La colonia española en Argentina espera que los partidos cumplan sus promesas y eliminen el voto rogado en esta legislatura

La reforma de 2011 “fue una puñalada a la emigración”

Foto de archivo de unos emigrantes españoles depositando su voto en urna en el Consulado de Buenos Aires.

Puede afirmarse sin ningún lugar a dudas que la última reforma a la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) ha significado uno de los recortes más violentos a los derechos de los ciudadanos españoles residentes en el exterior desde el retorno de la democracia.

Esta normativa, que aún sigue vigente, además de haber eliminado la posibilidad de que los emigrantes pudieran votar en las elecciones municipales y elegir a quien rige los destinos de su tan querido pueblo natal, del que la gran mayoría ha tenido que irse no por deseo propio sino por motivaciones políticas o económicas, impuso el sistema de voto ‘rogado’, que tal como lo indica la misma palabra, ha puesto de rodillas su derecho constitucional a poder elegir a sus representantes en las mismas condiciones que quienes residen en España. En pocas palabras, los ha transformado en españoles de segunda categoría.

Los porcentajes de participación desde la imposición de esta reforma son la prueba más contundente de su fracaso (a menos que el PP y el PSOE, los grandes ideólogos de este desaguisado, hayan, efectivamente, buscado este resultado): en un promedio general, se ha pasado de niveles cercanos al 40 por ciento a un irrisorio 5 por ciento.

Mientras los partidos mayoritarios siguen pasándose la pelota sobre quién ha sido el culpable de que todavía se siga utilizando este desastroso sistema, la colectividad española en el exterior ha dado un veredicto claro y terminante: la eliminación del voto rogado debe ser el punto de partida de cualquier nueva reforma que se haga en el futuro.

En Argentina se encuentra la mayor cantidad de votantes españoles que vive fuera de España, con cerca de 400.000 ciudadanos habilitados para ejercer este derecho el pasado 20 de diciembre. Los representantes de las instituciones más importantes de la colectividad coincidieron en señalar a España Exterior la urgente necesidad de que esta cuestión sea resuelta lo más pronto posible.

“El balance que todos los españoles del exterior hacemos de lo que ha pasado desde que se aprobó la última reforma es obviamente muy negativo, porque ha significado un fracaso rotundo y categórico”, afirmó José María Vila Alén, presidente de la Federación de Sociedades Españolas de la República Argentina y del Centro Galicia de Buenos Aires.

Decepción y desilusión

En el mismo sentido, amplió: “Estamos decepcionados y desilusionados, porque en los últimos cuatro años hemos escuchado muchas promesas por parte de los políticos de que se iba a derogar el voto rogado sin ningún resultado, así que ahora estamos esperando a que en la próxima legislatura todo lo que se prometió en campaña se concrete en una legislación que devuelva a los españoles del exterior un sistema de voto claro, transparente, irrestricto y sin cortapisas”,

Vila Alén aseguró que la derogación del actual sistema es un reclamo unánime del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), del cual integra la Comisión Socio Laboral. “Lo primero es eliminar la exigencia del voto rogado. Eso es algo en lo que coincidimos todos los consejeros, y lo hemos reclamado con mucho énfasis. Luego sí se podría estudiar una reforma integral del sistema de votación”, estimó.

El análisis de Santos Gastón Juan, presidente de la Asociación de Jóvenes Descendientes de Españoles de la República Argentina (Ajdera) y de la Asociación Galega de Arantei, Vilamarín e A Peroxa de Buenos Aires, va por la misma senda. “La participación y el compromiso de los españoles del exterior luego de la reforma no hace otra cosa más que demostrar que no están de acuerdo con el procedimiento actual y que cuando no se tiene en cuenta a la ciudadanía, de alguna manera la ciudadanía pasa factura”.

Según explicó, la imposición del voto rogado “fue un error, porque ha obligado a los españoles a someterse a un sistema muy complicado que los ha alejado de la posibilidad de votar, y eso es alejarlos de un derecho que les corresponde, que es el de poder elegir a sus representantes”.  

Para Juan, uno de los errores más grandes que se cometió durante el diseño de la última reforma fue el de no haber tenido en cuenta la opinión de los españoles residentes en el exterior, por lo que espera que en caso de volver a cambiar el sistema, los representantes de la emigración sean consultados.

“Es un buen momento para replanteárselo y encontrar alternativas más idóneas. Hay sistemas que están probados que se pueden utilizar e incluso mejorar, como el de los italianos, que cuentan con una demarcación exterior propia”, afirmó Santos Gastón.

También añadió que “lo que esperamos es que exista un diálogo transparente, sincero y claro entre las fuerzas políticas y los españoles del exterior y que en la próxima legislatura se dé una respuesta definitiva a este tema. Los políticos deben estar a la altura de las circunstancias y tener humildad para escucharnos y entender que el voto es un derecho que le tienen que garantizar a todos los ciudadanos. Esperamos que alguna vez estemos todos sentados en la misma mesa debatiendo esta realidad y viendo de qué manera se puede resolver”, subrayó.

