NUEVA EMIGRACIÓN

Informaciones que es conveniente conocer antes de emigrar al país germano

Un tercio de los españoles que llegan al país regresan antes de un año al no cumplirse sus expectativas

Vista de la estación de tren de Hamburgo.
Juan Chantada, nuevo emigrante, y Rosendo Fuentes, hijo de emigrantes, trabajadores de la empresa Kurotec, que dirige otro español.

Por lo menos un tercio de los españoles que llegan a este país para buscar trabajo regresan antes de un año. Conocer de antemano las dificultades que pueden surgir y saber comportarse según las reglas y costumbres del país suele facilitar bastante las cosas. Pero lo más importante es el idioma. Cuando alguien se plantea en serio venir a Alemania para buscar trabajo o estudiar, debe empezar cuanto antes a aprender alemán, para tener por lo menos una noción elemental y poder orientarse a su llegada. El idioma será una de las mayores dificultades con que va a encontrarse, especialmente a la hora de realizar trámites burocráticos. En el ámbito laboral y universitario se puede uno arreglar con el inglés, pero no en la vida diaria. Lo de que todos los alemanes hablan inglés es un tópico.

No te sorprendas

Cuando uno llega a Alemania por primera vez, quizá se sorprenda porque no parece ser un país tan rico y extraordinario como lo pintan. A los alemanes no les gusta hacer alardes de riqueza. Pero es cierto que también hay mucha precariedad, sobre todo entre inmigrantes de terceros países y alemanes pertenecientes a los grupos sociales menos privilegiados, lo que es más visible en las grandes ciudades.

En cuanto al comportamiento de los ciudadanos, la cortesía es uno de los rasgos del carácter alemán que suele llamar la atención a la gente del sur. Para saludarse y despedirse se dan la mano y no se abrazan a la primera de cambio, lo que queda reservado a la familia y a los amigos. Tampoco se tutean enseguida. Hablan en voz baja, no gesticulan, piden todo por favor y dan las gracias repetidas veces, lo que puede llegar a irritarnos.

La puntualidad es una de las virtudes necesaria en este país; llegar a un lugar tarde es una descortesía y con fatales consecuencias si se trata de una entrevista para encontrar trabajo.

Los horarios de las comidas es otra de las cosas a las que hay que acostumbrarse. Se toman un primer y un segundo desayuno. Sobre la una de la tarde se suele comer; a las tres de la tarde es la hora del café con pastel, y entre las siete y las ocho se cena. Por lo general, se come caliente una vez al día y casi siempre plato único. La cesta de la compra es más cara que en España y la calidad de los productos de alimentación frescos, inferior.

En Alemania no se tira nada al suelo, ni en la calle, ni en la terraza de un bar, ni en ninguna parte, y la basura se clasifica. Tampoco se hace ruido ni se escucha música con volumen alto entre las doce y las dos de la tarde, ni después de la 20 h. Si uno hace una fiesta en su casa a partir de esa hora, se suele avisar a los vecinos para no correr el riesgo de que llamen a la policía.

Lo de que los alemanes son fríos y distantes es la primera impresión, pero luego uno se da cuenta que muchos son muy amables y serviciales, lo que ocurre es que no son tan extrovertidos como nosotros.

Primeros pasos

Aunque siendo miembro de la UE no se necesita permiso de trabajo para instalarse en Alemania, es importante saber que, al encontrar empleo, y dentro de un plazo de tres meses a partir del día de la llegada, hay que solicitar la tarjeta de residencia en la oficina de atención a los ciudadanos (Meldestelle) del distrito en el que se resida, para lo que se necesita llevar el carné de identidad o pasaporte y cubrir un formulario con los datos personales.

