Jaume Matas reconoció, así, la labor de los dos presidentes del Consell General Interinsular, Jeroni Albertí y Francesc Tutzó, y de los tres presidentes al frente del Govern, Gabriel Cañellas, Cristofol Soler y Francesc Antich, en un acto celebrado en el Conservatorio de Palma que contó con la presencia de las máximas autoridades de la Comunidad. Albertí ocupó la presidencia entre 1979 y 1982, cuando fue reemplazado por Francesc Tutzó, quien permaneció en el cargo hasta la aprobación del texto estatutario y la celebración de las primeras elecciones autonómicas. En esos comicios obtuvo mayoría absoluta Alianza Popular, y su líder, Gabriel Cañellas, se convirtió en el primer presidente del Govern balear, cargo que renovaría hasta que en 1995 dimitió y fue sustituido por Cristofol Soler, quien lideraría el Ejecutivo autonómico hasta que 10 meses después (en mayo de 1996) fue relevado por Matas.
El último de los presidentes homenajeado, Francesc Antich, encabezó el Govern de coalición del ‘Pacto de Progreso’ surgido de las elecciones de 1999. En su discurso de agradecimiento, Albertí subrayó que su primera y más importante labor al frente del “Govern preautonómico” fue generar “un clima de confianza” entre las islas que permitiera la creación de las instituciones comunes. Tutzó, el único menorquín entre las seis personas que ocuparon la más alta responsabilidad autonómica (los demás son mallorquines),recordó que en su etapa se logró el consenso en torno al Estatuto de Autonomía vigente.
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Mejorar la financiación
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Cañellas centró su intervención en el reconocimiento a todos los que formaron parte de los equipos que dirigió durante tres legislaturas y su sucesor, Cristofol Soler, se refirió al actual momento político español y consideró que el proceso de reforma de Estatutos es una oportunidad que Baleares debe aprovechar para mejorar la financiación que recibe del Gobierno central. Antich, el único de los premiados en activo como diputado y secretario general del PSIB, dedicó su galardón a todos sus compañeros de Govern y a su padre.
En su discurso final, el presidente Jaume Matas dedicó palabras elogiosas a los cinco homenajeados: de Albertí destacó su labor pionera; de Tutzó su sentido de la responsabilidad; a Cañellas le atribuyó una “obra política gigantesca” sin la que sería “impensable” la actual situación de la Comunidad; a Soler le reconoció su esfuerzo “en circunstancias difíciles y dramáticas”, y de Francesc Antich recalcó su relevancia como encarnación de “la alternancia en el poder”.