de la Comunidad de Madrid, que en 2009 había registrado 197.545 madrileños viviendo fuera de España.
“Las condiciones en que se produce la emigración femenina, en términos generales se ha mantenido muy silenciada en los últimos años. De hecho, aunque esta migración no es nueva ni está restringida a unos u otros países es un hecho generalizado. De los 196 millones de personas migrantes que hay en el mundo 95 millones son mujeres”, explicó.

Cristóbal distinguió cuatro realidades diferentes que viven las mujeres emigrantes: las mujeres y familias integradas; las mujeres entre dos orillas; las mujeres divididas; y las mujeres rotas.

Las primeras, explicó, “están completamente integradas en la sociedad y su futuro lo construyen en esta cultura”; las segundas, “viven en un país extranjero pero añoran la vida en su país de origen”; “las terceras mantienen su trabajo en el país de acogida, pero sus hijos viven en el de origen. Su trabajo les permite una vida mejor en su patria y sueñan con reunirse con su familia”.

Por último, explicó, las mujeres rotas “no encuentran sentido a su presencia en el extranjero; se sienten atrapadas. No ven futuro en ninguno de los dos países, el de procedencia y el de acogida”.

Concluyendo, Cristóbal señaló que los datos hacen pensar que “aún con todas las dificultades y limitaciones que encuentran, las mujeres emigrantes son una importante fuente potencial de desarrollo. Además, dijo, que tienen “un importante papel como agente de integración intercultural”.

Para terminar, señaló que “es imprescindible continuar apoyando a las mujeres que se ven obligadas a desplazarse para buscar un futuro mejor”. Según la directora, “es preciso continuar apoyando, inyectando recursos, proyectos, programas a las mujeres emigrantes que lo dejan todo para empezar una nueva vida”.