El Rocío Chico que organiza el Centro Andaluz del Perú todos los años cuenta cada vez con más devotos

Los asistentes renovaron su fe y su devoción en la misa, la procesión y el almuerzo de confraternidad

La imagen de la Virgen fue llevada en procesión.
La eucaristía dio comienzo al programa de actos al mediodía.
En la procesión no faltaron los rezos, las plegarias y los bailes en honor a la Blanca Paloma.
Las más pequeñas del grupo ‘Arte y jaleo’ que dirige la profesora Roxana del Castillo ante la imagen.
La Virgen del Rocío recorrió las instalaciones del Centro Español del Perú.

Se inició a las doce del mediodía, con una solemne eucuristía dirigida por el padre salesiano Alfonso Francia y con el Grupo Rociero de Augusto Gil ‘el Galleta’, Rocío Carlessi, en la guitarra Víctor Meléndez y en las palmas y castañuela Marita Mejía, acompañándolos en los cantos todos los feligreses que asistieron.  
Aunque la mayoría de los asistentes no ha visitado El Rocío ni jamás ha visto a la Blanca Paloma, la fe y devoción que sienten por ella se pone de manifiesto en esta romería que cada vez va adquiriendo más devotos.
En la procesión no faltaron los rezos, plegarias, fandangos y sevillanas, así como los bailes en honor a la Blanca Paloma. Una vez concluida la procesión se disfrutó de un almuerzo de confraternidad con la presentacion del grupo ‘Arte y jaleo’, bajo la dirección de la profesora Roxana del Castillo donde las más pequeñas hicieron gala de sus bailes y las jóvenes de su sentimiento y fuerza al interpretar los diferentes palos del flamenco, acompañadas con la guitarra de Adolfo Cancho ‘el Ramita’, Augusto Gil en el canto y en percusión Felipe Torres.
Y así terminó este bello homenaje en el año del Bicentenario del Rocío Chico, el del año jubilar enmarcado dentro del año de la fe, pero los socios del Centro Andaluz ya piensan en la alegía de volver a honrarla casi dentro de nueve meses.