Galicia cuenta desde el pasado 10 de diciembre con los primeros 150 kilómetros de tren de alta velocidad (AVE), los que unen las ciudades de A Coruña, Santiago de Compostela y Ourense y que se corresponden con la realidad palpable de “un sueño colectivo”, según indicó el ministro de Fomento en funciones, José Blanco. Asistieron a la inauguración el presidente Feijóo y Francisco Álvarez Cascos.
El todavía responsable de Fomento participó en su último acto como ministro en Galicia, según dijo, en el que estuvo acompañado, entre otras autoridades, por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de Asturias y exministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos, autor de buena parte de las licitaciones de las obras del tren de alta velocidad gallego. En A Coruña y con una gran expectación, las autoridades descubrieron la placa que conmemora el primer trayecto de la alta velocidad gallega, y 27 minutos después llegaban a su primera y breve parada, Santiago de Compostela.
A continuación, el tren Avant, que será sustituido a partir del próximo año por trenes híbridos que acortarán un poco más el trayecto, siguió a su destino final, Ourense, donde llegó en 38 minutos, tras alcanzar velocidades superiores a los 220 kilómetros por hora de forma puntual.
En su discurso, el ministro de Fomento en funciones recordó que la construcción de esta infraestructura ha supuesto una inversión del Gobierno de España de más 3.300 millones de euros y destacó que la puesta en marcha de esta línea amplía en 150 kilómetros la red española de alta velocidad hasta situarla en una longitud de casi 2.900 kilómetros en servicio.
Defendió la construcción del AVE a Galicia como un “proyecto de Estado” que debe trascender “al color político de los gobiernos” y mostró su confianza “en que el nuevo gobierno mantenga la inversión para completar la línea en tiempo y forma”. Además, tuvo un recuerdo para su padre, operador de maquinaria pesada del Ministerio de Obras Públicas.