Si se está cobrando el desempleo en España es importante informarse de si se pueden exportar los derechos a Alemania. Antes de salir de España hay que darse de baja en la Oficina de Empleo española y pedir el documento PD U2, que debe presentarse en la Oficina Federal de Empleo alemana nada más llegar, requisito para poder recibir la prestación integra. Esto es importante, porque así, mientras se busca trabajo, se estará percibiendo al mismo tiempo la prestación por desempleo. Si en los tres meses posteriores a la llegada a Alemania no se encuentra trabajo es necesario regresar para no perder el derecho al subsidio español.

El problema de la vivienda

Muchos de los que llegan tienen ya aquí algunos conocidos y resuelto a su llegada el problema de alojamiento. Por unos días, uno puede también alojarse en los hostales y albergues juveniles que siempre hay en las grandes ciudades, mucho más económicos que los hoteles, pero buscar vivienda en Alemania no es empresa fácil. Los que vienen con un contrato de trabajo suelen tener apoyo de las empresas para encontrarla, como es el caso de los empleados de la empresa aeronáutica Airbus, pero no todos tienen esa suerte.

Sobre todo en las grandes urbes apenas hay viviendas asequibles. Las que se ofrecen, o son pisos y apartamentos de lujo, no aptos para todos los bolsillos, o son viejos y mal acondicionados, demasiado caros para lo que ofrecen y situados por lo general en barrios marginales, con una estructura social poco favorable, sobre todo si se tienen hijos.

Buscar vivienda por medio de un agente inmobiliario cuesta de dos a tres mensualidades de alquiler como comisión, por eso, para evitarla es conveniente buscar por cuenta propia en los periódicos los anuncios de personas particulares. A la hora de cerrar un contrato de alquiler, es importante leer y entender todas cláusulas, por lo que es recomendable buscar asesoría antes de firmarlo. El precio del alquiler es generalmente ‘kalt’ (frío), es decir que los gastos adicionales de electricidad, agua, calefacción y otros, no están incluidos en el precio. Estos pueden subir considerablemente la mensualidad. El contrato puede tener una cláusula en la que se estipula el aumento del alquiler cada año a partir del primero, ‘Staffelmiete’. Conviene saber también que, al buscar un piso, cuando se anuncia de dos habitaciones, por ejemplo, se refiere siempre a sala y dormitorio, no sala y dos dormitorios como suelen entender los españoles.

Al recibir las llaves de una vivienda es importante llevar una cámara y fotografiar en presencia del propietario o persona que lo represente cualquier desperfecto que haya en ella, para evitar pagar uno mismo la reparación, lo más tarde, al dejar la vivienda de nuevo. Generalmente, las viviendas se entregan limpias y renovadas de pintura y así hay que dejarlas al mudarse a otra parte. Para asegurar esto, los propietarios exigen un depósito del importe de dos o tres meses de alquiler, que al dejar el piso en las condiciones requeridas, se devuelve integro, más los correspondientes intereses, si los hubiera. Los propietarios suelen exigir a los candidatos a un piso, un justificante de que tiene ingresos suficientes para pagarlo, generalmente la nómina.

Si uno no tiene ingresos suficientes para pagar una vivienda, pueden solicitar el ‘Wohnberechtigungsschein’ WBS, un documento que expide el ‘Wohnungsamt’ (Oficina de la Vivienda) del lugar donde se resida y que permite acceder a una vivienda social, dependiendo de los ingresos y número de personas que formen la unidad familiar. Pero actualmente, en Alemania no hay viviendas sociales suficientes, por lo que no es fácil acceder a ellas. Muchos jóvenes en Berlín y otras grandes ciudades, solucionan el problema viviendo en pisos compartidos.

Las profesiones más buscadas

Según un estudio del instituto Prognos de Basilea, faltarían hasta 2030 unos tres millones de profesionales. Esta situación, de producirse, supondría un grave problema para la economía nacional. Actualmente, el porcentaje de paro en Alemania se sitúa por debajo del seis por ciento, con unos dos millones y medio de parados en 2017, según datos de la Oficina Federal de Estadística, aunque el número real de personas sin trabajo suele ser más alto, ya que no todos se recogen en las estadísticas.

