“Ha sido una legislatura complicada porque tuvimos que hacer muchos ajustes, pero positiva porque mantuvimos los programas que preocupan a la diáspora”

El secretario da Emigración, Santiago Camba, confirmó que la Xunta deberá pagar deudas por más de 14 millones de euros en el concurso de acreedores de la Fundación Galicia Salud

Santiago Camba en un momento de la entrevista.

-En líneas generales, ¿qué balance hace de estos cuatro años de trabajo?

-Yo creo que muy positivo. Fue una legislatura dura, complicada, ya que hubo que hacer muchos ajustes, pero positivo porque se mantuvieron los programas que realmente interesan y que preocupan al mundo del exterior. En ese sentido se mantuvieron las cantidades económicas en ayudas asistenciales y prácticamente las ayudas a centros. Lo que se disminuyeron fueron aquellas partidas que considerábamos suntuarias. Creo que se hizo un esfuerzo importante, sobre todo a nivel interno de la Secretaría sin molestar al colectivo de los gallegos que tenemos en el exterior.

-Le hubiese gustado que la legislatura hubiese durado un poco más para aprobar la Lei de Galeguidade.

-Creo que las legislaturas deben durar lo que tienen que durar. La Lei de Galeguidade la verdad es que hace meses que la teníamos ultimada. Se había consensuado prácticamente por unanimidad con los verdaderos actores y partícipes de esta ley que son los centros, pero antes de nada quisimos presentarla ante el pleno del Consello de Comunidades Galegas y en este intervalo se convocaron elecciones y espero que en la próxima legislatura, a inicios, que se lleve la ley al Parlamento de Galicia.

Pero por supuesto que me hubiese gustado que se pudiera haber aprobado en esta legislatura.

-¿En qué situación se encuentra el concurso de acreedores de la Fundación Galicia Salud?

-En estos momentos está en su recta final. Fue un concurso que llevamos muy de mano desde el Gobierno gallego. Es un concurso muy complejo ya que es una Fundación gallega pero cuya actividad principal y única está en Argentina. En estos momentos está en su recta final y esperemos que salga la sentencia en estos días.

-¿Cuál será el desembolso que tendrá que hacer la Xunta de Galicia?

-El desembolso total superará los 14 millones de euros. Fue una herencia envenenada, como muchas que tuvimos del Gobierno anterior, por una nefasta gestión de los tres últimos años del bipartito. Todos los patronos del Gobierno gallego en la Fundación pertenecían al Partido Socialista –hay que delimitar responsabilidades dentro del bipartito- y en tres años pasaron de tener una deuda estabilizada de 30 millones de pesos, más o menos 5 millones de euros, y con un potencial crecimiento importante, a desembolsar varios millones de euros y pasar la deuda a 130 millones de pesos. Para generar 20 millones de euros de déficit en tres años, realmente hay que proponérselo.

-¿Es cierto que el hospital del Centro Gallego podría cerrar debido a la crisis que padece?

-En estos momentos en Buenos Aires hacen falta 20.000 camas hospitalarias y no creo que tenga que cerrar siempre que se gestione adecuadamente.

-¿Qué le parece que la entidad haya pedido la ayuda del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) del Gobierno argentino?

-Hay que pensar que el Centro Gallego, aunque es una referencia para los gallegos del exterior y sobre todo para los de Buenos Aires, no deja de ser un hospital más dentro de los servicios sanitarios a los que puede acceder la ciudadanía argentina y bonaerense y en estos momentos creyeron oportuno, y me parece que así debe de ser, pedir el apoyo del propio Gobierno argentino que ha enviado un interventor del Inaes. Creo que es una medida razonable.

-El papel de la Xunta en la gestión del hospital del Centro Gallego es limitado pero ¿hasta dónde llegaría para evitar que despareciese una entidad tan importante para la emigración?

-La Xunta tuvo una corresponsabilidad en la gestión del hospital desde el año 2003 con la creación de la Fundación Galicia Salud. Lo que pasa es que, como bien sabe todo el mundo, hay un momento en el que se dispara la deuda con la aparición de un delegado político de la Fundación como es el señor (Evaristo) Oroña Marcote. A partir de esos momentos los problemas se van acrecentando y cuando llegamos al Gobierno nos encontramos con este desaguisado.

El cierre de la Fundación, que no tiene nada que ver con el cierre del hospital, viene obligado por sus propios estatutos (la cláusula sexta del contrato de gestión del hospital preveía su finalización en caso de que haya resultados económicos negativos en dos ejercicios consecutivos o dos alternos en cinco años).

