El último lunes de marzo falleció José Lage, un artista de reconocido prestigio en Uruguay conocido en el baile español como ‘Pepe Montoya’ y en la pintura por el nombre que sus padres le bautizaron hace casi cien años en la parroquia de Ladrido en Ortigueira, Galicia. A lo largo de su vida obtuvo, además del reconocimiento de sus alumnos y el público de sus espectáculos, también el Premio Colón con que la Federación de Instituciones Españolas del Uruguay reconoció su trayectoria.
José Lage Sierra nació en la parroquia de Ladrido (Ortigueira), el día de Navidad de 1916, pero, a la temprana edad de 10 años, se marchó a Uruguay con su madre y su hermano para reunirse en Montevideo con Manuel, su padre, que trabajaba en un banco en la capital uruguaya, donde él se acabó estableciendo y desarrollando toda su vida. Una larga vida de casi cien años en la que desplegó diferentes aspectos de su rica personalidad artística.
Realizó sus estudios en el colegio de San Vicente de Paúl, al que asistió desde que llegó a Montevideo. Su maestra Cora Outeiro Brum se percató de sus grandes aptitudes para el dibujo por lo que le motivó para que las perfeccionara, llegando a exponer sus trabajos dentro y fuera del centro educativo. A lo largo de su vida, su pintura ha sido testimonio de su valía como artista plástico pero sólo se dedicó a ella de forma aficionada, aunque ha expuesto públicamente sus cuadros en múltiples ocasiones en particular en los últimos veinte años.
En Montevideo era más conocido por su nombre artístico, Pepe Montoya. Este nombre, que en España se correspondería más con un ciudadano de Andalucía que de Galicia, es el que él adoptó, precisamente, porque toda su vida la dedicó a impartir clases de guitarra y baile andaluz en el Ballet España del Centro Gallego de Montevideo. Una profesión a la que accedió tras una fuerte oposición de un padre que no quería que su hijo se convirtiese en bailarín, ensayando a escondidas en azoteas de una vecina ya desde su adolescencia.
José Lage, por tanto, ha sido un emigrante gallego atípico, peculiar. A pesar de ello, sus orígenes gallegos han estado siempre presentes, no sólo porque su magisterio profesional, que lo ha impartido de forma continuada durante más de 60 años en el Centro Gallego de Montevideo, del que ya había sido su alumno, sino por haber llevado una vida austera y de firmes convicciones. Los que lo conocieron lo describen como un gran comunicador del que se aprendía mucho simplemente con escucharlo.
La Federación de Instituciones Españolas en Uruguay le había concedido por unanimidad el Premio Colón en 2011, siendo el primer reconocimiento que le entregaban a un artista. El presidente de la FIEU, Jorge Torres Cantalapiedra, que había sido alumno suyo, al entregarle el merecido reconocimiento confesó que recordaba sus primeros pasos aprendidos junto a él y lo muy cascarrabias que era.
El arte del flamenco de José Lage ha quedado encauzado en Uruguay por muchos años, ya que allí imparten clases sus alumnas y alumnos con gran profesionalidad, reflejando la escuela de este gallego autodidacta que a nueve meses de cumplir sus cien años de vida nos abandonó físicamente, dejando un vacío imposible de llenar.