Pero los parados alemanes no aportan soluciones a la falta del personal especializado que necesita la industria del país, ya que lo que falta son profesionales muy cualificados en los sectores de fabricación de maquinaria, automovilismo, aeronáutica, electrotécnica, automatización, logística, producción energética, informática y otros. Pero no solamente se buscan técnicos. Los hospitales, centros de salud y residencias de mayores, son ámbitos en los que también existe una gran demanda de personal: médicos, enfermeras y cuidadores de ancianos se encuentran entre las profesiones más buscadas. También en la hostelería falta gente.

Cómo encontrar empleo

Ofertas de trabajo, o de formación profesional, se encuentran en la plataforma de la Oficina Federal de Empleo (Bundesagentur für Arbeit), en los sitios web de las propias empresas bajo ‘Karriere’, o de las instituciones en donde se quiera solicitar trabajo. Eures, -portal de empleo de la Comisión Europea para promover la movilidad laboral en la UE-, ‘Linkedin’ o ‘Xing’, son una buena herramienta para buscar trabajo, ya que se puede crear un perfil propio y recibir por correo electrónico ofertas acordes a la propia cualificación y experiencia, pero es recomendable buscar también en la prensa local y a través de amigos y conocidos. Otra opción, menos recomendable, son las empresas de trabajo temporal. Periódicamente, también tienen lugar en diferentes ciudades las llamadas ‘ferias de empleo’, donde se puede entrar en contacto directo con las empresas que asisten a ellas en busca de personal. En cualquier caso, lo más importante es la propia iniciativa.

A la hora de solicitar un puesto de trabajo, es importante causar buena impresión desde el primer momento. El currículum y la carta de motivación deben hacerse de forma correcta, poniendo especial interés en la redacción, ortografía, contenido y presentación de la misma. Es conveniente hacerla en alemán. En la mayoría de los casos, acompaña a la solicitud una foto, que debe ser reciente, seria y hecha por un fotógrafo profesional, pero también hay cada vez más empresas que prefieren las solicitudes online y prescinden de las fotos para asegurar la igualdad de oportunidades.

En caso de inseguridad o duda sobre cualquier tema relacionado con el trabajo y la seguridad social, puede consultarse la web de la Consejería de Empleo de la Embajada de España en Alemania, donde se encuentra toda la información actualizada necesaria para trabajar y vivir en Alemania, o dirigirse personalmente a sus oficinas en Hamburgo, Hannover, Düsseldorf, Fráncfort, Múnich y la dependencia de Núremberg.

El contrato de trabajo

Una vez que uno pasa la selección de personal y tiene asegurado un puesto de trabajo de forma verbal, antes de empezar a trabajar tendrá que firmar el contrato de trabajo, que suele contener varias páginas. El lenguaje en que está redactado no es fácil ni para muchos alemanes, pero de todas formas es importante leerlo y preguntar lo que no se entienda, o buscar asesoramiento competente antes de firmarlo. Debe contener la cuantía del sueldo, las horas de trabajo semanales, el número de días de vacaciones al año y los tiempos de descanso durante la jornada laboral. También es importante que defina el puesto a desempeñar y las tareas a desarrollar, así como la modalidad de pago. Hay que tener en cuenta que desde el 1 de enero de 2018, el salario mínimo obligatorio es de 8,84 euros bruto por hora en todos los sectores, sin excepción.

El periodo de prueba al comenzar la actividad laboral será de tres meses, seis a lo máximo. A partir de esa fecha, el empleador solo podrá rescindir el contrato si existen motivos graves para ello. Si el contrato es por tiempo limitado, termina automáticamente en la fecha prescrita. Los contratos temporales no deben superar los dos años de duración, aunque a lo largo de ese periodo se permite prolongar el contrato. En Alemania existe protección al despido si se trabaja más de seis meses en una empresa con más de cinco trabajadores. La información sobre este tema se encuentra en la Web del Ministerio Federal de Empleo Sociales, www.bmas.de. También puede uno dirigirse a Consejería de Empleo o a sus oficinas laborales.

