Tanto BNG como PPdeG aceptaron la propuesta aunque desde el Partido Popular confían en que sus sugerencias sean tenidas en cuenta.
“Quiero adelantarles que me gustaría mantener un encuentro con todos los portavoces de emigración del arco parlamentario antes de que el documento (el anteproyecto de Ley de la Ciudadanía Gallega en el Exterior) sea remitido al Consello de la Xunta. Considero, y sé que están de acuerdo conmigo, que tenemos que alcanzar un texto de consenso por lo que me gustaría que cuanto antes los grupos políticos se impliquen también en esta tarea”.
Este fue el ofrecimiento realizado por el secretario xeral de Emigración de la Xunta de Galicia, Manuel Luis Rodríguez, a los grupos políticos gallegos en su comparecencia ante la Comisión Institucional del Parlamento de Galicia que tuvo lugar el pasado viernes 26 de octubre.
A este ofrecimiento respondieron afirmativamente tanto el Partido Popular, a través de su diputado José Manuel Castelao Bragaña, como el Bloque Nacionalista Galego (BNG), a través de Bieito Lobeira.
El secretario xeral señaló a España Exterior que esta propuesta se debe a que la ley “nace con voluntad de consenso y estoy dispuesto a jugarme el todo por el todo en todo aquello que se pueda aportar previamente y que facilite el consenso. Precisamente por eso, porque la voluntad de la ley es voluntad de consenso. Por tanto, si podemos limar asperezas y diferencias previamente lo que conseguimos es un mejor discurrir de la ley y que pueda salir con el consenso necesario”.
El diputado del PP, José Manuel Castelao Bragaña, tras aceptar la oferta realizada por el secretario xeral, hizo referencia a las inquietudes y observaciones “bastante unánimes” de los directivos de los centros respecto a la ley y afirmó que “me parece muy bien que se escuche a la gente, pero que se la escuche y algo más. Si nos van a llamar para que opinemos y después la ley va a salir como ustedes la habían presentado, entonces sería mejor que no nos llamaran. Y eso mismo digo para la gente del exterior. O sea, que la ley recoja, no lo que es el sentimiento del grupo popular, sino el sentimiento de la gente del exterior, y si el nuestro sirve, también. Hasta ahora no la tenemos, ni el proyecto, ni el borrador ni nada pero le recomiendo señor secretario que tenga usted la generosidad de escuchar a la gente que viene a aportar ideas”.
Aunque formalmente todavía no conocen el texto, ni el original ni las aportaciones que realizaron los centros, la diputada socialista Marisol Soneira señaló a España Exterior que “nosotros siempre defendimos que el consello da galeguidade no sólo tiene que recoger a los centros, tiene que recoger la opinión de los ciudadanos gallegos que vivan fuera también”.
“Eso no significa que los centros vayan a tener menos derechos de los que tenían, pero significa también que los centros no representan única y exclusivamente a los gallego que vivan fuera. Son una parte importante, desde el punto de vista histórico y patrimonial, quizás la más importante. Pero el número de gallegos vinculados a los centros, siendo muy optimistas, no supera el 15 por ciento del total. Somos favorables a que esa gente tenga un nivel de representación”. “No nos cabe duda de que ese 80 ó 85 por ciento de ciudadanos que no están en los centros tienen que tener también voz”, añadió.
Sobre el modo de articular esa representación, Soneira indicó que “estamos dispuestos a hablar y a buscar textos consensuados”.
–
–
Hilar fino en el tratamiento de las entidades en el exterior
–
El secretario xeral de Emigración, que había anunciado el pasado día 19 de octubre que una semana después se presentaría la nueva Ley de Galeguidade, explicó que el nuevo retraso se debe fundamentalmente “a la revisión de sugerencias que se han ido admitiendo y que provocan una modificación en cadena de varios artículos”.
Sobre estas modificaciones señaló a España Exterior que se refieren sobre todo a “tener bien definido las condiciones que se les van a pedir a los centros, y a todo tipo de entidades, para después regular la relación que la Xunta va a tener con ellos. También el tema de la representatividad y la definición del Consello Xeral das Comunidades Galegas, utilizando términos de la ley anterior. Son aspectos en los que queremos ser generosos pero también tenemos que delimitar. No abrir universalmente a todo el mundo. Tenemos que conjugar la representatividad con las condiciones que tenemos que poner. En eso tenemos que ir muy finos”.
“En los ámbitos de las colectividades sí que tenemos que ir midiendo los pasos si queremos que eso sea concreto y con la máxima precisión posible”, añadió.
Sobre al malestar expresado por diversos directivos de centros gallegos respecto a la propuesta presentada por la Secretaría Xeral ante la Comisión Delegada del Consello de Comunidades Galegas, Manuel Luis Rodríguez afirmó que “el malestar que yo percibí fue un malestar de crítica literaria que, bueno, una ley no es precisamente una obra literaria, ni creo que ninguna ley destaque por su belleza” y descartó que ese malestar fuese el motivo de que ahora se vuelva a revisar el anteproyecto de ley. Sin embargo, a continuación afirmó que, “¿ciertas reticencias sobre la participación de las comunidades? Como dije antes, precisamente estamos afinando porque queremos que sea una ley generosa y que amplíe la participación. Por tanto esa posible reticencia creo que no tiene demasiado sentido”.
Pocos minutos después de que Manuel Luis Rodríguez hiciese estas declaraciones, en una sala contigua del Parlamento de Galicia, el presidente de la Agrupación Cultural Saudade de Barcelona y miembro de la Comisión Delegada del Consello das Comunidades Galegas, Ernesto Lagarón, afirmaba que “el borrador que se nos dio en la Comisión Delegada de la nueva ley de galeguidade, la conclusión, que es un bodrio. Sólo hay una cuestión clara, que a los centros gallegos se nos quiere dejar como en segundo plano. La ley de galeguidade, en estos momentos, para nosotros, un bodrio”. Así de rotundo se mostró este directivo en su comparecencia ante la Comisión para el Estudio sobre la Situación de los Emigrantes Gallegos a la que también acudió el presidente de la Casa de Galicia de Bilbao, José David Fidalgo Fidalgo.