A su entender, a pesar de que el voto rogado pretendió hacer más transparente el sistema y dar por tierra con las posibilidades de cometer fraude, lo que se ha hecho es “endilgarle a la ciudadanía cuestiones que son vicios de los políticos”, por lo que concluyó: “Hay que buscar en serio una nueva forma de ejercer un derecho que es constitucional y que también es una obligación cívica, porque está visto y probado que con la ley actual esto no se está logrando. Una democracia en la que un ciudadano tiene que rogar para que se cumplan sus derechos deja mucho que desear”.

La presidenta del Consejo de Residentes Españoles (CRE) de Buenos Aires, María Teresa Michelón Martínez, viene reclamando por la derogación del voto rogado desde hace varios años, tanto en su calidad de presidenta del CRE como de consejera del CGCEE. “Es un tema muy penoso, porque los españoles del exterior llevamos muchos años peleando por lo mismo y todavía no hemos logrado ningún resultado. El PP y el PSOE se echan la culpa de esta situación y nosotros estamos en el medio, olvidados”, señaló.

“Nos han cercenado un derecho”

“Los políticos saben muy bien que nos han cercenado un derecho y que si no votamos, no tenemos fuerza -continuó-, pero esperamos que en la nueva legislatura nos hagan un poco más de caso y podamos eliminar el voto rogado porque los españoles que vivimos fuera queremos seguir votando de la misma manera en la que lo hicimos por más de 30 años”.     

Francisco Lores, presidente de la Federación de Sociedades Gallegas de la República Argentina, también responsabilizó al PP y al PSOE: “Ellos pactaron el voto rogado y ahora se echan el fardo. Esperamos que la presión de la colectividad y el bajón que tanto el PP como el PSOE han tenido en las elecciones les hagan entender que los españoles que residimos en el exterior estamos enojados”, destacó.

Para Lores, el voto rogado, además de ser “antidemocrático”, significa “despreciar a los emigrantes que ayudaron a que España se desarrollara económicamente”, y ejemplificó por qué los españoles que residen fuera deberían ser considerados de la misma manera que los que viven en España: “Nuestros nietos tienen más conciencia política que los jóvenes que están en España y hay más folclore gallego en Buenos Aires que en Galicia”.

Consenso amplio

El delegado de la Xunta de Galicia en Argentina, Alejandro López Dobarro, también manifestó sentirse muy apenado por esta situación “porque fuera de España hay una población con ganas y deseos de votar en las elecciones, como corresponde a cualquier ciudadano, pero quedó demostrado que el sistema actual no facilita para nada su participación”. Aunque afirmó que el sistema actual debería cambiarse mediante un acuerdo de las fuerzas políticas que garantice que el voto de los españoles en el exterior llegue en tiempo y forma al lugar de recuento para que su voz y opinión se tome en cuenta, aclaró que la cuestión no debe “partidizarse, porque si es así será más difícil llegar a un consenso amplio entre todas las fuerzas”. 

Luego de señalar que en muchas ocasiones emigrantes gallegos se acercaron a la Delegación para expresar su descontento con el sistema actual y manifestar su deseo de que sea cambiado, redondeó: “A España le sobran especialistas para llegar a una propuesta superadora y que los partidos puedan acordar y consensuar un sistema que mejore la calidad democrática y la representación de sus ciudadanos en el exterior, y éste es el momento de hacerlo”.

Otro representante de las nuevas generaciones de españoles en el mundo que también expresó su descontento con el sistema actual fue Juan Manuel De Hoz, uno de los responsables de Ce.Deu (Centro de Descendientes de Españoles Unidos), quien calificó a la reforma como “un grave retroceso y un recorte de derechos” y criticó al PP “porque fue el partido gobernante en los últimos cuatro años y a pesar de que tenía mayoría absoluta en el Congreso no hizo nada para enmendar esta situación”.

Además de exigir la eliminación del voto rogado, De Hoz abogó por la creación de una circunscripción para que todos los españoles que residen en el exterior estén debidamente representados y sus derechos puedan ser defendidos.

José Luis Sangiao, presidente de la Federación Unión de Asociaciones Gallegas de la República Argentina expresó: “Toda la colectividad está de acuerdo en que la reforma fue muy negativa y que el voto rogado es un sistema muy complicado, principalmente para los emigrantes de mayor edad, cuando lo que habría que hacer es simplificar el sistema. Ahora con las elecciones se escucharon muchas promesas, que son bienvenidas, pero nosotros a la distancia seguimos esperando que se cumplan”.

Además de haber sido presidente del CGCEE, José Manuel Castelao Bragaña fue uno de los pocos emigrantes que pudo acceder a un cargo como diputado, en este caso del Parlamento de Galicia. “La reforma fue una puñalada a la emigración, porque la aislaron de lo que es la vida política de España, y todos los partidos han tenido responsabilidad en esta situación”, recalcó.

En la misma dirección, prosiguió: “Me da muchísima pena que esto haya ocurrido con el consenso de las fuerzas políticas porque han cerrado el futuro, porque el futuro está en la participación y en ampliar derechos, no coartarlos. Es un tema muy sensible para nosotros, porque mientras la clase dirigente se aisló del mundo de la emigración, los emigrantes nunca se aislaron de España, sino todo lo contrario, desde la distancia colaboraron a levantar nuestro país. Espero que se recapacite y que ese elemento primordial que marca el mundo de la emigración, que es el sentimiento, sea valorado”.