La campaña electoral protagoniza este año la celebración de San Isidro, el Patrón de Madrid

Las gallinejas o las rosquillas listas y tontas no faltaron de nuevo en los festejos en la pradera

Esperanza Aguirre, a su llegada a la pradera de San Isidro el pasado 15 de mayo.

 

Como es costumbre y como dice el refrán: San Isidro Labrador, quita el agua y pone el sol. El astro rey brilló en la pradera de San Isidro en la jornada grande de las fiestas más castizas de Madrid. Desde primeras horas se fueron acercando los madrileños a la pradera a beber el agua del santo, besar la reliquia de San Isidro y pedirle un deseo para dar paso, posteriormente, a los manjares propios de la jornada: gallinejas, entresijos y las rosquillas listas, tontas y de limón. Todo ello, en presencia de figuras habituales como el barquillero y la manivela que reproduce chotis tan famosos como ‘Madrid’.

La presidenta regional, Esperanza Aguirre, no faltó a la cita y pidió al Patrón de la ciudad, San Isidro, que traiga a todos los madrileños “mucha prosperidad, bienestar y empleo, que es lo que a todos nos hace falta”. Vestida de chulapa un año más, Aguirre visitó la pradera de San Isidro, donde dio un paseo rodeada de una muchedumbre de simpatizantes y curiosos.

Lo que ya es una tradición, que los políticos madrileños acudan a la pradera cada 15 de mayo, era en esta ocasión previsible, a siete días de que las urnas renueven la Asamblea de Madrid y el Ayuntamiento. Así, desfilaron el alcalde y candidato a la reelección, Alberto Ruiz-Gallardón, y los candidatos de la oposición en el Ayuntamiento (Jaime Lissavetzky, PSOE, y Ángel Pérez, IU) y en la Comunidad (el socialista Tomás Gómez o Gregorio Gordo, IU). Sin embargo, a la hora de la comida ya no estaban los políticos y los verdaderos protagonistas de la fiesta, los vecinos, fueron los que disfrutaron la jornada. Queda un año para conocer si el santo cumple los deseos de los asistentes pero sí que ha logrado, un año más, congregar, a sus convecinos a pasar unas horas de confraternidad, por fe o por ocio.