“La noticia del otorgamiento al pueblo de Boal de la condición de ‘Pueblo Ejemplar’ -galardón entregado en el marco de los Premios Príncipe de Asturias- fue una noticia de impacto, al igual de la visita de los reyes de España a nuestro concejo. Para todos por acá, de este lado del Atlántico, la alegría fue extraordinaria. Inmediatamente se convocó a la junta directiva de nuestra Sociedad y, junto a varios de sus asociados, incluyendo los naturales, celebramos con gran entusiasmo la noticia, deseándole muchas felicidades al grupo asociativo boalense, a nuestro querido representante en Boal, Manuel Piquín Lope, al Ayuntamiento y a todos los que de una forma u otra contribuyeron a este éxito”.
“Desde aquí, desde La Habana, la Sociedad Naturales del Concejo de Boal quiere manifestar su orgullo y satisfacción por lo logrado, y expresa el sentir de los 402 asociados que integran nuestra entidad, fundada en el año 1911, y cuya labor fue reconocida por S. M. Felipe VI en el discurso de entrega de dicho premio. Les deseamos muchas felicidades y éxitos en el futuro, viva el Concejo y el pueblo de Boal, viva Asturias, viva España”.
Estas fueron las palabras de Armando Lázaro Estévez Talavera, presidente de la Sociedad Naturales del Concejo de Boal en La Habana, Cuba, con las que mostró su agradecimiento y satisfacción porque el pueblo de origen de los emigrantes de la entidad haya sido galardonado con el premio ‘Pueblo Ejemplar’ que entregó el Rey Felipe VI el pasado 25 de octubre.
“He sentido, junto al resto de los asociados una gran satisfacción al conocer la noticia del reconocimiento al pueblo de Boal, casi en la misma fecha del 103 aniversario de nuestra sociedad. Este alto galardón constituye un estímulo para seguir trabajando, y continuar cosechando éxitos. Sirva este mensaje para saludar al Ayuntamiento de Boal, grupo asociativo, en especial a nuestro representante Manuel Piquín, y a todos lo que contribuyeron al logro de este premio, como muestra de nuestra más alta estima y consideración”.
Así se manifestó Aida Terrero Lafita, vicesecretaria de la Sociedad.
Historia
La Asociación de Instrucción y Recreo de Naturales del Concejo de Boal, se fundó el 22 de noviembre de 1911 en los salones del Centro Asturiano de La Habana por un grupo de emigrantes de ese Concejo. Su primer presidente fue José Siñeriz García. De la notable contribución a la enseñanza en su tierra de origen, dan fe las 22 casas-escuelas construidas en Boal entre 1911 y 1957, siendo señaladas como excepcionales las conocidas como ‘Escuelas Graduadas’.
El pasado 25 de octubre, Felipe VI manifestó que se trataba de “un hecho único en la historia de Asturias, digno de todo elogio y reconocimiento” en su discurso en la Plaza de los Emigrantes de una localidad cuyas casas, muchas de indianos que hicieron fortuna en América, estaban engalanadas con banderas nacionales y asturianas.
Un boalense ilustre, Celestino Álvarez, fundó en La Habana ‘El Progreso de Asturias. Revista Decenal ilustrada’ (1920-1961), una de las más importantes publicaciones de la emigración asturiana en América. El Museo del Pueblo Asturiano se conserva la colección casi completa de esta revista, integrada por unos 660 ejemplares, no existiendo una muestra tan amplia en ninguna otra institución asturiana.
En la actualidad ‘Naturales del Concejo de Boal’ tiene 402 asociados, de ellos 3 naturales y 89 descendientes con nacionalidad española. Tiene un representante permanente ante el Consejo. Son miembros activos de la Federación Española (FSEC) y de la Asturiana (FAAC) teniendo como patrimonio un panteón social en el Cementerio de Colón.
El Ejecutivo Social está integrado por: Armando L. Estévez Talavera, presidente; Samuel A. Capetillo Álvarez, vicepresidente; Miriam González López, secretaria; Aida Terrero Lafita, vicesecretaria; Clara M. Barcia Castro, tesorera, y Alexander Sánchez Márquez, vicetesorero. Completan la nómina de la junta directiva, 10 vocales y 4 vocales suplentes.
Durante su estancia en Boal, localidad de 1.700 habitantes situada al oeste del Principado, los Reyes se dieron un baño de multitudes y visitaron uno de los lavaderos que en su día sufragaron los emigrantes para que las mujeres del pueblo no tuvieran que lavar en el río, una escuela erigida en 1912 donde se recreó, con alumnos de Primaria, una clase de la época, y también la Casa de la Apicultura, ya que la miel constituye la principal actividad económica de Boal.