La ‘cremá’ y la tradicional ‘banyá’, protagonistas un año más de las Hogueras de Alicante

La popular ‘palmera imperial’ dio el pistoletazo de salida al fuego que quemaría 182 monumentos

José Císcar, Juan Cotino, Luis Rosado, Jorge Cabré y Sonia Castedo asisten a la mascletà disparada con motivo de la festividad de les Fogueres de Sant Joan.

La espectacular “palmera imperial” lanzada a medianoche desde el castillo de Santa Bárbara, en la cima del monte Benacantil, con 250 kilogramos de pólvora ha marcado el inicio de la “nit de la cremá” iluminando el cielo de Alicante durante 25 segundos. Un día más tarde que en el resto del país, el fuego de San Juan ha puesto el broche a una semana en la que los amantes de la fiesta han disfrutado de mascletás, toros y celebraciones en barracas y racós, así como del estruendo de los petardos y de la música en cada rincón de la ciudad hasta bien entrada la madrugada.
En la plaza del Ayuntamiento, punto de inicio de la ‘cremá’, ardió la hoguera oficial y, a partir de ahí, el resto de monumentos distribuidos por los distintos barrios de la ciudad. Tras el permiso de la bellea del foc, Raquel Sánchez, la hoguera oficial (“La tierra prometida”), de los hermanos Fonseca, ha prendido con rapidez en una noche idónea para la quema, sin viento.
Las llamas consumieron las críticas y los ‘ninots’ que en estos días han denunciado numerosos temas de actualidad, como la corrupción, la crisis económica, el desempleo, las luchas políticas, los conflictos bélicos y el desgaste medioambiental del planeta. Uno de los monumentos que ha sido pasto de las llamas ha sido el ganador del concurso oficial de las hogueras 2011, el plantado en el distrito Gran Vía-Cerámica con el título “ContemplARTE”, con una altura de 20 metros y un coste relativamente bajo para el monumento ganador, por ser de “tan sólo” 60.000 euros.
Se trata de una composición modernista en la que los artistas Pedro Abad y Federico Molinero reflejan las cuatro etapas del arte valenciano: el modernismo a través de Gastón Castelló, el arte cinético con Eusebio Sempere, el vanguardismo mediante Ripollés y el impresionismo de Joaquín Sorolla.
Tras la ‘cremá’, un año más se produjo la eterna simbiosis entre el fuego y el agua, la ‘cremá’ y la ‘banyá’, pues decenas de miles de personas, agolpadas en las vallas de seguridad de los monumentos, sobre todo los jóvenes, pidieron agua a los bomberos para rebajar el alto grado de calor que genera la ‘cremá’.
Para garantizar la seguridad alrededor de 500 agentes de diversos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de la Administración velaron por el correcto desarrollo de “la nit de la cremá”, punto final de unas fiestas que este año han aguantado la crisis económica, a pesar de las reducciones presupuestarias.
Desfiles, feria taurina, encuentros gastronómicos, mucha pólvora, música y bailes han completado la agenda de estas fiestas, que han atraído a más de un millón de personas desde el pasado día 20.
Es, posiblemente, la única cifra que no ha descendido en relación a ediciones anteriores, ya que, desde el punto de vista económico, todas las partidas destinadas a estas fiestas han sufrido recortes y los distintos distritos que conforman la ciudad han reducido sus gastos.
Ni los ciudadanos alicantinos ni los turistas han notado a simple vista los recortes, pues los grandes pilares de estas fiestas, como son las “hogueras”, las “mascletás”, la pirotecnia y las barracas, han estado en la calle desde el primer día.
Sin embargo, los ajustes económicos han supuesto para muchas comisiones un quebradero de cabeza. Las comisiones que plantan las hogueras han hecho un esfuerzo especial para repetir la inversión de los últimos años en los monumentos (en total han costado unos 2,2 millones de euros), sobre todo después de que las subvenciones municipales hayan bajado de 400.000 a 200.000 euros.