Feijóo reconoce la mano tendida del presidente uruguayo para reforzar la colaboración con Galicia

El titular de la Xunta remarcó que los gallegos que emigraron a América construyeron "un puente invisible pero de sólidos pilares que cruza el Atlántico de orilla a orilla"

El alcalde de Santiago, Ángel Currás, el presidente uruguayo José Mújica y el titular de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

El mandatario gallego y el presidente de la República Oriental del Uruguay inauguraron el lunes 3 de junio en Santiago de Compostela la plaza dedicada al país sudamericano y el busto de su prócer, José Gervasio Artigas.

En ese acto, el titular de la Xunta subrayó que, una vez más, Galicia encuentra abiertas las puertas de Uruguay «para desarrollar un potencial industrial y comercial que choca aquí con los obstáculos de una dura crisis económica y que precisa de los mercados exteriores para superarla». Del mismo modo, añadió, que Uruguay vuelve a contar con Galicia como «aliado estratégico para desarrollar el pujante crecimiento en el que está inmerso».

En su intervención, el presidente autonómico remarcó que los gallegos que emigraron a América construyeron «un puente invisible pero de sólidos pilares que cruza el Atlántico de orilla a orilla», por lo que circularon durante décadas oportunidades económicas, cultura, educación, arte, en definitiva, dijo «esperanza y progreso para esta tierra». «Por esa ponte”, abondou, “cruzó el espíritu de la galleguidad, se mantuvo y se tornó universal».

Según recordó, los gallegos contaron en esa empresa con la ayuda “de los habitantes de sus nuevos destinos”, a los que definió como “gentes generosas y hospitalarias que los trataron como iguales y les abrieron de par en par las puertas de su continente”. En ese marco, destacó que “la aventura desesperada de nuestros compatriotas encontró en Uruguay el territorio idóneo para desarrollarse”, y resaltó que la acogida que ese país dispensó a nuestros emigrantes entraña una “lección cívica” que sigue vigente en nuestros días.

“Mucho antes de que se teorizara sobre la globalización, uruguayos y gallegos demostraron con hechos lo que significa sumar. Protagonizaron una integración armónica que contribuyó al desarrollo de ambas orillas del océano y abrió una vía para canalizar la necesidad de Europa y América de relacionarse”, manifestó Feijóo.

El presidente de la Xunta destacó que “el puente que tendieron nuestros antepasados sigue abierto al tráfico. Y aunque el escenario es muy distinto a lo que propició su construcción, ambos, Galicia y Uruguay, seguimos necesitando sus servicios”.

Historia, cultura y símbolos compartidos

Abogó el titular del Gobierno gallego por reivindicar la importancia histórica de los lazos que unen Galicia y Uruguay a través de símbolos que la inmortalicen. A ese respecto, expresó su satisfacción por poder contar con la presencia del presidente José Mujica para inaugurar la plaza de Uruguay en Santiago, “para corresponder desde la capital gallega la aquel generoso regalo de Montevideo a nuestros emigrantes”, que fue la plaza de Galicia inaugurada por el presidente Manuel Fraga en la capital uruguaya en el año 2002.

Alberto Núñez Feijoo afirmó que Santiago de Compostela, “secularmente configurada como punto de encuentro en el que confluyen los caminos de Europa, quiere ser también una casa para América en, en especial, para Uruguay”. Pero apuntó que esta plaza es también para los gallegos, al igual que la plaza de Galicia de Montevideo es de los uruguayos. “Somos pueblos hermanos que compartimos pasado, presente y futuro. Compartimos historia, compartimos cultura y compartimos, también, los símbolos”, dijo.

Subrayó que Rosalía de Castro y José Gervasio Artigas “contribuyeron a desvelar el código que cifra nuestras identidades”, y representan la lucha, desde distintas trincheras, por la libertad y por la dignidad, por lo que los gallegos pueden sentirse identificados con ambos. “Sumamos pues al prócer uruguayo a nuestros referentes y asumimos el ejemplo de los valores que representa”, concluyó el titular de la Xunta.