España, Francia, Italia, Portugal y Malta acordaron el pasado día 5 plantear una supervisión bancaria única para todos los países de la Unión Europea (UE) que se decidirá “antes de fin de año y que deberá estar operativa a principios de enero de 2013 y para, en última instancia, la solución de la crisis”. En la cumbre del grupo ‘Cinco más Cinco’, celebrada en Malta con los mandatarios de estos países, Rajoy instó a la UE a “que cuando tome decisiones las cumpla y lo haga ya”, en referencia al acuerdo del Consejo Europeo de junio para un supervisor bancario común, requisito imprescindible para que el fondo de rescate permanente pueda recapitalizar de forma directa a los bancos, pero Alemania ya ha dicho que no ve viable esa fecha y junto con Holanda y Finlandia se han opuesto también a la recapitalización directa de la banca por parte del fondo de rescate permanente.
Por su parte, el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, señaló el día 8 en Luxemburgo, en la reunión del Eurogrupo, que España “no necesita ayuda financiera adicional”, en línea con su homólogo español Luis de Guindos, quien aseguró una semana antes que España “no necesita un rescate” sino una intervención del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado secundario de deuda soberana”. El presidente del BCE, Mario Draghi, insistió en que España deberá cumplir unas “condiciones estrictas” si se hace efectivo el rescate, mientras que el Eurogrupo alejó el fantasma del rescate inminente. Y el ministro alemán de Economía y Tecnología, Philipp Rosler, mostró su apoyo al plan de reformas estructurales del Gobierno.
Paralelamente, el Banco de España respecto a la actuación del Gobierno y los Prespuestos, explicó que ve posibles más ajustes ante el “riesgo” de no cumplir el déficit este año. El gobernador Luis María Linde cree que el Ejecutivo es “optimista” en sus previsiones y le advierte que piense en el impacto en el déficit antes de actualizar las pensiones.
Campaña en EE.UU
La situación de la economía también ocupó un lugar destacado en el primero de los debates entre los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos, puesto que el republicano, Mitt Romney, señaló que no quiere “ir por el camino de España” al señalar que este país “gasta el 42% de su economía en gastos gubernamentales”.
Gobierno, PP y PSOE reaccionaron con el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, diciendo que sus críticas están “poco fundadas” y “poco contrastadas”, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, le respondió que España es un “modelo de recuperación económica” y el portavoz de Exteriores del PSOE, Juan Moscoso, habló de “una reflexión inapropiada y absolutamente contraproducente”.
El Fondo Monetario Internacional, una de cal y otra de arena
Los organismos internacionales, al margen de la Unión Europea y al igual que ocurre en el Viejo Continente, no paran de pegar bandazos permanentemente con respecto a la situación de la economía mundial y de la española. Es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya directora gerente Christine Lagarde quiso dar un espaldarazo a las reformas del Ejecutivo español.
En una entrevista en la cadena CBS, Lagarde afirmó que el Gobierno que preside Mariano Rajoy está tomando “medidas muy, muy valientes” para afrontar la crisis económica que azota al país y reducir el déficit. Sin embargo, unos días más tarde, el Fondo Monetario Internacional aseguró que España cerrará este año con un déficit público del 7% del PIB y terminará 2013 con uno del 5,7%, por encima de los objetivos del 6,3% y del 4,5% en 2012 y 2013, respectivamente, acordados por el Gobierno español y la UE.
El Fondo empeora así sus pronósticos de finales de julio, que situaban el déficit público de España en un 6,3% del PIB para 2012 (siete décimas menos que ahora) y un 4,7% para 2013 (un punto porcentual menos). El organismo internacional receta unas reformas del sistema de pensiones, con la elevación de la edad de jubilación y los cambios en el sistema de salud como positivos de cara al reequilibrio de las cuentas públicas españolas.