La Feria de Nuestra Señora de la Salud, que comenzó con una ofrenda a la Virgen, terminó con una feria de pinchos y tapas de los productos de la tierra procedentes de las diferentes comunidades del Estado español. En el colofón de estos festejos en honor a la patrona de Palma de Mallorca, la Comunidad estuvo representada, como no podía ser de otra manera, por la Casa de Castilla y León en Baleares.
En una de las plazas más emblemáticas de la ciudad de Palma, la Plaza de España, centro neurálgico y trasiego de viandantes más concurrido de la urbe, durante todo el fin de semana se instalaron casetas para las respectivas casas y centros regionales en Baleares. Los nativos, recurrentes y por ello habituales, conocedores de la exquisitez de la cecina leonesa, del queso curado de oveja zamorano, de las chichas y de los torreznos sorianos, entre otros manjares, se pasaron solos o con sus familiares a saciar su paladar añadiéndole un trago de los vinos Verdejo, Toro y Ribera, del Duero principalmente.
Personas que se lo conocen de otras ferias anteriores, transeúntes que por coincidencia pasaban por allí y turistas que bien con folletos informativos o bien por el simple azar allí se encontraban, todos ellos aprovecharon para degustar de la tierra, el sabor de Castilla y León.
Ya se encargaba en dicho pabellón, la Casa de Castilla y León en Baleares, de tal magnificencia y por si fuera poco, la belleza de los trajes y de los bailes castellanos y leoneses fueron magistralmente presentados y ofrecidos por el grupo Gentes del Duero, estrella de la Casa Regional, según informa Isidoro Hervalejo.