Entrevista a Catalina Albertí Victory, delegada de Misiones de Mallorca

“En España estamos pasando un momento muy malo todos y el que tenía unas posibilidades se ve mal, pero es que en África no hay ni basura»

Albertí en su despacho.
La delegada de Misiones de Mallorca.

¿Cuántos misioneros mallorquines hay en la actualidad?¿Hubo otras épocas con mayor número de vocaciones?

En este momento hay 145, hace cincuenta años, cuando comenzó su labor Mallorca Misionera, eran, aproximadamente, unos cuatrocientos. Yo llevo más de treinta años en la Delegación de Misiones y he visto listados de más de trescientos. Lo que pasa es que en estos momentos estamos con estos 145, que ya está bien para ser Mallorca. Pertenecen a diferentes congregaciones religiosas.

¿Cuáles son los orígenes de Mallorca Misionera?

Hace 50 años, los obispos de Perú y de Burundi hicieron una petición  al obispo de Mallorca para que mandara allí misioneros. Lo hicieron porque a Burundi había llegado un misionero mallorquín, que era Jaime Moragues, que ya falleció hace unos años. Él quería ser misionero y para irse tuvo que hacerse padre blanco porque la diócesis no tenía misioneros allí.

Luego volvió a ser sacerdote diocesano, una vez que llegaron los suyos. Éste es un pedazo de historia del origen de Mallorca Misionera. Nosotros decimos que lleva 50 años, pero son 50 años de compromiso de la Diócesis de Mallorca con Perú y con Burundi, porque en realidad misioneros hay desde Fray Juniper Serra…Tengo un fichero que dice que hay misioneros del año 1800 y poco. Mallorca siempre ha sido misionera.

¿Qué funciones realizan ustedes respecto a los misioneros?

Con estas dos misiones que tenemos en Pachapamac, en Perú, con tres sacerdotes diocesanos, la ayuda es total, es decir, es de personas y económica. Es como si tuviésemos una parroquia de aquí (Mallorca) pero allí. Y en Burundi, hay tres sacerdotes y tres hermanas de la caridad. La parroquia se ha construido con la aportación de los mallorquines y el coste de que estén allí también lo aporta Mallorca. Funcionamos con colectas, el 6 de mayo se inicia la colecta Mallorca Misionera, que se hace en las parroquias, iglesias y en los colegios de Mallorca. Esta cantidad de dinero que entra es para estas aportaciones.

Además, cuando viene un misionero mallorquín a su tierra y es de una congregación religiosa; para ellos siempre es su casa la Delegación de Misiones. ‘He llegado y estoy de vacaciones’, nos dicen, no tenemos el compromiso personal con ellos porque van a través de sus congregaciones, pero cuando vienen, a través de proyectos, se les ayuda. Nos dicen, por ejemplo, que necesitan unas máquinas de coser porque han puesto un taller y se les ayuda.

¿Qué media de edad tienen los misioneros mallorquines?

Es muy alta, en estos momentos, ronda los sesenta y dos ó sesenta y cinco. La gente joven no se anima. En verano tenemos unos meses que es de una experiencia misionera. Este año queremos realizar un proyecto nuevo. A ver si tenemos gente seglar joven que quiera ir a trabajar a Perú. Lo estamos intentando poner en marcha. Cada verano va un grupo de personas jóvenes a trabajar a Pachapamac, más que trabajar, en un mes o dos no se pueden hacer muchas cosas, pero tienen una tarea concreta y cuando vuelven tienen una experiencia que es fuerte.

¿En la actualidad todos los mallorquines que hay en las misiones son religiosos?

Seglares ha habido y en este momento no hay ninguno. Hace dos años que regresó el último seglar que estuvo tres años y otro anteriormente también estuvo ese periodo. Y los que fueron el año pasado en verano, este año repiten y a lo mejor llega un momento que nos dicen ya, ya estoy preparado para ir definitivamente. En verano, se pagan el pasaje y Mallorca Misionera aporta la manutención y el seguro médico.

¿Con la crisis que hay en España y muchas familias con problemas, algunos misioneros le han comentado su interés de volver a España a ayudar?

Regresar para ayudar aquí, no. A veces digo, sí, es que aquí la gente lo pasa muy mal, estamos pasando un momento muy malo todos y gente que tenía unas posibilidades se ve mal, pero es que en África no hay basura. Es fuerte pero es una cosa que llama la atención. Por muy mal que la gente estemos aquí (España) no nos podemos comparar con la gente de allí. A veces, abrimos el figrorífico y decimos no hay nada, pero allí cuando dices que no hay nada, entras en casitas en las que no hay ni una silla, no hay plásticos, los niños se pelean por una hoja de una revista. Entonces dices, sí, aquí lo pasamos mal, pero no es comparable.

¿Qué actos celebrarán por los 50 años de la entidad?

El sábado pasado se hizo un encuentro con unas 220 personas entre religiosos y seglares que están regresados. Además, volvieron dos misioneros de África y cinco de Perú para participar en el acto. Hubo un homenaje a los primeros mallorquines que marcharon con una foto enmarcada, como un agradecimiento por ser los primeros que se fueron. En Perú ya lo celebraron y está pendiente otro acto en la Basílica de San Francisco en el que participarán niños de segundo de Educación Secundaria Obligatoria. Los niños tendrán oportunidad de hablar con los misioneros y preguntarles lo que quieran. El 6 de mayo en la catedral de Palma será la clausura.

Quería destacar que los proyectos que realizamos, además de financiarse con campañas, cuentan con el apoyo de las instituciones, es decir, del Govern, del Ayuntamiento de Palma y del Fons Mallorquí.