¿Cómo definiría la situación actual de la Fundación Galicia Salud?
Yo considero que este ciclo está terminado porque la experiencia no ha sido del todo satisfactoria, ni para Galicia ni para el Centro Gallego, ya que al estar la Fundación compuesta por cinco miembros del Centro Gallego y cinco del Gobierno de la Xunta, provocó que los gerentes que fueron elegidos no reportaran a ninguna de las dos partes seriamente y terminaran haciendo lo que querían, lo cual fue, y a las pruebas me remito, bastante peligroso. Esta diferenciación tan nítida entre lo que es el Centro Gallego y lo que es la Fundación debe ser modificada. Creo que hay que mantener a la Fundación porque es una herramienta jurídica formidable, pero la gestión del hospital debe recaer exclusivamente en el Centro Gallego.
Ya van varios años en los que el hospital genera déficit. ¿Cómo se logra la sustentabilidad económica?
El objetivo principal de nuestro mandato va a ser la incorporación de socios jóvenes. Esa es la única forma de que el Centro Gallego pueda pensar en otros cien años y entrar en un proceso de crecimiento sostenido. Para eso hay que crear una red de atención primaria lo suficientemente completa como para que la gente joven se vea atraída. Estamos armando eso, y existe la posibilidad de hacerlo con propios médicos periféricos y otros contratados. Además, hay que gestionar el hospital adecuadamente, y para eso hay que cobrar todo lo que se produce, porque el Centro Gallego salió de una situación de mutual en la que se atendía sólo a los socios para vender servicios a terceros, algo que se está haciendo aunque hay que aceitar los andamiajes para que el negocio sea bueno.
La medicina que brindamos es buena, pero no lo es tanto la hotelería, por lo que es necesaria una transformación que en el corto plazo va a significar una mejor atención médica y una reducción muy importante de costos. Lograr esto sin un respaldo económico es absurdo, entonces es esencial que sigan viniendo aportaciones económicas desde Galicia. La Xunta está preocupada por el tema y va a seguir colaborando porque no va a desatender a más de diez mil socios de origen gallego, entre emigrantes y sus descendientes, que necesitan seguir siendo atendidos en el hospital. Por otro lado, hay que renegociar la deuda con la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), que es casi la mitad de la deuda total de la Fundación, y esto ya se está haciendo porque es una necesidad del Centro Gallego más allá de quién gane las elecciones. Para refinanciarla, se le ha pedido ayuda a la Embajada de España, que está trabajando con el Gobierno argentino y soy sumamente optimista en cuanto a este aspecto. También se está trabajando con el Gobierno argentino para firmar un convenio de no reducción brusca de personal, ya que así podríamos obtener un subsidio.
La fallida cesión de la gestión del hospital al Grupo Recoletas provocó la ruptura del pacto entre las cinco agrupaciones. ¿Por qué ustedes apoyaron este proyecto?
La Xunta planteó una posibilidad, que era que la gestión del hospital corriera a cargo de una empresa que, si tenía déficit, se haría cargo del mismo con su patrimonio, lo que hubiera cambiado circunstancialmente todo, y nosotros adherimos gustosamente a este proyecto. Lamentablemente, la situación económica actual de España y de Galicia hizo que esto sea inviable.
Desde la otra candidatura se criticó el folleto en el que se le ve en una foto con Núñez Feijóo.
Con la Xunta venimos compartiendo una visión de lo que tiene que ser el Centro Gallego desde que asumió Nuñez Feijóo, que además de ser un gran presidente, es un especialista en sanidad. Esto no es algo nuevo, estuvimos junto al Gobierno de Galicia y ellos estuvieron junto a nosotros en todo lo que tuvo que ver con el proyecto Recoletas, y sigue siendo así, mientras que la otra lista lo único que hace desde hace un año es criticar al Gobierno de la Xunta. Ahora, cuando uno les pregunta cómo se sale de la crisis, lo primero que dicen es que van a pedir ayuda, entonces hay que ser un poco coherentes. A mi me encantaría decir que podemos ser autosuficientes, pero eso es una mentira. Hoy por hoy el Centro Gallego, con el nivel de endeudamiento y de déficit que tiene, necesita sí o sí de la ayuda económica de Galicia por lo menos por seis o siete años. Nuestra elección es estar junto a la Xunta porque es la única alternativa que tiene el sanatorio para que no le pase lo que le pasó al Hospital Español.
Una de sus propuestas es la construcción de un Hogar para Ancianos…
Históricamente, la geriatría estaba incluida dentro del Plan Médico Obligatorio, pero fue sacada cuando el sistema sanitario entró en la etapa de emergencia económica y hoy por hoy no es parte de la cobertura, pero seguramente en poco tiempo va a volver a integrar la canasta de prestaciones. En ese sentido, tener una residencia geriátrica en el corto plazo es esencial, y hay que encarar esta obra rápidamente porque es necesaria para los socios y también para la institución, porque sin un geriátrico propio los costos se van a hacer insostenibles. El Centro Gallego tiene una propiedad en Valentín Alsina que con una inversión no muy grande se puede transformar en una residencia geriátrica muy importante.
¿Van a aumentar la cuota social?
La cuota hay que mantenerla en los niveles actuales; obviamente irá subiendo como sube todo en Argentina, donde hay inflación y aumento de salarios, pero no se puede aumentar mucho porque el socio no puede pagar mucho más, ya que la mayor parte de ellos son ancianos. Nosotros tenemos que mantener el nivel de las cuotas y para eso debemos generar recursos logrando una solidaridad intergeneracional que haga que veinte mil socios jóvenes paguen por lo que van a recibir dentro de veinte años y, al mismo tiempo, con su cuota mantengan hoy la salud de nuestros ancianos.
Por último, ¿qué mensaje desea dejarles a los socios a través de España Exterior?
Cuando decimos que somos capaces de revertir el déficit crónico del Centro Gallego, lo decimos porque estamos dispuestos a tomar las medidas que hay que tomar, y que bajo ningún punto de vista irán en detrimento de lo que es la atención sanitaria; al contrario, el socio estará mejor atendido, pero hay un montón de gastos que hay que cortar. Soy sumamente optimista porque tenemos un proyecto y sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer a partir del primero de septiembre, y con la fuerza que da la legitimidad del voto de los socios podremos logarlo sin ningún problema, mientras que del otro lado hay gente valiosa pero que no está preparada para hacerlo.