En la conversación, Julio Olmos hizo un balance de su gestión y se refirió a los temas que más preocupan a la colectividad residente en el país austral, como lo son el sistema de voto para los ciudadanos españoles residentes en el exterior y la pesificación de las pensiones asistenciales por parte del Gobierno argentino.
–Desde mediados de 2007, primero en Montevideo y luego en Buenos Aires, usted ha tenido la oportunidad de relacionarse con la comunidad española de Uruguay y Argentina, conociendo de primera mano sus inquietudes y necesidades. ¿Qué análisis hace de la actuación que ha tenido el Gobierno español para este colectivo tan importante en los últimos tiempos?
-El balance personal es positivo en cuanto a lo que ha significado desde el punto de vista profesional gestionar la consejería más grande de las que tiene el Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España en el exterior, ya que además de la de Buenos Aires contamos en Argentina con cuatro secciones en el interior del país, ubicadas en Córdoba, Mendoza, Rosario y Bahía Blanca, brindando en total atención a más de 500 mil españoles.
Además, he desempeñado mi cargo en una etapa de una extraordinaria importancia para España, porque a principios de 2007 nadie vislumbraba la crisis económica que íbamos a tener y que lógicamente ha afectado a la gestión del día a día, pero tanto la colectividad española en Uruguay como en Argentina reconoce el esfuerzo que ha hecho España para seguir manteniendo en tiempos de dificultad las principales políticas sociales, como lo son las pensiones asistenciales, los convenios sanitarios y las ayudas económicas extraordinarias. Yo, que también conozco los que hacen las administraciones de otros países, puedo decir que España es el país que mejor y que más atiende a sus ciudadanos residentes en el exterior.
–Las instituciones están atravesando un momento muy especial, ya que en muchas no se está logrando el recambio generacional necesario para su pervivencia en el futuro. ¿Cuál cree usted que es el camino a seguir para tener éxito en esta tarea de tanta importancia para el futuro de la colectividad?
-En estos últimos años el Gobierno español ha mantenido un apoyo claro a los centros e instituciones españolas en el exterior, buscando al mismo tiempo la incorporación de los jóvenes y el traslado de las políticas que en materia de igualdad y defensa de los derechos de la mujer se han puesto en marcha en España. Sin embargo, hemos notado que el relevo generacional en los centros a veces es un tanto difícil y que no se ha abordado tanto este debate que será fundamental para el propio futuro de las instituciones en países como Argentina, en el que se ha llegado a contar con más de 500 entidades repartidas en todo el territorio.
Tenemos aquí una de las Embajadas más potentes desde el punto de vista cultural y turístico, lo que marca una presencia española muy importante, y también hay delegaciones de comunidades autónomas; en todo ello los centros pueden encontrar parte de su tarea de futuro acompañando a la Administración. Es fundamental que las entidades logren esa adaptación teniendo en cuenta tanto la realidad de este país como la de España, y no necesariamente en relación a la crisis económica, sino en cuanto al porvenir de su propio modelo de tejido asociativo y del papel que tienen que jugar en la actualidad.
Por otra parte, desde la Consejería hemos intentado acercarnos a los jóvenes a través de la promoción de su asociacionismo y de iniciativas vinculadas al deporte y la cultura, y creo que también ha sido importante el trabajo que hemos hecho desde Fundación España, potenciando un portal de empleo y una escuela de voluntariado para que los jóvenes puedan incorporar vías y opciones para el ejercicio de la nacionalidad española.
–¿Cómo valora la repercusión que la Ley de Memoria Histórica tendrá en el futuro de la colectividad española residente en el exterior?
-Aún hay muchos expedientes de solicitud cuya tramitación no ha finalizado, pero estimo que terminaremos sumando más de dos millones de españoles en el exterior, y eso supondrá un cambio importante porque cada vez pesará menos sobre el registro de matrícula de los españoles en el exterior el número de personas que han nacido en España y que por lo tanto entran en el concepto de emigrantes.
Ya empezamos a tener una segunda y una tercera generación muy asentada que ha nacido en países que, como el caso de Argentina, ha integrado muy bien a sus padres y abuelos y que, por lo tanto, el sentimiento de la españolidad se va a desarrollar lógicamente en un contexto muy distinto del que vivieron sus mayores.
