El secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, comenzó su viaje al interior de la isla de Cuba con un encuentro con los gallegos de Villa Clara, una amplia colectividad formada -como en el resto de la isla- por segundas generaciones nacidas ya en la diáspora pero que mantienen, además de la nacionalidad, fuertes y activos vínculos con la tierra de orígenes de sus padres y abuelos.
En la capital de esa provincia, Santa Clara, Miranda puso de relieve el hecho de que esas segundas generaciones “son una oportunidad para Galicia, porque esparcen su imagen por todo el mundo y suponen una importante ocasión de crecimiento futuro, tanto en tener de población como de proyección económica en toda América y Europa”.
El acto, al que asistieron más de doscientas personas, tuvo lugar en la emblemática Biblioteca José Martí, antigua sede del gobierno de la Provincia de Las Villas. Miembros de la orquestra sinfónica de la ciudad saludaron la presencia de la autoridad autonómica gallega, e intervino también el profesor Daniel Bulgado explicando el proyecto de colaboración ‘Caminos de ida y vuelta’, en el que participan Galicia, Argentina y Cuba (en concreto por parte cubana el instituto de Santa Clara, y por la gallega lo IES Luís Seoane de Pontevedra).
También presentó su libro ‘En honor a mi pueblo’ -en el que describe la villa de Sagua la Grande, fundada por un gallego- el escritor también gallego Heriberto González Reyes. Finalmente, habló el responsable autonómico de Emigración, a quien después pudieron trasladarle sus dudas y problemáticas los asistentes.
Labor fundamental
Miranda había mantenido antes una reunión específica con el coordinador en la provincia de la Federación de Sociedades Gallegas en Cuba, Augusto Blanco, que es, además, vicecónsul honorario de España, una de las personas que colaboran activamente para hacer llegar a todas las personas gallegas la información sobre plazos y requisitos de las ayudas económicas individuales que concede la Secretaría Xeral da Emigración.
Miranda ensalzó de manera destacada el trabajo de esas personas: “Sin su concurso, de nada servirían los recursos que la Xunta pone a disposición de las y de los gallegos en situación más precaria, sin ellos no podríamos llegar a los paisanos que nos necesitan, la inmensa mayoría de una muy avanzada edad”.
Esta labor de vehículo de información y canal para el procesamiento de los expedientes de solicitud se realiza coordinado por la Federación de Sociedades Gallegas de Cuba, entidad nacida del acuerdo entre las comunidades gallegas asentadas en la isla y que allí mantiene viva -a pesar de las peculiares circunstancias vividas en las últimas décadas- la llama de la galleguidad.
Se beneficiaron de las ayudas individuales de la Secretaría General da Emigración, en la convocatoria de 2016, un total de 7.101 personas en Cuba. La media de edad de los beneficiarios es de 77 años, y la cuantía media ronda los 210 euros. Hace falta recordar que se trata de un pago único anual, asignado a cada beneficiario con un expediente individualizado, y en función del cumplimiento de los requisitos establecidos en la convocatoria.
“Esta pequeña cantidad, desde el punto de vista de la Galicia territorial adquiere una alta importancia en las familias receptoras, ayudándolas de manera significativa y aumentando la calidad de vida de nuestros mayores en Cuba, y de todo su entorno familiar”, según destacó Rodríguez Miranda.