La Asociación Comunidad Valenciana de Montevideo celebró el día de la Virgen de los Desamparados, (Verge dels Desemparats), patrona de Valencia, con una emotiva misa en la Iglesia de los Padres Carmelitas del Prado el pasado domingo 19 de mayo.
«En Valencia se celebra el segundo domingo de mayo, pero como aquí coincide con el Día de la Madre, tradicionalmente lo celebramos el tercer domingo», explicó la presidenta de la institución, Mariela García.
Como todos los años, la colectividad valenciana en el Uruguay, socios y amigos, se acercaron a la coqueta iglesia de las Carmelitas, en el residencial barrio de El Prado, para realizar una procesión que llevó hasta el altar a la ‘Jorobadita’, la Virgen de los Desamparados que por su figura presenta esa leve inclinación hacia adelante en señal de amparo a los que más lo necesitan.
Directivos y jóvenes de la institución valenciana llevaron en la procesión a la estatua de la Virgen hasta el altar, siendo seguidos por la fallera mayor, Giannina Vítola Ferriz, y por la socia Amparo Valero, ambas con trajes delicadamente terminados, así como también el socio Luis Loureiro también con atuendo fallero.
También seguía en la procesión el estandarte de la Virgen, y los pabellones de Uruguay, España y Valencia que presidieron el altar junto a la Desamparada.
El coro de la institución, “La Coral La Senyera”, acompañó toda la celebración con cánticos, rematando la ceremonia religiosa con el himno de Valencia.
Entre el público se encontraba la esposa del ex presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, quien reside en la zona y decidió asistir a misa como hace todos los domingos, pero esta vez gozando su vista con los trajes típicos valencianos.
Sesenta años
Cabe recordar también que el próximo año se celebrarán los sesenta años de la existencia de la Congregación de la Virgen de los Desamparados en Uruguay, que preside Maruja Martínez, producto del amor que los emigrantes de esta comunidad mantienen con su patrona.
Luego la celebración continuó en su sede de la calle Palmar del barrio El Cordón de Montevideo, donde una paella fue la excusa perfecta para reunir a toda la familia valenciana.