La jornada sirvió para que los extremeños asentados en Sevilla se reunieran, una vez más, para recordar su añorada tierra y, en particular, la localidad de Almendralejo, presentándose su recién estrenado Museo del Vino y de las Ciencias.
Sus empresarios fueron muy generosos a la hora de ofrecer los mejores caldos para que socios e invitados, sobre uno de los barcos que cruzan el río Guadalquivir, permitiesen disfrutar de una tarde-noche inolvidable que se vio completada por tonás, cantes de trilla, jaleos extremeños, soleás y fandangos de Manolo de Fregenal, magníficamente interpretados por Esther Merino, joven y guapa artista extremeña que con su voz dulce y acompañada del guitarrista Francisco Pinto hicieron las delicias de los asistentes en una noche inolvidable y con un marco excepcional.
La fiesta terminó con la actuación impecable y llena de encanto de la joven bailaora, socia de la Casa y promesa segura en estos palos, Silvia de Paz.
El acto, presidido por Valentín Cortés, presidente de la Diputación de Badajoz, tuvo también un momento entrañable dedicado al presidente de la Casa de Extremadura en Sevilla, Gonzalo Martín Domínguez, al reconocerle con una placa de plata la labor de unir Extremadura con Sevilla que Gonzalo viene desarrollando desde hace tiempo.
Estas palabras y obsequios fueron respondidos por el homenajeado, asegurando que si hacía esto era para buscar la felicidad y el abrazo entre ambas Comunidades que, por cercanía, historia y costumbres, están condenadas a intercambiar, quererse y poner concierto con el resto de regiones de España.
Vinos y cantes
Esta entrañable fiesta del vino se celebró en el barco ‘Isla Canela’, que había salido del muelle de la Torre del Oro y surcó las aguas del Guadalquivir.
Patrocinada por la Diputación de Badajoz y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almendralejo y bajo la dirección de la Casa de Extremadura en Sevilla, se presentó el Museo de las Ciencias del Vino de Almendralejo.
José Luis Villares, director del Taller de Flamenco de la Universidad de Sevilla y presidente de la Federación de Entidades Flamencas de Extremadura, hizo una semblanza sobre la teoría de que los cantes de jaleo están en el principio del cante de la mano temporalmente de la toná. De los jaleos, el conferenciante defendió la teoría admitida ya por casi-todos de su procedencia del cante por soleá que tanto gusta en Sevilla, sobre todo a los del barrio de Triana. Ensalzó la sabiduría del pueblo pacense de haberlos conservado puros y que sean los únicos supervivientes de los distintos cantes de jaleo que hubo en el primer flamenco. Su alegre son y lo bien ejecutados por Esher sirvieron de presentación de todo el acto.
Destacó la teoría del nacimiento de la soleá de Triana por la cantaora La Andonda y Esther hizo un repaso por las distintas clases de soleá alardeando de su buena voz y excelente estilo. Sonaban a gloria esos sones, pero cuando tuvo más resonancia la conferencia fue en el momento que se explicaron y ejecutaron los tangos extremeños, su procedencia y cómo llegaron a la Plaza Alta de Badajoz. Su rico son y su compás, con una ejecución perfecta por parte de Francis Pinto y Esther, tuvo tal éxito que tuvieron que saludar dos veces, una vez sentados, para continuar la conferencia que culminó aludiendo a la profundidad y belleza de los fandangos de Manolo de Fregenal.
En sabias palabras del presidente de la Federación, José Luis Villares, los naturales del lugar “aprendieron de nuestros cantes autóctonos y se admiraron al saber que Extremadura ha aportado más al flamenco que muchas provincias andaluzas”.