El secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, participó el pasado fin de semana en el Congreso Internacional ‘Gerardo Fernández Albor e o seu tempo. Cen anos dun presidente’, coincidiendo con el aniversario del nacimiento del que fuera el primer presidente electo de la Xunta, evento que tuvo lugar en la Cidade da Cultura de Galicia.
La conferencia de clausura fue ofrecida por el actual mandatario gallego, Alberto Núñez Feijóo, y en el transcurso del acto se impuso a Fernández Albor la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo por parte del presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy Brey, reconocimiento concedido por el Consejo de Ministros el pasado mes de junio.
En su alocución en torno a la ‘Galicia Exterior’, Miranda aseguró que “estar hoy y aquí es uno de los momentos más transcendentes de mi vida porque, sin matices, Fernández Albor es una de las personas más importantes en la Historia de Galicia”. Recordó el secretario xeral que “hace treinta años, cuando Albor tomó posesión, los gallegos ya éramos una de las culturas más esparcidas por el planeta. Pero fue él quien tuvo la perspicacia de anticiparse en muchos años al creciente reconocimiento a la diáspora, poniendo luz y foco sobre los cientos de millares de paisanos del exterior. Los gallegos residentes fuera del territorio estarán en permanente deuda con el presidente Albor”.
“Fue también Albor -prosiguió Miranda- el primer dirigente gallego que cruzó el océano para decir alto y claro a los paisanos residentes en el extranjero que Galicia no los olvidaba y que habría tiempo para el retorno. Soy el gestor de toda esa herencia, de toda esa esperanza depositada por generaciones de residentes en el extranjero. Me satisface formar parte de la generación de dirigentes que ve que ahora hay más entradas que salidas a Galicia desde el extranjero”, hecho que, según el titular de Emigración, se debe en gran medida al camino iniciado por Fernández Albor.
Albor y el retorno
Después de recordar que el ímprobo trabajo por Europa del primer presidente electo de la Xunta de Galicia, que fue piedra angular en la reunificación alemana y en el reconocimiento al Camino de Santiago como Primer Itinerario Cultural Europeo, Miranda afirmó que “hoy, la Galicia territorial ha dejado de ser una comunidad del furgón de cola español para pasar a homologarse a las más avanzadas. Más de medio millón de gallegos residen en el extranjero, pero son muchísimos los que volvieron y siguen volviendo a la tierra, atraídos por ese desarrollo ejemplar que hemos conseguido”.
A pesar de esa corriente de retorno, el secretario xeral da Emigración recordó que “la Galicia exterior sigue creciendo, pues más del 70 por ciento de los gallegos residentes en el exterior son paisanos que ya nacieron en la diáspora (…) Medio millón de gallegos, un quinto de la población total, reside en el exterior, a los que habría que sumar los gallegos que viven en otras comunidades autónomas españolas, en torno a 350.000. Cada uno de ellos transmiten a sus hijos e hijas el amor por la tierra: tenemos casi tanta Galicia fuera como dentro. Una población que quiere dibujar un futuro común: es para nosotros una fortaleza, un tesoro. Un activo indiscutible en buena medida gracias a que personas como Albor nos abrieron los ojos en este aspecto”, dijo Miranda.