El mandatario gallego aseguró que Galicia es “el gran catalizador de un sentimiento europeísta” a través de un Camino en el que generaciones de europeos que peregrinaron hasta aquí “descubren el humanismo y se reconocen como compatriotas de una patria formada por un mosaico de naciones”. “Los peregrinos vieron y siguen viendo en nosotros un compendio de la Europa que ansían. He ahí la explicación de que fuera Galicia, el fin de la tierra, uno de los principios de la idea europea”, abundó.
“Ser gallego no es simplemente estar en Galicia, sino compartir valores” que muestran que “Galicia es un país libre de hombres y mujeres que comparten un proyecto ilusionante”, dijo el presidente. A ellos se refirió Feijóo para poner de relieve que “Galicia no desfallece en ningún tramo del largo camino por el tiempo” porque en ellos está la “energía común para superar las adversidades del momento presente”.
Sobre el Cabildo de la Catedral de Compostela, representado por su deán, José María Díaz Fernández, Feijóo dijo que esta institución “es referente de un milagro en el que nuestro señor Santiago contó con una magnífica colaboración humana” para “echar las raíces en el suelo firme del sagrado”. Agradeció, en esta línea, el trabajo “reflexivo, prudente y delicado de la iglesia Católica”, que, según afirmó, “da seguridad y firmeza al trabajo y al proyecto del Año Santo”. También tuvo palabras para Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, exponente, dijo, de un movimiento que convierte el Xacobeo “en la gran obra de la Galicia moderna”.
Reivindicación xacobea por parte de los premiados
La entrega de las Medallas de Ouro de Galicia por el presidente de la Xunta se convirtió en un acto de impulso y reivindicación del año santo y del Xacobeo por parte de los premiados.
El ex conselleiro de Cultura, Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, recordó los objetivos del Xacobeo de 1993 y su reconocimiento como proyecto de Estado. “Acepto la medalla en la convicción de que es buena para Galicia e para quien la ganó y conmigo irá siempre porque la llevaré en el corazón”, certificó.
El deán catedralicio, José María Díaz, aseguró que el galardón de la Xunta es “un estímulo para una colaboración diferenciada, pero apuntando a metas altas”. Díaz recreó la figura del arzobispo Xelmírez, momento en que el cabildo catedralicio compostelano alcanzó su punto de inflexión máximo, y recordó que la catedral de Santiago, al contrario que en otras ciudades, fue el origen mismo de la ciudad.