Durante el Gobierno bipartito se hace una operación de ingeniería financiera en el año 2008 que da un balance positivo en las cuentas del hospital al atrasar todos los pagos para después del 30 de abril de aquel ejercicio y eso provocó que nos encontrásemos con los 130 millones de pesos de deuda lo que lo convertía en un hospital difícil de manejar.

-Pero el Gobierno gallego ¿va a hacer todo lo posible para que se mantenga el Centro?

-El Gobierno gallego ya está haciendo todo lo posible. Y todos aquellos planteamientos que consideramos serios por parte del propio Centro Gallego los vamos a asumir como tales. En ese sentido seguimos manteniendo reuniones frecuentes con la actual presidenta del Centro Gallego, Marta Donsión. De hecho el presidente Feijóo estuvo hace poco en Buenos Aires y mantuvo una reunión con ella. Hay una fluidez y somos los primeros interesados en que el Centro Gallego goce de buena salud lo que pasa es que para eso hace falta una gestión profesionalizada del propio hospital y en eso venimos insistiendo.

Un hospital como el del Centro Gallego, con 10.000 socios de los cuales un 40% son gallegos pero con edades avanzadas, no se puede tratar igual que aquel hospital del Centro Gallego que llegó a tener 110.000 socios jóvenes que no eran demandantes de servicios de salud y sí que pagaban una cuota. En estos momentos la situación es muy distinta y hay que buscar también ingresos externos que en una ciudad como Buenos Aires no son difíciles de conseguir. Pero para eso hace falta una gestión profesionalizada y seria.

-Se habló también de unos posibles intereses inmobiliarios ya que el centro gallego y el hospital están muy bien situados.

-Ese tipo de cuestiones se comentaron, incluso se decía si podía haber personas dentro del propio Centro Gallego interesadas. Por mi parte, la verdad, no quiero creer que este tipo de cosas ocurra. No quiero creerlo. Yo lo tomaría más como un bulo, por no utilizar otra palabra más dura. Pero no quiero creer que este tipo de cuestiones existan.

-Dentro del Plan Estratégico de Emigración 2011-2013 se establece el compromiso de la Secretaría de mantener el gasto socio-sanitario dirigido a los emigrantes así como de apoyar a las entidades que ofrecen servicios asistenciales a la colectividad. ¿Se reafirma en este compromiso?

-Si. En estos momentos el mayor esfuerzo que se está haciendo es en ayudas asistenciales. Hay que pensar que en Argentina -ya que hablamos del país austral- crecieron las ayudas individuales, el monto de cada ayuda, en estos tres últimos años de una manera considerable. Una media de entre 200 y 300 euros fue el crecimiento de cada ayuda asistencial en el país austral. Estamos haciendo un esfuerzo también grande en los programas sociosanitarios como aquellos destinados a hogares, a asilos gallegos en el exterior e incluso a aquellas entidades cuyos usuarios son mayoritariamente gallegos aunque no lleven el nombre de gallegas, como el Hogar Español de Montevideo.

-Usted fue muy crítico con el Gobierno anterior por la reducción del número de beneficiarios de las pensiones asistenciales. En este momento de crisis ¿cree que debería mantenerse ese esfuezo de gasto?

-Yo creo que sí y en las pensiones asistenciales el Gobierno central se encuentra con un problema como es la distorsión que hay entre los datos oficiales, que se utilizan para el cálculo de las pensiones, y los datos reales. En Argentina, país donde reside el mayor número de beneficiarios, el IPC oficial, la inflación, es del 10% mientras que el real está entre el 25 y el 28%. Eso crea una cierta disfunción a la hora de hacer el tratamiento de cuál debe ser la pensión asistencial en un país como Argentina.

Por otra parte, según los datos que yo manejo en los últimos dos años de Gobierno socialista redujo el número de pensionistas asistenciales de 50.000 a 30.000 y en estos momentos bajó solo un 10%, a 27.000, lo que indica que el esfuerzo que está haciendo el Gobierno central es importante. Está claro que a todos nos gustaría llegar a más.

Yo creo que en estos momentos hay conciencia en el exterior de la situación crítica que atraviesa España. Pero si en algo hay una sensibilidad especial, y sobre todo conociendo al director general de Migraciones que hay hoy, Aurelio Miras Portugal, es por este tipo de problemas. Lo demostró siendo conselleiro de la Xunta y creo que lo está demostrando ahora como director general de Migraciones. En ese sentido creo que hay que estar contentos con la labor que se está haciendo pero a todos nos gustaría, me imagino que a él también, y a nosotros también nos gustaría, que las ayudas pudieran ser mayores.