Esto quiere decir que también la Administración tiene que entrar a ver cuáles son las actuaciones y políticas públicas con respecto a ellos, más aún a partir de la Ley de Memoria Histórica, que ha implicado una aceleración de un proceso que ya se iba dando, por lo que va a ser necesario que España también revea un poco cuál es su trabajo en el exterior a través de las consejerías de empleo.
–Desde la implantación del sistema de voto rogado la participación de los españoles que residen en el exterior en los procesos electorales ha disminuido hasta llegar a niveles alarmantes. ¿Cree que es necesario volver al sistema anterior a la última modificación realizada a la Loreg?
-Todos coinciden en que la reforma no ha dado el resultado que quizás algunos pensaban que iba a producir; también es importante destacar que mientras se analizaba la modificación de la normativa no se tuvo muy en cuenta la opinión de la ciudadanía española en el exterior y por eso creo que cualquier reforma que se haga en el futuro deberá tener muy presente sus inquietudes aprovechando el buen funcionamiento de los mecanismos institucionales que tenemos para canalizar esa opinión, como lo son los Consejos de Residentes Españoles y el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, que deben jugar un papel muy importante como intermediarios con la Administración para canalizar las propuestas que se planteen desde el exterior.
En cualquier caso, creo que es necesario simplificar el ejercicio del derecho a voto porque son muchos los casos de personas que más allá de manifestar su intención de participar en los procesos electorales finalmente no pueden hacerlo por cuestiones relacionadas a los correos, los plazos o la burocracia.
–Sin embargo, en las últimas elecciones para el recambio de autoridades de los CRE en Argentina tampoco se logró una buena participación, y en estos procesos no corre el sistema de voto rogado…
-Es importante que la ciudadanía conozca cuales son los instrumentos que la Administración española pone a su disposición, y los CRE son un brazo muy potente de participación y también de conocimiento y acceso a la información, lo que va muy en línea con las tendencias actuales de gobiernos abiertos y participativos.
Creo que habrá que analizar hasta qué punto los presupuestos con los que cuentan son o no son adecuados para que puedan cumplir con sus funciones, y que al mismo tiempo los CRE utilicen la imaginación para ser capaces de hacer más con menos en estas épocas de restricciones presupuestarias, porque una baja participación en sus elecciones también les resta la legitimidad que podrían tener si tuvieran un respaldo mayor por parte de la ciudadanía; a su vez, desde la Administración tenemos que apoyarles para que sean más conocidos y para que tengan más capacidad de desarrollar iniciativas, porque eso beneficiará a todos.
–Los emigrantes que viven en Argentina están muy preocupados por la pesificación de sus pensiones asistenciales. ¿Qué análisis hace de esta situación?
-Lo que se ha promulgado es una norma del Banco Central que afecta a todos los ingresos de esta naturaleza provenientes desde el exterior, y por lo tanto hay que aclarar que no es una medida que afecte solamente a los pensionistas españoles. Tanto desde la Embajada como desde la propia Consejería estuvimos llevando adelante reuniones al más alto nivel para conseguir algún régimen que estableciera la posibilidad de que los emigrantes españoles siguieran percibiendo sus pensiones tal cómo lo venían haciendo, pero lamentablemente no se han logrado resultados positivos hasta el momento y tampoco tenemos novedades sobre las acciones individuales y puntuales que iniciaron algunos emigrantes ante la justicia argentina.
Lo importante en esta situación es destacar que las variables que están marcando este proceso quizás estén ocultando que pese a la difícil situación que atraviesa España, en la actualidad son más de 17 mil los españoles residentes en Argentina que están cobrando su pensión asistencial cada tres meses, y creo que no deberíamos dejar que la mala noticia de la pesificación hiciera que no se viera la trascendencia de la ayuda que España sigue brindando a sus ciudadanos.
–Por último, ¿con qué sensaciones retorna a España luego de haber compartido junto a los españoles de Uruguay y Argentina sus últimos cinco años?
Me marcho con la impresión de haber tenido una gran oportunidad desde el punto de vista profesional que me ha permitido conocer a una ciudadanía española que tanto sacrificio ha hecho desde su llegada a esta orilla. Dejo muchos amigos y eso me va a mantener siempre vinculado con el Río de la Plata, y por lo tanto creo que más pronto que tarde retornaré aquí para estar nuevamente junto a ellos.