«Haremos una revisión integral del Servicio de Ayuda a Domicilio en aras de la eficacia y, sobre todo, de la objetividad»

Entrevista a Juan Manuel Gómez Gordiola, gerente de la Agència de Cooperació Internacional

Juan Manuel Gómez Gordiola.

¿Cómo asume este nuevo reto en el Govern, es la primera vez que toca el tema de la cooperación?

Cuando pasé a formar parte de la Conselleria d’Immigració i Cooperación dirigida por Encarna Pastor, yo llevaba la Direcció General d’Immigració y la cooperación correspondía a Magdalena Contestí. Mi nuevo cargo me permite desarrollar algo que siempre tuvimos muy claro que tiene que estar vinculado: la inmigración y la cooperación. Todo redundará en una mayor eficacia, el codesarrollo permite que el inmigrante pueda llevar a cabo uno de sus fines, que es el retorno al país de origen y, además, le posibilita ser protagonista de la mejora del país de origen.

Considero que es un acierto que se hayan unido estas materias y es un reto que asumo con ilusión y con compromiso. El nuevo ente que surgirá de la fusión de la Agència de Cooperació Internacional y de la Fundació Balears a l’Exterior comenzará a trabajar el año que viene y pronto se verán sus frutos.

¿Se va a recuperar la convocatoria específica de proyectos de cooperación de las Casas Baleares del exterior?

En la anterior legislatura de Govern del PP, al estar las materias de cooperación y de emigración en dos direcciones generales diferentes, era necesario. Además, era un tema novedoso para las Casas Baleares, que necesitaban una formación previa, también por la distancia. Se ha demostrado que estos proyectos han dado sus frutos y algunos de ellos han tenido continuidad, como los del Centro Balear de Santa Fe, que incluso ha sido galardonado en Argentina por este trabajo.

Ahora que ha pasado el tiempo y que los técnicos y las Casas ya tienen experiencia, además de que el nuevo ente que resulte de la fusión de la Agència de Cooperació Internacional y la Fundació Balears a l’Exterior unirá a técnicos expertos en cooperación y en emigración, es necesario analizar esta realidad. Quizá lo que será más efectivo, más que una convocaria específica, es una relación específica con las Casas en esta materia.

¿Cómo va a afectar la situación económica de la Administración a los programas sociales dirigidos a los emigrantes?

El eje vertebrador de la acción de este Govern es garantizar al máximo la cobertura de necesidades sociosanitarias de los emigrantes y esto lo vamos a canalizar a través de las Casas Baleares, que son nuestros embajadores, y donde no se pueda a través de estas entidades, se hará con el nuevo ente que se creará. Lo anunció el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, y también lo suscribe el conseller de Presidència, Antonio Gómez: los programas sociales van a seguir y se van a reforzar en la medida en que los presupuestos lo permitan. En la anterior etapa de gobierno del PP nos encontramos con unas ayudas para los emigrantes necesitados que eran testimoniales. En su momento las impulsamos, en una línea de lo que ocurrió en la pasada legislatura, y es algo en lo que no se debe retroceder.

No se debe usar  como excusa la situación económica para interrumpir estas ayudas, aunque la situación económica que encontramos al llegar al Govern es muy difícil. Hemos hallado comprometidas ayudas en unas convocatorias lanzadas por el Ejecutivo anterior sin tener en cuenta la merma de los ingresos. Esto es algo que ha ocurrido en general en todos los entes de la Administración autonómica y, también, en la Fundació Balears a l’Exterior. No se puede pagar todo lo que se ha comprometido, pero sí que estamos trabajando para pagar a proveedores y, sobre todo, las ayudas individuales y los medicamentos. El Govern se ha comprometido en este sentido con los ciudadanos residentes en Baleares y también con los baleares que viven fuera de las Islas. Estamos trabajando para ellos con la misma dedicación.

¿Qué sucederá con el proyecto piloto de Servicio de Ayuda a Domicilio?

