La Consellería de Sanidade confirmó el pasado 16 de junio el primer caso de infección congénita por el virus Zika en Galicia. Se detectó a finales de abril y se trata de un caso importado, puesto que la madre adquirió la infección en un área con transmisión activa del virus, en el país latinoamericano donde residía.
Allí padeció, en la octava semana de gestación, una erupción compatible con zika, pero no se realizó ningún estudio microbiológico. Después, ya en Galicia, se confirmó una infección reciente. A pesar de que el estudio ecográfico realizado en la 12ª semana de gestación no halló anomalías, en el de la semana 19 se encontraron anomalías importantes del sistema nervioso central compatibles con el zika. Además, se detectó RNA del virus en el líquido amniótico.
Con la aprobación del comité de ética, se llevó a cabo la interrupción del embarazo en la semana 21, y la necropsia del feto corroboró la importancia de las lesiones y halló RNA del virus en el cordón umbilical y más en el cerebro. En el boletín del Viernes Epidemiológico que se publicó el día 17 se hacía una referencia a este tema, y una descripción clínica más detallada se puede consultar en el número de 16 de junio de Eurosurveillance, boletín epidemiológico de la Unión Europea.
Desde la Consellería de Sanidade se recuerda que el zika no se transmite persona a persona, sino a través de dos tipos de mosquito, que en Galicia no existen. Por lo tanto, el principal riesgo de contagio para una persona es viajar a una zona donde sí exista (fundamentalmente países latinoamericanos) y que le pique un mosquito transmitiéndole la enfermedad.
En lo que alcanza a las recomendaciones para prever la infección congénita en mujeres embarazadas o que planeen estarlo, estas deben evitar los viajes a las áreas afectadas o, si no pueden hacerlo, seguir los consejos que aparecen en la web del Servizo Galego de Saúde (www.sergas.gal). Además, como es posible la transmisión sexual del virus, se recomienda que los hombres que vuelven de áreas afectadas usen preservativo durante 8 semanas si el viajero no mostró síntomas compatibles con el zika, y durante 6 meses si los mostró.