El secretario general del PSOE Europa, Javier Moreno, y el presidente del Partido Socialista Europeo, Poul Nyrup Rasmussen, se trasladaron a Vilopriu, en el Ampordá, donde participaron en un acto organizado por la corriente ‘Nou cicle’ del PSC. En el tradicional encuentro con el que el Partit dels Socialistes de Catalunya abre el curso político en Cataluña en presencia de 400 militantes y dirigentes socialistas, ambos manifestaron su apoyo a José Montilla, presidente de la Generalitat y cabeza de cartel del PSC de cara a las próximas elecciones catalanas. Moreno trasladó personalmente a Montilla el apoyo del PSOE Europa de cara las elecciones que se celebrarán este otoño.
En el acto intervino también el jefe del Gobierno de Andorra, Jaume Bartumeu, al que Moreno brindó su apoyo para conseguir el acuerdo de asociación entre la UE y Andorra, mayor objetivo en política exterior del gobierno andorrano. Moreno y Rasmussen se reunieron además con el senador y ex presidente de la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa, Luis María de Puig.
Tasa sobre transacciones en la Unión Europea
Previamente, el líder del PSOE Europa visitó la sede del PSC en Barcelona donde, junto a Poul Nyrup Rasmussen, participó en un seminario de expertos organizado por el Global Progressive Forum (GPF) y el PSC para analizar la idea de tasa sobre las transacciones financieras.
«Si queremos más Europa, más unión política y económica, debemos dotar la Unión Europea de los recursos financieros adecuados. Con una tasa sobre las transacciones financieras, la UE saldría reforzada, política, económica y socialmente», indicó Javier Moreno en Barcelona.
Invitado por los eurodiputados María Badia y Raimon Obiols, Moreno explicó a los socialistas catalanes que con una tasa de tan solo 0,05% sobre las transacciones financieras, se podría recaudar más de 200.000 millones de euros al año, cantidad que supera ampliamente el presupuesto global de la Unión Europea.
Javier Moreno cree que una parte podría ser recaudada directamente por la Unión e inyectada su presupuesto. «Sería un recurso propio, igual que el IVA, y no supondría ningún esfuerzo económico adicional a los Estados miembros. En esta época de vacas flacas, permitiría reforzar y desarrollar las políticas comunes de la Unión, avanzando hacia una Europa más fuerte política, económica y socialmente», dijo.