-Dentro del Plan de Emigración también se contempla potenciar el papel de las mujeres y los jóvenes.

-Se está haciendo un esfuerzo importante. Se hicieron varios congresos de juventud y sobre todo estamos intentando incorporar a la galleguidad a la generación de los nietos. También se está haciendo un esfuerzo importante para situar a la mujer en el lugar que debe ocupar como protagonista fundamental del fenómeno migratorio.

-Tampoco se ha podido aprobar la Ley del Retorno en esta legislatura. ¿Cuántos retornados ha habido en 2011? ¿Qué medidas desarrolla la Secretaría en este ámbito?

-El número de retornados en el 2011 se acerca a los 4.000. Y la Ley del Retorno no se aprobó, entre otras cosas, porque el Gobierno central anuncio su intención de presentar un proyecto de ley en esta materia y aunque nosotros ya teníamos el borrador y queríamos sacar esa ley, que sería la primera en una comunidad autónoma, decidimos esperar para no entrar en contradicciones con una norma de nivel estatal.

-¿Sabe si el Gobierno central la presentará pronto?

-Yo creo que sí. Hay que darle tiempo, llevan muy pocos meses. Pero creo que tanto el director general como la secretaria general de Migraciones están en este tipo de cuestiones.

-En el 10º Pleno del Consello de Comunidades Galegas usted habló, se habló, de la institucionalización de la memoria de la emigración. ¿Quería saber si no le parece urgente que se cree un gran museo de la emigración gallega?

-Es una cuestión pendiente. Una cuestión importante y, sobre todo, para no perder parte de ese legado de la emigración, un fenómeno que ya hemos incorporado como algo propio de la realidad gallega. Lo que pasa es que los tiempos son los tiempos y los dineros son los dineros. Por supuesto que creo que todo el mundo tiene interés, todo el mundo tiene sensibilidad. Yo creo que tanto desde el Consello da Cultura Galega como desde el propio Gobierno gallego hay un interés importante en la creación de este museo pero tampoco hay que perder de vista que la realidad económica es compleja en estos momentos y no se pueden atender todas las necesidades y hay que priorizar. No es algo que se olvide pero en estos momentos las prioridades son más las socio-asistenciales.

-Los males que más afectan a las entidades gallegas en el exterior son la falta de relevo generacional, la excesiva dependencia de las ayudas públicas y la atomización de los centros. ¿Qué hay que hacer para superarlos?

-Nosotros estamos haciendo un esfuerzo importante lo que pasa es que a veces la propia idiosincrasia es como es: somos un tanto individualistas. Queremos sociedades grandes, sociedades fuertes, sociedades que no tengan que depender de ninguna administración aunque la Administración colabore con ellas. Ese esfuerzo dará sus resultados, aunque no inmediatos, pero sí que estoy convencido de que va a dar resultados. Hay entes como la Hermandad Gallega de Venezuela y como el Centro Gallego de México que pueden ser referencias en muchos sentidos.

Por otro lado yo creo que hubo una cierta paternalización del papel de la Administración hacia los centros y se creó una dependencia que muchas veces, y puede ser que esto se malinterprete, lo que ha provocado es que la gente no desarrolle aquellos mecanismos para crear supervivencias al margen de una administración. Se acomodan a esa administración.

Yo creo que las entidades tienen que buscar también recursos externos a los que puede ofrecer la propia administración.

-¿Y sobre el relevo generacional? Los jóvenes muchas veces se quejan de que son los propios directivos actuales los que no les dejan meterse en las directivas, los directivos dicen que los jóvenes son inexpertos….

-Cada centro es un mundo y cada centro tiene su idiosincrasia pero sí nos encontramos que muchas veces hay jóvenes que quieren incorporarse y las personas de más edad no entienden muy bien qué les motiva a esos jóvenes a incorporarse y sobre todo que quieren que vayan incorporando las costumbres, la manera de trabajar de ellos. Y claro, las generaciones normalmente chocan, no hay ninguna generación que no choque en algo con la anterior.

