Don Juan Carlos destacó “la aportación personal y literaria” a las letras españolas del escritor, cuya vida y obra “traslucen el compromiso de un intelectual que ha asumido como propio el tiempo que le ha tocado en suerte”.
En el acto celebrado en la Biblioteca Nacional, el Monarca destacó “su análisis de la realidad, riguroso, racional, incisivo y libre, lejos de conducirnos al pesimismo nos ha permitido vislumbrar la esperanza, que es la forma más realista posible de encarnar nuestros sueños”. Un Ayala “emocionado” y “abrumado” agradeció estas palabras y dijo que “el mérito grande o chico” que él haya podido tener “no es nada comparado con la generosidad” que todos le muestran estos días.
A la cena también asistieron la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; la ministra de Cultura, Carmen Calvo; los miembros de la Comisión del Centenario de Ayala; y familiares y amigos del escritor, que en todo momento estuvo acompañado por su esposa, la hispanista Carolyn Richmond.
Los hermanos del escritor granadino, Vicente, recién llegado de la ciudad argentina de Buenos Aires, y María Luz Ayala; su hija, Nina, y su nieta, Julieta, acompañaron también a Francisco Ayala en uno de los días más importantes de su vida. El Rey afirmó que esta es “la primera vez que el mundo de la cultura española se reúne para celebrar una efeméride centenaria con la participación de su protagonista”.
El exilio
El día anterior a su cumpleaños, Francisco Ayala habló de varios aspectos de su vida en una rueda de prensa: recordó los años que pasó en Madrid, el exilio en Argentina, Puerto Rico y Estados Unidos, y su retorno a España en los años sesenta. Se congratuló de haber llegado a los cien años en buen estado y con gran curiosidad por el mundo que le rodea. Con sentido del humor, dijo que esperaba “no aburrir” a nadie.
–
Autor prolífico de la generación del 27
–
Ayala es el único autor con vida de la generación del 27. Publicó su primera novela, ‘Tragicomedia de un hombre sin espíritu’, con sólo 19 años. Desde entonces hasta ahora ha escrito decenas de obras, novelas, estudios y ensayos, así como traducciones de escritores de la talla de Thomas Mann, Rainer Maria Rilke o Alberto Moravia. Trabajó para el Estado en la Segunda República y se exilió tras la guerra civil, viviendo primero en Buenos Aires y desde 1956 en Nueva York, donde fue profesor de literatura. Ayala acumula los principales galardones españoles: el Cervantes, el Premio Nacional de Narrativa, el Príncipe de Asturias o el Premio de las Letras Españolas. Fue candidato al Premio Nobel de Literatura en 2004.