Si alguien quiere establecerse por cuenta propia, tiene que registrarse en la Oficina de Hacienda (Finanzamt) e inscribirse en la Cámara de Industria y Comercio (IHK) o en la Cámara de Oficios (Handwerkskammer). Estos trabajadores, deben tener un seguro de enfermedad como cualquier trabajador, que puede ser público o privado

Sanidad obligatoria

En Alemania hay que tener un seguro de enfermedad. En el seguro obligatorio están asegurados los trabajadores cuyos ingresos anuales no sobrepasen un cierto límite, que para 2018 es de 59.400 euros, incluidas las pagas extra.

Los asegurados pueden elegir libremente entre las diferentes cajas y es recomendable comparar los servicios que ofrecen antes de decidirse por una determinada. Cada trabajador recibe un número como asegurado y un comprobante del seguro social del organismo alemán de pensiones, lo que debe entregar al empleador al comienzo de la relación laboral.

El seguro obligatorio de enfermedad cubre al cónyuge y a los hijos de la persona asegurada hasta los 23 años y si es estudiante hasta los 25. El seguro familiar es gratuito.

Para personas que trabajan en un ‘minijob’ de 450 euros mensuales el empleador paga las cuotas a la seguridad social y el correspondiente impuesto directamente a la ‘Minijobzentrale’.

Para informarse sobre este tema, la Seguridad Social alemana y el Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos Sociales han publicado una guía en varias lenguas sobre los subsidios, salarios mínimos y todo lo relacionado con los derechos y obligaciones de los trabajadores en este país.

Es aconsejable consultar en Internet ‘Perspectiva Alemania’, una obra publicada por la Oficina Federal de Empleo alemana (Bundesagentur für Arbeit) y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, dirigida a los españoles que emigran a Alemania para trabajar o realizar una formación profesional dual. Muy útil y con información siempre actualizada es también la plataforma digital ‘Portal Alemania’

Principales ayudas a las familias

El subsidio por hijos, el ‘Kindergeld’, es una de las principales ayudas a la familia en Alemania. A partir del comienzo de 2018 el subsidio para el primero y segundo hijo es de 194 euros mensuales por hijo; por el tercero, 200 euros y por el cuarto y sucesivos 225 euros. Este subsidio es independiente de la cuantía de ingresos de los padres. En vez del subsidio se puede solicitar también una reducción fiscal por hijo, ‘Freibetrag’, que para padres con ingresos elevados puede resultar más ventajoso.

Las madres que trabajan por cuenta ajena o propia se pueden beneficiar del subsidio por maternidad, que comienza seis semanas antes del parto y termina ocho semanas después. Este subsidio hay que solicitarlo en la empresa y en la caja de seguros y suele alcanzar unos doscientos euros al mes.

La prestación parental, que puede recibir también el padre, se fija según los ingresos mensuales netos anteriores al nacimiento y oscila entre el 67 por ciento y el 65 por ciento del sueldo, dependiendo de la cuantía del mismo, y puede percibirse los primeros 12 meses, o 14 meses si madre y padre se reparten la custodia del bebé. Durante ese tiempo gozan de protección contra el despido.

Madres que no se encontraban en una relación laboral antes del nacimiento, se les concede una prestación de trescientos euros mensuales durante un año, que se duplica si tuvieran gemelos.

Desde el 1 de agosto de 2013, las familias tienen derecho a una plaza en una guardería para los niños que hayan cumplido un año de edad, lo que facilita el retorno al trabajo y es favorable especialmente para hijos de padres extranjeros, porque así adquieren la competencia lingüística necesaria para su escolarización, a los seis años.