Lo que le pido a estas personas que llevan muchos años en la vida asociativa, en los centros, defendiendo esa galleguidad y que tienen un mérito enorme e impagable -creo que ahí radica uno de los éxitos de la galleguidad en el exterior-, les pido que sean generosos con quienes se quieren incorporar y que posiblemente vengan con ideas distintas pero que al final terminarán siendo enriquecedoras. Ese relevo generacional causa ciertos traumas pero creo que es bueno ir incorporando a esos jóvenes a la galleguidad porque si no la galleguidad se moriría.

Yo creo que la galleguidad goza de buena salud, va a durar muchos años y eso se debe en parte al relevo generacional, aunque muchas veces da la impresión de que está ahí un poco mermado. Pero que esté como un tanto aletargado no quiere decir que no se vaya produciendo.

-¿Cuántos países ha visitado durante estos cuatro años? ¿Le pueden criticar por el gasto que suponen tantos viajes?

-La crítica muchas veces es gratuita y, además, estando en un periodo electoral da la impresión de que se abre la veda para todo y que podemos ser criticados. He viajado a 26 países, 15 en América, 9 en Europa y 2 en África. Y tengo la conciencia muy tranquila porque estuve donde tenía que estar y en el momento en el que tenía que estar. De todas formas, los viajes muchas veces se ven como algo distinto de la realidad y para el que tiene que viajar continuamente son un sacrificio.

Lo que sí tenemos claro es que esta Administración está gastando la quinta parte, es decir, estamos gastando un 20% de lo que gastaba el gobierno anterior. Ahorrar un 80% de locomoción, sin dejar de estar presentes en tantas partes, se debe al esfuerzo por intentar llegar a los sitios con el menor coste posible.

Le podría decir más. En algún viaje a América de los anteriores directivos del gobierno anterior se gastaron más en una semana que gastamos nosotros en seis meses.

-Cada vez que hay elecciones autonómicas surgen las críticas contra el derecho al voto de los emigrantes. ¿Qué le parecen a usted?

-Aquí surge a veces una crítica porque el recuento se hace en distintos momentos. Y entonces da la impresión de que quien decide algunos escaños es el voto de la emigración. No, los escaños se deciden entre todos los votos, sumando también los de la emigración, que es un tema distinto.

Por otro lado yo creo que los ciudadanos por el hecho de tener nacionalidad española y estar censados en Galicia tienen el derecho a votar que lo ampara la Constitución. Por eso es desacertada la palabra ruego. Un derecho no se ruega, un derecho se ejerce pero no hay que rogarlo. Eso en primer lugar.

En segundo lugar, desde Galicia creo que alzamos la voz desde el primer momento y fuimos muy críticos con la reforma. Desde el Gobierno gallego y desde el Partido Popular de Galicia también. Hubo una posición muy tibia, muy tímida por parte del Partido Socialista de Galicia y negativa por parte del Bloque. Yo espero, y lo dije el otro día, que esa ley se cambie, que se reforme con Rajoy gobernando en Madrid.

El Partido Popular en Galicia lo tiene muy claro, fue muy crítico y el tiempo nos está dando la razón . El voto rogado es un fracaso.

-Aunque la ley fuese lo más estricta posible, si el PP o el PSOE dependiesen del escrutinio del voto emigrante para saber si gobiernan en Galicia o no, las críticas iban a ser furibundas igual.

-Pues posiblemente pero es que si ese voto se recontase el mismo día mezclado con el resto esas críticas desaparecerían.

Lo que pedíamos siempre desde Galicia es que el voto exterior fuese garantista y habría que preguntarle al PSOE por qué se opuso a estas medidas garantistas hace cuatro años cuando solicitamos que se incorporase la fotocopia del DNI o del pasaporte.

Yo creo que el votante en el exterior hay que pensar que es un votante igual que el que vive dentro de nuestras fronteras y todo lo que sean facilidades para votar, bienvenido, sea dentro de unas garantías.

-Los días 1 y 2 de octubre ejercerá de anfitrión del pleno del CGCEE

-Nos sentimos muy honrados de que el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior se haga de nuevo en Galicia. Demuestra una vez más la sensibilidad que hay por parte del Gobierno central para con Galicia.

-¿Sabe a quién propondrá el Ministerio para presidente del Consejo?

-No lo sé y, le digo más, ni lo pregunté. Es una potestad del Ministerio. Lo que sí me gustaría es que fuese un hombre franco, y un hombre abierto, un hombre conciliador y un hombre que no le quitase la palabra a nadie. Sería lo que pediría, que tengamos una personas conciliadora y sobre todo una persona que sepa respetar el uso de la libertad que le asiste a cada miembro del Consejo General en el momento que tiene uso de la palabra.