La fiesta, que se organizó en quince ciudades, transcurrió sin incidentes en Granada, pero hubo altercados y detenciones en Madrid y Salamanca.
Barcelona y Salamanca fueron las ciudades más afectadas por el ‘macrobotellón’ (reunión de jóvenes para beber alcohol en la calle) que los jóvenes de quince ciudades de España habían convocado para la noche viernes a través de mensajes de teléfono móvil. Granada logró concentrar a más 20.000 personas sin que se produjeran altercados. La lluvia y el despliegue policial disuadió a cientos de jóvenes madrileños y andaluces de participar en esta masiva fiesta etílica.
Un total de 54 jóvenes fueron detenidos por los Mossos d´Esquadra y la Guardia Urbana bajo la acusación de provocar disturbios callejeros y quemar contenedores en el barrio del Raval de Barcelona durante la celebración del ‘macrobotellón’’. A pesar del fuerte despliegue policial para evitar la venta de alcohol en la calle, cerca de medio millar de jóvenes consiguieron reunirse en la Rambla del barrio del Raval, una zona donde vive una importante población de inmigrantes procedente de numerosos países. Algunos de los jóvenes que participaban en el ‘macrobotellón’ quemaron unos cincuenta contenedores, mayoritariamente en las calles Hospital y Joaquim Costa. Durante la reyerta callejeros también resultaron heridas de diversa consideración 68 personas. Por su parte, la noche etílica organizada en Salamanca se saldó con graves altercados que protagonizaron grupos de jóvenes radicales que se enfrentaron no sólo contra las fuerzas policiales sino también contra los bomberos.
Al final de una larga madrugada, la Policía detuvo a dieciséis personas, entre ellas un menor de edad. Además, un policía local resultó herido y otro agente de la Policía Nacional tuvo que recibir siete puntos de sutura en el labio, tras un fuerte golpe por el que perdió dos dientes. Unos 1.500 jóvenes se concentraron en el casco histórico de la capital salmantina dentro de la convocatoria del botellón.
Aunque las primeras horas de la noche fueron tranquilas, la desobediencia de un grupo ante las órdenes de la Policía Municipal provocó la primera carga policial, con lanzamiento de botes de humo y también pelotas de goma. En Granada, para evitar incidentes en el centro de la ciudad, el Ayuntamiento había autorizado una fiesta de la primavera en las afueras de la ciudad, donde se adecentó el terreno y se instalaron equipos de sonido y luz.