Lo hemos tenido que suspender, provisionalmente, porque no se les puede pagar, el servicio que prestan los trabajadores sociales del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD). No se les puede pedir que hagan un trabajo que no se les va a poder pagar, por lo que ya no trabajan desde finales del pasado mes de septiembre.

Eso sí, categóricamente, debo decir que se va a cumplir, tal como indicó el conseller, y como la directora general, Antonia Estarellas, comunicó a los presidentes de las Casas, el programa de ayudas sociales y de medicamentos. Lógicamente, antes de suspender provisionalmente el SAD, decidimos paralizar la resolución de las ayudas a las Casas para alquiler de sedes, actividades sociales y culturales, porque por responsabilidad no podemos resolver algo que sabemos que no se va a poder pagar.

En cuanto al SAD, decir que haremos una revisión integral del programa, porque tanto las Casas como los técnicos, los trabajadores sociales y los usuarios detectaron que es necesario realizar mejoras, en aras de las eficacia y, sobre todo, de la objetividad. El SAD es un programa piloto que llevaba dos años de ejecución en las zonas de Bahía Blanca, Bolívar, Córdoba, Mendoza, Rosario, San Juan, Santa Fe y Villa María. En total son 42 los trabajadores sociales afectados por la suspensión provisional.

Quiero subrayar que se mantienen los programas de medicamentos y ayudas individuales, lo que cesa temporalmente es el trabajo de estos mediadores, porque no se les puede pagar. Quiero agradecer este trabajo que han hecho en nombre de la directora general y presidenta de la Fundació Balears a l’Exterior, Antonia Estarellas.

Hay que aprovechar este momento tan difícil que atravesamos para reflexionar y sobre, todo, debo ser rotundo al enviar un mensaje de tranquilidad a los residentes en el exterior de que estas prestaciones sociales no se van a derogar, sino que se van a mejorar en la medida de las posibilidades presupuestarias.

¿Qué sucede con el programa de viajes a las Islas que se suspendió en la pasada legislatura?

Recuperaremos el programa, porque es un derecho que gozan tanto los de fuera, como los residentes en las Islas, que tienen la oportunidad de conocer a la diáspora balear. En algunos casos, son nietos o bisnietos, que pueden conocer de primera mano algo de lo que siempre han oido hablar. Retomaremos el nombre de ‘Quinta Isla’, que es fruto del consenso, y abarcará a jóvenes, a personas de edad intermedia y a mayores. Se hará cuando la situación económica lo permita.

¿Cómo está la situación con las Casas Baleares de España y Alemania?

Me consta que la directora general ya tuvo contacto con ellas y que el propio conseller ya les envió un saludo. Son una realidad que hay que valorar, porque en la pasada legislatura se produjo un deterioro con las entidades radicadas en Europa, e incluso en Cataluña algunas cerraron. En cierto que es algo que no se puede atribuir sólo a una Administración, pero sí dice mucho de su relación.

¿Qué tiene que decir acerca de la reforma de la Ley de comunidades baleares del exterior?

Se trata de un compromiso que llevaremos a cabo en el momento que sea oportuno. Cuando trabajamos sobre este tema no esperábamos encontrarnos con las cosas como están en el Govern. He de decir que existen una serie de prioridades que no nos permiten acometer el calendario como quisiésemos, pero ese calendario está encima de la mesa.

¿Cómo será la relación con los jóvenes del exterior?

Los jóvenes necesitan unos programas y unas líneas de trabajo paralelas, que contribuyan a garantizar el relevo generacional y las continuidad de las Casas, y, especialmente, su autogestión y su autofinanciación. En este sentido, es necesario que busquen nuevos recursos, que sean verdaderos embajadores de las Islas Baleares, que tengan representatividad institucional, que no tengan dependencia de la administración. Pero para ello, hay que poner los mecanismos, porque los necesitan. Esta filosofía afecta a las Casas Baleares y a todas las organizaciones del tercer sector.