La introducción al acto corrió a cargo del presidente, Javier Perelló, quien presentó al profesor y escritor valenciano Recaredo Agulló quien disertaría sobre la historia de Valencia. La amena e instructiva conferencia del profesor Recaredo Agulló tocó diversos hechos y costumbres de los inicios de Valencia, amenizando con anécdotas, personajes y lugares que transportaron a los presentes a lejanas primeras etapas de la incipiente y cada vez más importante metrópolis valenciana.
Recaredo se mostró no solo como un orador fantástico y como historiador bien documentado, sino que también demostró su ductilidad para sacar adelante algunos inconvenientes técnicos que hubo con el proyector y adaptarse rápidamente a una nueva situación como fue el dar la conferencia utilizando el monitor de un ordenador. Los espectadores tuvieron de esta manera un acercamiento a las más profundas raíces valencianas, que los identifican como pueblo y como cultura.
Luego de la conferencia y a la hora de la cena, se hizo presente la típica parrilla criolla compuesta de: chinchulines, mollejas, riñones, chorizos, morcillas, pulpas y asado de tira. Todo para recibir a los invitados profesor Recaredo Agulló, su esposa y su hijo, profesor Víctor Agulló quien compartió con un grupo de jóvenes de la institución un partido de pelota valenciana.
La carne de primera, una de las mejores de Montevideo sin ningún lugar a dudas y no es exageración. Felicitamos a Javier y Miguel encargados de las compras de carnes porque su elección convierte a nuestra parrilla en una de las mejores.
Pero a la noche le faltaba la tercera pata: la música! y que mejor que matizar la cultura valenciana de la primera etapa, con la cultura Uruguaya y rioplatense. Para ello, un criollo con apellido extranjero de cantante famoso, interpretó una serie de temas populares del folklore nacional que no solo deleitó musicalmente sino que además instruyó a todos porque cada uno de esos temas venía acompañado de un pequeño comentario sobre autores y circunstancias en que fue creado. Este buen cantante y animador que hizo cantar y palmar a todos se llama Eduardo Jackson.
No faltó tampoco el cantar de Mariano Martínez, quien se llevó largos aplausos por sus interpretaciones en valenciano, en catalán y en español, de autores como Joan Manuel Serrat y Nino Bravo. Grande Mariano!.
Culminaron así una noche espectacular, no por su grandiosidad escénica, sino justamente por lo contrario, por su intimidad, por su calidez. También por haber conocido y hablado con 3 seres humanos que siente ya como amigos ya que su sencillez y bonomía se hicieron manifiestas