“No podemos ver como se siguen suicidando compañeros o terminan internados en psiquiátricos”, responden los dirigentes sindicales durante una huelga general de 24 horas.
El presidente de Casa de Galicia, Manuel Ramos, se negó a hacer declaraciones para España Exterior porque “todo lo que digamos puede ser usado en nuestra contra”, disculpándose por estar en plena negociación con los empleados.
Sin embargo, concordó junto con los funcionarios en huelga que Casa de Galicia es viable “sino no hubiéramos asumido la directiva”. Pero de la otra vereda estaban los empleados no técnicos de esta institución de asistencia médica que planteaban que seguramente sería viable “si en lugar de aumentar los cargos de confianza con fuertes sueldos, de poner a siete directores técnicos para 62 mil afiliados cuando antes habían dos para cien mil”, entre otras circunstancias tales como el “corporativismo médico”.
Al respecto puntualizaron que de los 275.000l euros que cobra mensualmente Casa de Galicia por la atención de los centros de medicina especializados que funcionan en la institución, muchos de ellos equipados casi totalmente por el gobierno gallego y fundaciones gallegas, tan solo 18 mil quedan para la institución.
A punto de caer
La historia de esta crisis se remonta a 1997 cuando se lanza un plan de captación de socios que llevó a elevar el padrón de socios de Casa de Galicia a más de cien mil, aunque provocando por las ventajas de esa promoción a la desigualdad entre los viejos socios gallegos existente y los nuevos.
Antes de la crisis del 2002, un juicio archivado por corrupción y administración fraudulenta, derribó la imagen de la mutual gallega más grande del país, la que estuvo a punto de cerrar sus puertas hasta que la tomó el actual presidente de honor, José Arijón.
La honorabilidad de este presidente no quedó en duda luego de su actuación, retirándose a fines del año pasado cuando le pasó la posta a Manuel Ramos.
La gestión de la anterior directiva llevó a que Casa de Galicia pudiera sobrellevar la crisis que detonó en Uruguay provocando la caída de varios bancos como consecuencia de una millonaria estafa de banqueros.
La solución fue llevar a concurso civil, una cesación de pagos a acreedores que permite la legislación comercial uruguaya, pero que difiere la deuda cercana a los 17 millones de euros para los próximos años.
Por otra parte se lograron algunos ajustes y canjes de deudas con el estado, pero también fue importante el aporte que realizaron todos los funcionarios, aportando al funcionamiento de Casa de Galicia los casi 8 millones de euros que le debían de salarios de los últimos dos años.
Pero no fue solo ese el aporte de los empleados, sino que además se redujeron los salarios en un 40% para ahorrar más de 140 mil euros mensuales.
Otra rebaja más
De esta forma los empleados de Casa de Galicia se convirtieron en accionistas de la misma, ya que de distintas recaudaciones se quitaban parte de ellas para pagar la deuda de los funcionarios, pero en los últimos meses no se pudo ir cumpliendo con el mismo y tan es así que hasta se debe parte del sueldo de diciembre, estableciéndose como fecha factible para el pago del sueldo de enero el 25 de febrero.
Pero el no va más fue provocado por la propuesta de la directiva de no pagar el aumento salarial determinado por el gobierno del 5,9%, pero además hacer efectiva otra rebaja salarial que rondaría el 20%.
Rubén González, Juan Vignoly y Luis Peluffo, dirigentes del sindicado de Casa de Galicia, fueron unánimes en afirmar que no se puede seguir más así, “con compañeros que se suicidan, con otros que terminan internados en psiquiátricos y con familias destrozadas por las rebajas de los sueldos y la inseguridad que vivimos”. Sostuvieron que Casa de Galicia no cayó cuando tenía que caer por el apoyo de los socios y los funcionarios que “la queremos porque muchos de nosotros somos hijos o nietos de gallegos y sabemos el esfuerzo de ellos por levantarla”.
Sin embargo la grave crisis por la que atraviesa actualmente hace pensar que solamente la intervención del gobierno uruguayo, pueda llevar a buen puerto la gestión de la misma para seguir brindando la asistencia adecuada a la masa social.