Para que no se vaya, para que continúe, para darle las gracias, se reunieron el pasado sábado día 17 de octubre 250 socios en el Hogar Extremeño de Sevilla y así homenajear a su presidente.
El espacio se quedó chico y las muestras de afecto a Gonzalo fueron entrañables, sinceras y para el recuerdo.
No hubo protocolos. Todo se desarrolló con sencillez, entre amigos y paisanos. Tres pantallas ofrecieron la oportunidad de seguir el acto a todos los asistentes.
Tras la cena, bien surtida con productos de la tierra y aderezada por los proveedores de la Casa, su vicepresidente Juan García, en nombre de la Junta Directiva, tomó la palabra para reflejar “lo mucho y bien que Gonzalo ha tenido que trabajar para llegar a conseguir lo que hoy tenemos y gozado”.
Se crece ante las dificultades. Se rodea de amigos que le creen y apoyan. Ama en extremo a su tierra, la promueve. Une gentes y motivos. Sabe escuchar y atender y desea la felicidad para todos.
Creador del Premio Giralda-Encina, su Junta Directiva quiso que en oro y sobre su solapa se paseasen esos dos símbolos. También le fue entregado un libro cargado de frases elogiosas y de agradecimiento.
Los asistentes, y con palabras improvisadas, también quisieron ensalzar al homenajeado agradeciendo su trabajo, aguante y comprensión.
Al final Gonzalo expresó palabras de gratitud a su esposa e hijos porque le dejaron hacer. A los demás les agradeció el gesto y las muestras de cariño que de todos había recibido, asegurando que nunca se arrepentiría de haber servido a Extremadura y Sevilla, lugares donde el trabajo por los demás le hizo feliz.